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viernes, 29 de mayo de 2015

Votar o no votar y La sociedad anónima VENTA



Estimados(as) lectores:


Dos textos fundamentales para conocer el fenómeno del abstencionismo electoral en Ciudad Juárez y comprender de paso el abstencionismo por venir en México.

Envío gratis a toda la república mexicana.






La sociedad anónima es una investigación sociológica de corte cuantitativo y georeferencial. ¿Existe la abstención electoral? Sí y va a la alza. El abstencionismo no es un fenómeno nuevo, pero hasta hace pocos años no se habían realizado estudios serios sobre el tema. El texto no sólo brinda la oportunidad de conocer a fondo el abstencionismo, sino también ofrece generosos datos geoestadísticos de la participación electoral en Ciudad Juárez y el contexto histórico en que se desarrolla. Uno de los primeros libros escritos en México sobre el tema del abstencionismo.  




Votar o no votar es un estudio sociológico cualitativo pionero en su género. Contiene decenas de entrevistas grupales e individuales, un anexo de mapas y recomendaciones generales para el IEE (Instituto Estatal Electoral de Chihuahua) partidos políticos y ciudadanía. Un libro clave para comprender la cultura política del(a) juarense, su opinión política y el papel de las instituciones encargadas de promocionar la participación democrática.

Para una síntesis más amplia de ambos libros, dé click en sus respectivos banners a la derecha de este blog.

jueves, 14 de mayo de 2015

Enajenación y elecciones







Enajelecciones
Carlos Murillo González


Ciudad Cárcel, Chihuahua, primavera del 2015


El tiempo transcurre detenido en el siglo XX. Empieza un ciclo electoral, termina otro. El único momento en que la “política” está permitida: la “ciudadanía”  “participa” en prácticamente una de las pocas opciones pacificas para ejercer al menos, un posicionamiento.

El porfiriato no se ha ido, regresa con refuego neoliberal a proseguir el saqueo de la nación, ahora en su versión transnacionalizada. Al menos Díaz era un nacionalista, mientras sus herederos del PRI, PAN, PRD y demás, equivalen a los Conservadores del siglo XIX, los mismos que trajeron a Maximiliano y Carlota. Con el México independiente se celebran elecciones más o menos periódicas, para terminar con la farsa electoral porfiriana en teoría sepultada, ya entrado el siglo XX. El siglo XXI todavía no empieza.

Todavía hay muchos fanáticos de Díaz,  conservadores neoliberales (perdón por el pleonasmo: conservador = neoliberal, así salió el engendro) mutantes clasistas/racistas/misóginos, con aspiraciones aristocráticas, dispuestos a hacer negocios turbios a expensas de la riqueza de la nación, que es patrimonio de todos y todas; o del perjuicio a la salud, economía, cultura y territorio de las personas, así como de daños irreversibles al medio ambiente. Ya no es necesario el virrey cuando se es un protectorado (“aliado”) estadounidense.

Pareciera que ya no es la historia de México, sino la de un país que fue.

Así las elecciones aseguran el tan preciado orden social. Pero, ¿quiénes votan? En el siglo XIX, al menos en el estado de Chihuahua votaban los hombres mayores de veintiún años con alguna propiedad; es decir, terratenientes. Indios, pobres y mujeres estaban excluidos. La revolución de 1910 supuso la teoría del fin del fraude electoral y la reelección presidencial, pero las mujeres alcanzaron el voto hasta 1957 y las y los jóvenes de dieciocho años hacia 1967. Aún así, hoy se vota menos.

Las elecciones son una forma ordenada de simular democracia (gobierno del pueblo) tanto en países capitalistas como socialistas. Las elecciones son una herramienta política, y no per se, un sinónimo de democracia, ¿será que la gente lo sabe? Tal vez no sepa qué es democracia, pero sabe de lo de Ayotzinapa, de la injusticia y de la pobreza. Hoy votan los más pobres y los más ricos por intereses encontrados; en medio una gran masa se desgrana entre votar o no votar; entre el fútbol, las telenovelas y algo que no comprende.
 
La anestesia es eficaz. La gente añora regresar al pasado, a soñados mejores tiempos que nunca existieron. No se dan cuenta que un tal Duarte les está robando su dinero y quitando el futuro a sus hijos e hijas. Prefiere ignorar las atrocidades cometidas en Juárez y la Sierra Tarahumara antes que solidarizarse con víctimas y activistas. Esta es la gente más peligrosa, la más dañada; la posible víctima o victimaria de la constante violencia del Estado policiaco-militar.

