Mostrando entradas con la etiqueta activismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta activismo. Mostrar todas las entradas

lunes, 26 de octubre de 2015

La toma del Puente Libre



La toma del Puente Libre
Carlos Murillo González


Una vez más cientos de campesinos de todos los rincones de Chihuahua, en esta ocasión en coordinación con la juarense Asamblea Regional Popular Paso del Norte, decidieron tomar en conjunto parte del Puente Internacional Córdova-Américas, mejor conocido como “puente libre” el lunes 26 de octubre del 2015.

¿Por qué tomar el puente?

Muchas personas de Juárez, las que se quejan por la toma política de los puentes o ante cualquier manifestación pública por que ven afectados sus intereses particulares, son incapaces de ir más allá y comprender por qué tantos campesinos viajarían con sus tractores cientos de kilómetros para obligar al Estado a resolver problemas inherentes al campo cuando han agotado casi todas las instancias (excepto las violentas, por supuesto).

Es de saber que la despolitización social, la apatía y el analfabetismo políticos, tienen una fuerte influencia en la sociedad a través de los medios de comunicación, los noticieros y periódicos o por deficiencias de formación escolares, pues el “ciudadano” mexicano, chihuahuense y juarense, carece de empatía con sus conciudadanos (salvo en casos de catástrofes naturales) desconoces sus derechos elementales y peor aún, cree que manifestarse es de nacos, tal vez influidos por la televisión o por su posición de clase, que los hace ser despectivos.

Varias manifestaciones en una

Además de la presencia campesina, menonita y rarámuri exigiendo atención al campo, que por décadas (todos los del neoliberalismo mexicano) se ha estado desmantelando y desatendiendo a favor de los grandes capitales y empresas transnacionales. Coincide la fecha con una conmemoración más, un año, un mes, de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero, lo cual se mencionó por micrófono; también se menciona el asesinato impune de los ecologistas del agua, Ismael y Manuelita Solís, a tres años de su crimen; están presentes papás y mamás de algunas de las muchachas desaparecidas de Juárez; activistas de la ciudad de Chihuahua en contra del fracking; activistas en contra de la apertura  minera en Samalayuca y, en general, presencia de las distintas facciones de la izquierda juarense (socialistas, ambientalistas, derecho humanistas, anarquistas…).

La situación sociológica en Chihuahua no soportaría un análisis de riesgos por inútil y fuera de tiempo. Estamos ya viviendo situaciones muy serias de ingobernabilidad, impunidad y decadencia de las instituciones. Sin ello, no sería posible la corrupción descarada en que incurren gobernantes como César Duarte en contubernio con sus aliados sin escrúpulos, dueños de periódicos y televisoras, a quienes no les importa mentir o desacreditar movimientos sociales genuinos, con tal de proteger sus intereses y los del  gobernante en turno. No en balde reciben millonarias aportaciones desde el gobierno del estado de Chihuahua, por ejemplo.

También hicieron acto de presencia obreros de maquila, un importantísimo actor que por fin está despertando y exigiendo sus derechos. Las y los profes del Resissste, como siempre solidarios y presentes, codo a codo con la gente de Le Barón y la de Jiménez y la de Cuauhtémoc. Nos avisan que los compas de Coahuila y Durango, quienes también tomaron casetas en la entrada a Torreón, ya lograron agendar una mesa de trabajo con el gobierno federal. Ante la proeza, en asamblea se decide acampar en el puente libre para forzar al gobierno del estado de Chihuahua a dialogar.

El malestar en la frontera

Sin duda es temerario y molesto llevar la protesta social a la radicalización para lograr cambios y objetivos legítimos. Es comprensible la molestia de quienes creen, por su enajenación, que se les está afectando caprichosamente, por que precisamente están tan ensimismados en sus vidas cotidianas, que se les olvida que viven en sociedad y sólo ven aquello que les molesta. Incapaces de entender la política, de identificar cómo les afectaría lo que comen en sus mesas si los  campesinos se quedaran con los brazos cruzados, encuentran en las manifestaciones sociales un blanco sustituto de sus limitadas frustraciones egoístas.

