■ Coautor del libro "Votar o no votar", para el IEE, recién presentado
■ A la gente le queda claro que el voto no se tranforma en soluciones
La abstención tiene muchas caras, pero la actitud de no ir a las urnas parece nítida cuando el elector razona sobre lo que esperaba y lo que obtiene de sus gobernantes. Es un desencanto, resume el Mtro. en Ciencias Sociales, Carlos Murillo González, coordinador de la investigación realizada para dar contenido al libro 'VOTAR O NO VOTAR Estudio sobre el abstencionismo electoral en Ciudad Juárez'.
El texto integrado a instancias del Instituto Estatal Electoral (IEE) recoge el sentir de la diversidad, de los niños hasta los adultos mayores, de todos los niveles económicos y de ambos sexos, y como regla casi general "obviamente nos encontramos con opiniones que ya son muy conocidas, de que hay
desconfianza en los políticos, de que no ve diferencias de votar por un partido o por otro", dice el investigador.
Hay muchos factores, pero resalta que aunque aquí hemos vivido la alternanciaa política antes que en otras ciudades, y eso entusiasmó a las personas, pero a la hora de los resultados en el ejercicio de gobierno parece ser que no ha habido diferencia, y la gente ha dejado de ir a votar.
Pero el comportamiento aparenta tener base amplia en que “no venimos de una cultura precisamente democrática y la gente tiene un desconocimiento muy grande de conceptos como democracia, como derechos humanos o se confunde, pensando que la democracia es votar, por ejemplo”.
Todo este tipo de ideas, asienta, las concentramos (en el libro) para descubrir el nivel de ciudadanía que tenemos en Ciudad Juárez. Son posicionamientos que tienen impacto en las elecciones, porque la gente deja de participar.
"Hay un desencanto con la cuestión electoral y política, de acuerdo a los resultados", sintetiza el estudioso antes de la presentación del libro la mañana de este viernes en instalaciones de la nueva sede, en la zona Pronaf, de El Colegio de Chihuahua (COLECH).
Responde que "la violencia es un incidente muy duro que le pega bastante no solamente a la cuestión cívica sino al estado de ánimo de las personas", lo que quedó de manifiesto en el levantamiento de opinión y datos desde 2008 cuando el personal del COLECH empezó la investigación de campo para las
instancias electorales.
"Esto pega directamente a la cuestión electoral porque hay una visión de que cada vez que se vota hay una posibilidad de cambio real, pero esto no se logra a la larga en la vida real, y cuando lo conectas con estas situaciones anómicas, la gente si puede ver que no importa por quien vote sino se resuelve esta situación, y esto sí le queda muy claro", reflexiona Murillo.
Juárez tiene algunos de los más bajos índice de votación de Chihuahua y el país, con cifras que no llegan al 30 por ciento: de 28 y 29 o hasta de 27.9 -a reserva, dice, de contrastar el dato con el IEE-, como en los últimos comicios
Eso, aunque la participación iría del 30 al 50 por ciento en elecciones para gobernador o presidente de la república, con baja sensible cuando se trata de elecciones intermedias para diputados o senadores, señala el escritor.
Al abundar sobre la etapa violenta en la frontera, y aunque advierte que en este punto el razonamiento ya supera lo contenido por el libro recién presentado, "las circunstancias de violencia que estamos viviendo actualmente están haciendo surgir un nuevo actor social por lo misma necesidad de tener que hacer frente a la inseguridad y a la violencia".
"Entonces -añade- nos estamos encontrando con nuevas formas de participación ciudadana, más allá de lo electoral, que es muy interesante porque quiere decir que ya se tiene una conciencia cívica de lo que está pasando en Ciudad Juárez, tal vez no en los niveles que deseáramos pero el hecho de que ya estén existiendo este tipo de personas y de grupos, es un aliciente".
Hay, dice el entrevistado, desde los grupos que se manifiestan contra la militarización hasta aquellos otros que buscan una mejor transparencia de las instituciones públicas, es un una variedad muy amplia donde caben los grupos de los derechos gay hasta grupos feministas y gente que se está involucrando de una manera u otra en luchas sociales.
Explica "que hay una crisis política electoral que aún falta tiempo para que se pueda recuperar, pero esta otra forma de participar en las calles o de hacer crítica más directa a las instituciones, por ejemplo con lo que está sucediendo, es lo que vemos que está tomando más trascendencia y con el tiempo puede suceder que la gente vuelva a interesar en lo político, y tal vez con otras propuestas empiece a inferir en los resultados electorales, a diferencia de lo que ha estado pasando en lo últimos años que más que avanzar en la participación se ha avanzado en el abstencionismo".
De regreso al volumen condensado para el IEE -en el cual participaron como coautores, el sociólogo Ricardo Pulido y la psicóloga Ericka Franco, en las áreas cuantitativa y cualitativa, respectivamente-, Murillo resume que se trata de una fotografía de nuestra cultura política como juarenses; vienen representados en su contenido muchos grupos sociales, de muy diferentes formaciones, estratos económicos, edades y sexos, etc
De todo, "el hecho de que haya una coincidencia en esta falta de conciencia de favorecer la cuestión publica nos dice mucho de como somos comosociedad". Lo bueno de esto, agrega, es que hicimos ciertas recomendaciones al Instituto (IEE), que esta tomado; pero otras más para otra instituciones o para la persona común para que, ha partir de los resultados que hemos encontrado, podamos construir una nueva cultura ciudadana democrática.
Entre muchas otras, las instituciones tienen que trabajar de manera acentuada con los partidos políticos que es uno de los principales puntos críticos que la gente ve y que hacen que rechace su participación electoral
Y trabajar mucho con los jóvenes que es en donde está más enraizada la cuestión del abstencionismo. Si no se trabaja con ellos ahorita, vamos a tener adultos mayores abstencionistas, o sea gente que no va a hacer de lo electoral o de la participación cívica o democrática parte de su vida, gente que no se va a involucrar en ningún tipo de actividad que signifique estructura de gobierno.
El libro surge precisamente de la preocupación del IEE "de saber por qué la gente no vota, de por qué, efectivamente, somos una sociedad abstencionista", concluye Murillo.
FUENTE: http://www.arrobajuarez.com/notas.php?IDNOTA=20846&IDSECCION=Portada&IDREPORTERO=De%20la%20Redacci%F3n |
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