Votar legitima al sistema y a la vez es casi el único recurso conocido de participación ciudadana. Una participación sumisa, lacaya, despreciable y despreciada. Las elecciones se han vuelto un desagradable y caro circo que no divierte a nadie, no hace falta promover el abstencionismo, la política está en otra parte.

La lucha de clases la van ganando los conservadores (empresarios, partidos políticos, ejército, iglesia católica) unidos para mantener el status quo por las buenas, y sobre todo por las malas. Las banderas en contra del próximo fracking por venir, contra el feminicidio, el alto a la violación a los derechos humanos o las exigencias de justicia y reparación del daño para tantas personas afectadas por la todavía vigente y censurada “guerra contra el narco” brillan por su ausencia. Esas cuestiones no se ven ni se tocan, mucho menos hechos concretos como las catástrofes de la fábrica Blueberry y el Aeroshow.

En México votar es un derecho, mas no una obligación. Para muchos(as) es un dilema ético, pues implica cuestionarse el beneficio o desperdicio del voto (particularmente su voto) para otro tanto es un esfuerzo inútil, un acto superfluo. Quienes ven la utilidad del voto suelen cuestionar a quienes no lo hacen. Quienes practican una política más allá de lo electoral, suelen criticar a quienes sólo votan. Una vasta parte de la sociedad no lo hace por motivos mucho más humildes (despolitización social y analfabetismo político) que a veces ni alcanza a comprender.

La democracia es una bandera política de lucha tanto de izquierda como de derecha. Los primeros buscan la horizontalidad, la igualdad de las mayorías de manera equitativa. Los segundos enfatizan el lema de la libertad (sobre todo económica) basada en el individuo y el orden jerárquico. La democracia electoral es una herramienta política para legitimar regímenes, nada más. Si quiere democracia, la tiene que aprender desde niño(a) en la casa, la educación u (opcional) la religión, pero todos sabemos que la familia, la escuela y la iglesia, suelen ser instituciones más bien autoritarias.

Hay además otras formas de hacer democracia o ir más allá de ella: autogestión, autonomía, acracia, tribunales populares, cooperativas y cuando éstas fallan, también están las protestas y mítines, la resistencia civil pacífica, el boicot, la revocación de mandato, el plebiscito o el referéndum. La democracia es mucho más participativa que sólo salir a votar.



martes, 25 de junio de 2013

El suplente de Romero Deschamps




Votar por delincuentes te hace cómplice
Anónimo


El cinismo del PRI se hace más evidente en la figura de su candidato a presidente municipal por Ciudad Juárez, Enrique Serrano, diputado estatal con licencia y actualmente suplente del senador Carlos Romero Deschamps, el célebre líder del sindicato de petroleros, famoso por hacer gala de lujos y despilfarrar junto con sus hijos el dinero de las y los mexicanos.

Este frío, estirado y gris personaje, clásico chapulín brinca-brinca sin escrúpulos de un puesto de elección popular a otro sin concluirlo, es el típico político profesional egoísta en busca de “hueso” sin importarle su país, engañando a la gente que vota y, al igual que su protector, Romero Deschamps, despilfarrando el dinero del pueblo contribuyente invertido en cada elección. Sabedor que el cártel que lo promueve y respalda invierte millones de pesos en su campaña y pervierte la de por sí cuestionable democracia electoral disminuyéndola a una farsa, lo que menos le importa es el futuro de la ciudad, su estado o su país, por que si no, estaría haciendo ahora y no prometiendo. ¿Cuáles han sido las contribuciones de este “líder” a la mejora de vida de sus conciudadanos?

Serrano en realidad encabeza una oferta partidista distante de ser un alivio a la actual administración priista; más bien sería su continuación, por mucho que guarden distancia del neopopulista y actual presidente municipal, Héctor “Teto” Murguía o del conservador y retrógrada congreso estatal, dominado también por el PRI. Al igual que su jefe Peña Nieta (a quién “dirigió” su campaña para la presidencia de la república localmente el año pasado) el respaldo que tiene está en los millones de pesos gastados en promoción e imagen, más la compra de consciencias traducidas en voto. Sin duda ser cercano al grupo Atlacomulco tiene sus ventajas.