Indudablemente se afecta la vida transfronteriza de Juárez y El Paso con la toma de cualquiera de los puentes.  Sin duda también, existen otros mecanismos para lograr justicia o equidad menos “dañinos” para la vida cotidiana, pero también menos efectivos; si aun así haciendo públicas las injusticias y al mal gobierno la sociedad dormida no quiere enterarse ni solidarizarse, menos aún si no pasara nada, si no hubieran grupos que ejercen sus derechos mientras la sociedad insiste en no ser molestada cuando debería estar defendiendo los pocos derechos y libertades que le quedan con las reformas peñanietistas.

Como sociólogo, nunca deja de sorprenderme el grado de enajenación a la que puede llegar una sociedad. En el México de hoy están conformándose varias fuerzas populares a lo largo y ancho del territorio; la situación así lo amerita, por que se trata del futuro del país. Me sorprende que se esté desmantelando el campo y haya molestia por que los campesinos(as) se manifiestan. Se está desmantelando el IMSS, pero no están manifestándose los derechohabientes (¿?) la escuela pública está por los suelos y ha dejado de ser gratuita, pero los padres y madres de familia no le exigen nada al gobierno(¿?) el gobernador César Duarte nos roba frente a nuestras narices y pocos hacen algo, a la mayoría parece no importarle a dónde van a parar sus impuestos (¿?).

Así pues, cuando el reportero(a) conductor(a) o locutor(a) de noticias le salga con la queja del “ya volvieron a tomar el puente”, “ya volvieron a manifestarse”, acuérdese que lo están manipulando para ponerlo en contra de su propia gente. Investigue si la manifestación es justa o no; si se está ejerciendo un derecho o no, y piense y actúe en consecuencia. Muchas veces la exigencia de justicia no sólo beneficia a quien la exige, sino también a la sociedad y a usted.
  





domingo, 30 de agosto de 2015

No a la mina en Samalayuca



No a la mina en Samalayuca
Carlos Murillo González

El viernes 28 de agosto se llevó a cabo una pseudo consulta “pública” en Ciudad Juárez con motivo de hacer o no modificaciones legales para la instalación de un proyecto minero en terrenos del poblado de Samalayuca, en el sur del municipio de Juárez, realizada por la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) la Conanp (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas) y la UACJ (Universidad “Autónoma” de Ciudad Juárez).

Para una ciudad de 1.3 millones de habitantes, realizar al mismo tiempo, el mismo día, en una reducida y elitista reunión informativa, una consulta por invitación, permitiendo además la entrada a pobladores de Samalayuca (ellos tendrían su consulta el sábado 29 de agosto y sumaban casi la mitad de las y los ahí reunidos) con casi nula difusión, en un día hábil y con una duración de 7 horas, es por demás decirlo, una burla que oculta oscuros intereses detrás.

Samalayuca se encuentra a 50 kilómetros de Ciudad Juárez, en el extremo sur del municipio, con una población de unos 1,500 habitantes, dedicados sobre todo a actividades del campo. Es conocido por sus famosos y saqueados médanos (donde se han filmado películas como Dune) zona desértica con flora y fauna única protegida desde el 2009. Ciertamente es una localidad olvidada del progreso con muchas carencias, necesidades y un bajo nivel educativo, lo cual la hace precisamente vulnerable a la manipulación y el engaño.

Por otro lado la historia de las mineras, especialmente las canadienses, está llena de abusos, violencia, asesinatos, destrucción del medio ambiente y sobornos a gobiernos corruptos (como el mexicano) para lograr sus propósitos, evitar sanciones y saquear la riqueza favorablemente a cambio de una bicoca. En el caso de Samalayuca la empresa de capital canadiense WC Exploration Corporation lleva unos cinco años cabildeando en el pueblo a través del ex presidente seccional del poblado, Javier Meléndez, para cambiar el uso del suelo como “área protegida” y poder llevar a cabo sus actividades, según ellos, para explotar únicamente yacimientos de cobre.

También se encuentra involucrada la empresa mexicana Firex S.A de C.V. de quienes se desconoce o protegen los nombres de sus inversionistas, pero se rumora entre ellos se encuentra el actual gobernador del estado de Chihuahua, César Duarte, lo cual explicaría las presiones para realizar los cambios a favor de la apertura minera, la cual requiere de 1,500 hectáreas para trabajar y contaminar a cielo abierto en el área.

