República de chairos
Carlos Murillo
González
El inicio
del 2017, con el aumento a la gasolina en México, ha provocado un escenario
inusitado de protestas a lo largo y ancho del país con una sociedad harta de
los abusos del poder político. El “gasolinazo” es la gota que derrama el vaso
de la cada vez más insoportable situación económica y política de un régimen
sumido en la cerrazón y totalmente separado de la realidad e intereses de la
nación.
La clase
política se ha esforzado insensiblemente por irritar sin cansancio al pueblo
mexicano de múltiples formas, pensando quizá en el profundo letargo de una
sociedad despolitizada, enajenada y dividida que le permite hasta el momento,
seguir despojándola de derechos y riquezas. Eso puede cambiar si se logra unir
a todos los movimientos, frentes y luchas no sólo para revertir el gasolinazo, sino para recuperar el país
que se ha robado el neoliberalismo a través de los partidos políticos y las
élites económicas.
República de mirreyes
Los mirreyes son producto de la decadencia
de las élites. Cobijados por el poder y la impunidad, estos juniors, frecuentes
protagonistas de excesos de todo tipo (por ejemplo, ¿recuerdan a Los Porkys violadores de Veracruz?)
hijos de políticos y empresarios (aunque no necesariamente) son las ladies y lores de los escándalos, famosos por sus actitudes prepotentes y su
mentalidad clasista, ven con desprecio a la mayoría de las y los mexicanos y no
dudan en discriminar a quienes no gozan de sus privilegios (ejemplo: los twits de las hijas de Peña Nieto).
Esta
generación de inútiles, donde fácilmente podemos ubicar al presidente de la
república y su gabinete son, desgraciadamente por que así se los hemos
permitido, quienes conducen el destino del país. Las y los mirreyes están en todas
partes y sobre todo en puestos políticos claves: gobernadores, legisladores, presidentes
de partidos, regidurías…pero son enemigos de la nación; un obstáculo para la
plena realización de la sociedad: corruptos, frívolos, megalómanos; su tiranía
genera violencia y su avaricia está entregando nuestros recursos naturales a
las transnacionales. En suma son el reflejo del precipicio que la sociedad
mexicana quiere evitar.
República de chairos
Chairo comenzó siendo un término despectivo para denominar a
cualquier joven en busca de asumir una identidad de izquierda. Presuntamente
por tomarla como una moda snobista, sin compromiso verdadero con alguna causa
justa, las y los chairos se convirtieron rápidamente en sinónimo de poser, es decir, en personas sin ningún interés
genuino, más bien pasajero, por la protesta social, ni imaginación para ofrecer
alternativas de vida más allá de usar parafernalia socialista o anarquista,
como las camisetas del "Che" Guevara, por ejemplo.
Si bien el
término vino a diferenciar a activistas comprometidos(as) serios de
oportunistas o curiosos ansiosos de tomarse selfies
en las marchas para subir al Facebook, el chairo está tomando auge para
identificar en general a todo aquel/aquella persona que hace uso de su derecho
a protestar, quejarse o criticar al gobierno, sin duda como una táctica de la
derecha y de grupos o personas conservadoras clasistas para demeritar
expresiones genuinas; sin embargo y por esta reacción virulenta, muchos
activistas se asumen ya como chairos con orgullo en contraposición al discurso
que los deslegitima.
Movimiento pacífico
La lucha
contra el gasolinazo es entonces una lucha de clases donde quienes protestamos,
las y los chairos, nos enfrentamos a las políticas de privilegios de las y los
mirreyes que no quieren abandonar. Así como hay chairos(as) con doctorado, hay
mirreyes (o mirreinas) sin estudios. Mientras el movimiento social en contra
del gasolinazo (y antes en contra de las reformas peñistas) se presenta
pacífico, la reacción del régimen es violenta.
¿Y por qué
la respuesta del Estado mexicano es violenta? Por que no tienen argumentos. La
tiranía de los mirreyes ha escogido fortalecer el Estado policiaco y militar
desde el sexenio de Vicente Fox para reprimir las protestas sociales de cualquier índole.
Ayotzinapa y Atenco son ejemplos elocuentes al respecto. Por eso buscan
pretextos para sacar el ejército a las calles, como lo hace ya la gendarmería y
la Policía Federal, por lo que podemos presumir que Peña Nieto y su pandilla
tienen miedo.
Antes que tome posesión Trump
Es
importante aumentar las presiones para exigir la renuncia de EPN e ir
desmantelando las reformas retrógradas de su gobierno. Si cae Peña Nieto será
más fácil llevar a la justicia a los Duarte, a los Moreira y a tantos otros
traidores saqueadores de la nación. Entre más rápido mejor, pues se avecinan
más peligros con la asunción de Donald
Trump el 20 de enero a la presidencia de los EEUU y corremos muchos riesgos con
el entreguismo y torpeza de Peña.
Si pensamos
más allá de revertir el aumento a la gasolina y sacamos a Peña (quien por
cierto, también merece un juicio popular por traición a la patria) convocando
más que a nuevas elecciones, a un nuevo México empoderado por su gente y no por
las élites político-económicas, tendremos más posibilidades de enfrentar en
mejores condiciones los siguientes embates del imperio estadounidense en manos del racista Trump.
¿Qué
prefieres, república de chairos o república de mirreyes?