Serrano representa el pasado, el siglo XX de la era del PRI, cuando era partido de Estado, su “siglo de oro”, al cual quieren regresar y prolongar hasta la eternidad para seguir mamando del poder a través de lo que ellos llaman “el carro completo” (ganar todos los puestos).  Tal vez la única y gran diferencia del PRI del pasado con el actual, es que el primero era sin duda nacionalista, mientras el presente es totalmente neoliberal y vendepatrias, subordinado sumisamente a los mandatos de Washington y las transnacionales. A fin de cuentas el poder político sin dinero no lo es tanto y los afanes de llegar a las jerarquías implica el enriquecimiento ilícito (como el caso Granier) pero también, el retorno del autoritarismo y la represión, como la actual cofradía Teto-Leyzaola-empresarios.

Llama la atención también la promoción de Serrano en los espacios religiosos, particularmente en las iglesias evangélicas (anteriormente llamadas protestantes) muy diferentes a aquéllas de principios del siglo pasado, más liberales y revolucionarias; las de hoy están por lo visto, más comprometidas con el poder corrupto. Definitivamente esto no es buena señal en estos tiempos de decaimiento del Estado laico por que se presta a malinterpretaciones, ¿se les va ofrecer mayor protagonismo, al igual que se le está dando a la jerarquía católica? Es una pena ver a quienes se autodenominan “cristianos” traicionar las enseñanzas de quien dicen seguir.

Por otro lado Serrano cuenta para ganar con el seguro respaldo del abstencionismo, al que pseudo intelectuales priistas como Luis Ochoa Minjares hipócritamente juzgan cuando saben bien que su partido junto con los otros lo promueven y son responsables del analfabetismo político y la despolitización social generadoras de la apatía política abstencionista. Entre menos se vote mejor, para eso el Instituto y el Tribunal Estatal Electoral de Chihuahua, el SNTE, la CTM, la CNOP, entre otros, se hacen cómplices en alimentar este fenómeno y otros para así hacer las matemáticas a favor del PRI. Además del abstencionismo, el otro aliado del PRI local son los empresarios, conocidos por su poca solidaridad social y gran avaricia. A ellos solamente les importa mangonear el poder y para eso pagan o hacen lo necesario (incluyendo la violencia) para lograrlo.   

En el caso de que el senador Romero Deschamps fuera sometido a la justicia para investigar sus manejos del sindicato petrolero, ¿se regresaría Serrano a cumplir su deber patriótico como senador suplente si ganara la alcaldía? El suplente de Serrano, el todavía menos carismático Javier González Mocken, ex subsecretario de Educación, Cultura y Deporte de la Zona Norte, quedaría entonces como presidente municipal. Desafortunadamente ni hay indicios de desaforar a Romero Deschamps, y si esto ocurriera, el panorama no es favorable para Juárez con ninguno de estos dos personajes.

La época de los candidatos patito

El llamado a anular el voto haciéndolo por un animal, como el caso de El Burro Chon en Ciudad Juárez, es una iniciativa de protesta digna y legítima. Cuando las votaciones (por que votar no es elegir) se prestan para el circo, ¿por qué ofenderse? Las “elecciones” no son democráticas y no se puede competir con partidos que roban del erario público para sufragar campañas, además de sus relaciones con el narco y otros tipos de “honorables” empresarios. En épocas de candidatos patito, cualquier animal es viable y el PRI de Serrano y cómplices representan lo peor de México. En estas condiciones, anular o abstenerse es más decente que votar.

sábado, 7 de julio de 2012

Voto nulo, cuarta fuerza electoral


(imagen tomada de pateandopiedras.blogspot)
El voto nulo es la cuarta fuerza política electoral
Por Juan Reséndiz (CONACOM)

El 2.5 por ciento de los electores anularon su voto en la elección para presidente de la República. En la de diputados, los votos nulos fueron el 4.8% y en la elección de senadores treparon al 5.5%. Se trata de un millón 200 mil electores que no se sintieron representados por ninguno de los candidatos presidenciales. En el caso de los diputados fueron 2.3 millones y en la de los senadores nada menos que 2.7 millones nulificaron la papeleta.
El voto nulo, que es mayor que el que obtuvo el partido Nueva Alianza está colocado en el cuarto lugar en la presente jornada electoral y es revelador de que millones de mexicanos demandamos nuevas opciones políticas. Pero este clamor –que también se reflejó masivamente en las elecciones de hace tres años- fue desatendido por los partidos con registro, que temen la competencia de nuevas alternativas.

Hay más nulos en los estados donde hay más violencia
Resulta revelador que los estados en donde más ciudadanos anularon la papeleta son aquellos en los que campea la inseguridad, la violencia y la supuesta guerra de Calderón contra el crimen. Tenemos así los siguientes porcentajes por estado: en Chihuahua anularon el  8.7 por ciento, Sinaloa, 7.7; Morelos, 7.6; Guerrero, 7.5; Oaxaca e Hidalgo, 7 por ciento. En los casos de Coahuila, Yucatán y Chiapas la cifra alcanzó el 6.7; en Sonora, 6.4, Tamaulipas, 5.8; y Nuevo León, 5.6 por ciento.
Ninguno de los candidatos presidenciales ni los partidos en la liza se opusieron a la guerra de Calderón. Algunos la apoyaron abiertamente. Podemos suponer que los anulistas manifestaron con su voto su inconformidad y protesta con ellos.

El voto nulo se sobrepuso a la virulenta campaña en su contra
En las actuales circunstancias el voto nulo adquiere un doble o triple valor, ya que representa una postura política que se mantuvo firme ante la intensa campaña en su contra. En esta campaña se unieron todos los partidos con registro, el IFE, los empresarios, etcétera. Ellos trataron de hacerle frente al antecedente de que en 2009 un millón ochocientos mil personas anularon su voto como una señal de protesta por el desempeño de todos los partidos oficiales y por la existencia de una ley electoral antidemocrática. Pero en aquella ocasión existió un movimiento por la anulación del voto encabezada por importantes figuras (intelectuales, artistas, líderes…). En esta ocasión no existió dicho movimiento. Al contrario, desde distintos lados creció el clamor en contra de esta posición. En la campaña se destacó el PRD, que se distinguió por su prepotencia, intolerancia y agresividad. El trato de AMLO y sus huestes hacia Javier Sicilia por el hecho de haber anunciado que no votaría por el PRD y que votaría en blanco, constituyen la expresión más elevada de esta campaña intolerante y aborrecible, correctamente definida de “stalinista” por el poeta.
El POS, junto con otras organizaciones hermanas como la que edita la revista La Gota, en Chihuahua, realizamos desde una posición a favor de la clase trabajadora una campaña por la anulación del voto. Para ello contamos con microscópicos recursos. Hoy nos sentimos orgullosos por haber convergido con cientos de miles de mexicanos.

(((Recuadro))


En el centro y norte del país, el voto nulo aplastó a los partidos enanos
En Chihuahua, Michoacán y San Luís Potosí el voto nulo fue elevado. En  Chihuahua representó casi el 9 por ciento del electorado, mientras que en Michoacán del 10 por ciento. San Luis Potosí un 10.5 por ciento de electores.
La fuerza de la papeleta nula en estos estados dejó con la boca abierta y sin legitimidad a los partidos pequeños con registro que actúan como fauna de acompañamiento de los tres grandes partidos burgueses.
En Chihuahua destaca el caso de Ciudad Juárez, porque aquí la anulación alcanzó el 12 por ciento. Como sabemos, Juárez es la ciudad mártir de la política sangrienta de Calderón, sujeta a una brutal violencia que lleva ya varios años. Aquí en mayor número los anulistas expresaron su rechazo a todos los partidos porque apoyan en los hechos la guerra de Calderón.

martes, 5 de junio de 2012

Vota, bajo tu propio riesgo




El sufragio universal es una institución, un colectivo que atomiza o serializa a los hombres concretos y se dirige a ellos como entidades abstractas, los ciudadanos.
Jean Paul Sartre. 

Las campañas electorales, como todos y todas sabemos, se basan en promesas para atraer el voto y en un enorme derroche económico para promocionar a las y los candidatos. El voto, ese fetiche casi sagrado, se convierte en un gran poder compuesto por millones de pequeños poderes para legitimar el régimen. Para las elecciones del 2012 la diversificación de votar trae como consecuencia nuevas formas de entender el voto. Si votar es casi la única forma de participación social en lo político (lo cual es peligroso) por lo menos, quien ha de participar en dicho juego, tiene una responsabilidad muy grande en sus manos.

A diferencia de otras campañas, las elecciones del 2012 presentan una verdadera preocupación ciudadana, sobre todo en los sectores identificados con la izquierda,  por el posible triunfo del candidato del PRI a la presidencia de la república, Enrique Peña Nieto (EPN). El temor es real, pues se considera que la fuerza del PRI no sólo reside en la millonaria estrategia mediática, sino en el poder de enajenar a millones de posible votantes susceptibles de apoyar a EPN: priistas, simpatizantes y sobre todo, pobres. En una “democracia” donde 60 millones de personas viven en la pobreza, es fácil manipular el voto y más, si se tienen los recursos para hacerlo.

Hay un error en esta percepción ciudadana bajo estas circunstancias: el voto no sólo se manipula desde el marketing político, también se vota por tradición o por razones sentimentales y no sólo por conveniencia (elección racional) esto significa una complejidad de la decisión de votar (votar no significa elegir) más allá del evidente bombardeo de mensajes publicitarios y de las debilidades y fortalezas de los partidos  candidatos. Es tan efectiva la enajenación electoral, que incluso puede invisibilizar la situación anómica de la república. Este año el ingrediente estudiantil le da un nuevo sentido a las campañas y, mientras esperamos el desenlace más allá de lo electoral, según promesa de las y los universitarios (#yosoy132) el cambio lo podemos notar ya en las opciones de voto:

Voto joven

El inesperado resurgimiento del/la estudiante como actor político, aunque representa a una reducida parte del electorado joven, goza de un gran capital simbólico en el imaginario social además de un entorno internacional favorable a la movilización juvenil-estudiantil. Este movimiento puede generar una mayor participación electoral en este grupo de edad, lo cual ya es decir bastante, pero lo más interesante es su posicionamiento más allá de las elecciones, es decir, como un agente de cambio.

Voto nulo

El polémico voto nulo, tan vilipendiado actualmente, es una forma de votar sin elegir a un candidato(a) ya sea dejando la boleta en blanco,  escribiendo leyendas o garabatos, como también es una forma de abstencionismo cívico. El y la anulista, al igual que muchos(as) abstencionistas, realiza un acto consciente y razonado; es su forma de demostrar su rechazo, decepción o enojo con la política.  El/la anulista, al igual que el/la abstencionista, por convicción no negocia su voto, su decisión está tomada.

Voto de castigo

El voto de castigo surge cuando el/la votante decide “castigar” al partido gobernante y vota por otra poción para sacarlo del poder. Así por ejemplo, en varios estados del norte de la república, el rechazo a los gobiernos priistas, el antipriismo, e incluso las venganzas de expriistas, concedió votos principalmente al Partido Acción Nacional (PAN) desde mediados de la década del ochenta del siglo pasado. “Ahora que roben otros” solía decir la gente en ciudades como Juárez o Chihuahua, pues se pensaba más en términos de súbditos(as) que de ciudadanos(as). El fenómeno se sigue extendiendo al resto del país conforme se da la alternancia en el poder político.

Voto útil

El voto útil consiste en votar por una opción política que no era la deseada, evitando el triunfo de otra opción aún menos deseada. Es una acción pragmática cuyo ejemplo más significativo y simbólico nos lleva inevitablemente a la elección del 2000 con el triunfo de Vicente Fox para “sacar al PRI del poder”.  Hoy sigue promoviéndose esta forma de votar desde los mismos partidos políticos, buscando como siempre el número, la estadística favorable.

Pobreza de voto.

Es tanto una cuestión de cantidad (la ausencia de votantes o abstencionismo) como una cuestión simbólica y de calidad (voto inconsciente, manipulado o vendido) el resultado es el mismo: el voto se empobrece en cantidad y calidad. Una democracia donde menos del sesenta por ciento de sus ciudadanos(as) votan, es difícil considerarla como tal y menos aún cuando hay poca participación pública fuera de lo electoral. El sistema de partidos se las ha arreglado para alejar o acercar votantes, según convenga, así como para cooptar el voto de múltiples maneras. El éxito de este tipo de sistemas consiste en mantener empobrecida, analfabeta y despolitizada a la sociedad.

¿Votantes o electores?

Quien vota no elige, participa en un juego sobre algo previamente elegido, restringido. Elegir es una toma de conciencia personal y luego social. ¿Tú votas o eliges?