Esto explicaría el discurso, posicionamiento y mentiras del director de la Conanp, Jesús Alonso Duarte, primo, ¿adivinen de quién? Efectivamente, del gobernador, quien estuvo presente en la reunión del viernes en Juárez y en la “consulta” realizada en la ciudad de Chihuahua el día anterior con el mismo método de trabajo, contando también con “acarreados” de Samalayuca. Es obvio por dónde se mueven los intereses de la mina.

Tanto Samalayuca como Ciudad Juárez se abastecen del mismo manto acuífero (el Bolsón del Hueco) y las mineras utilizan el vital líquido de manera abundante para sus actividades, lo cual hace salir el tema de la exclusividad e interés de las y los samalayuquenses para ubicarse en su verdadera dimensión: si se aprueba la apertura minera, no sólo el poblado se verá afectado, sino en gran medida también Juárez y su vecina, la ciudad de El Paso, Texas.

Sería un crimen de lesa humanidad que el Estado haga caso omiso de las genuinas preocupaciones de quienes están conscientes de las consecuencias por la apertura minera en esta zona semidesértica, donde el agua es escasa y la contaminación del aire se empeoraría trayendo daños irreversibles a la salud pública, además del daño a todas las especies vivas. Esta lógica aplica desde luego también para otra industria que busca instalarse en la región gracias a la traicionera reforma energética del gobierno priista actual: la petrolera, en particular si se trata de la extracción del gas de lutitas (o gas shale).

Los peligros están expuestos ya. El problema no es nada más para Samalayuca, donde una parte de su población está siendo engañada (¿o comprada?) por promesas de trabajo y derrama económica para instalar la minería en su sección y, aunque están en su legítimo derecho por buscar atraer empresas para su beneficio y desarrollo, en este caso no están considerando el impacto más allá de su espacio de influencia y tiempo. Las concesiones mineras se otorgan por décadas de veinte años o más y cuando se van después de haber extraído los metales deseados, dejan una estela de muerte: tierras infértiles, residuos tóxicos, enfermedades, desolación.

En México tenemos muchos ejemplos ecocidas de empresas mineras, siendo el más reciente el del Grupo México, propiedad de Germán Larrea, quienes este año han vertido desechos contaminantes en ríos de Sonora, enfermando indistintamente a humanos, flora y fauna, sin que la justicia haya actuado de manera contundente. Ese debe ser al menos, nuestra referencia para pensar en las consecuencias de la posible apertura de la actividad minera, por lo tanto ¡No a la mina en Samalayuca!    



 




  

martes, 7 de julio de 2015





Las guerras del agua
Carlos Murillo González


Este verano basta de cortes injustos al suministro
 de agua en deudores de casa habitación.



La Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) de Ciudad Juárez, realiza cortes de suministro de agua en casas habitación. Esta acción es violatoria a derechos humanos y contradice además, la constitución. En pocas palabras, la JMAS está violando la ley. El derecho al agua no se negocia.

El agua es fundamental para la vida y cualquier persona, empresa o institución que atente contra ella, por ejemplo, monopolizando mantos de agua dulce, privando del acceso a determinados grupos y personas, o contaminándola vertiendo desechos y desperdicios, está cometiendo un acto criminal. Sin embargo la realidad del agua es precisamente su rápido deterioro y escasez gracias en gran parte a la humanidad. Como “seres inteligentes” que nos autonombramos como raza superior entre todas las especies animales, es asunto humano tomar consciencia del daño hecho por nuestra intervención en la naturaleza.

El agua y la guerra

Foro sobre minería y contaminación.
Insisten las y los expertos desde mediados del siglo pasado, sobre el aumento de los conflictos por el vital líquido, desencadenantes de protestas y desenlaces bélicos. En la Tierra (cuyo nombre correcto debería ser Agua, dadas las características acuíferas de la superficie de este planeta azul) menos del 3% del total de sus aguas son dulces; es decir, apenas una mínima parte del agua es potable en nuestro hábitat. 

Capitalismo y ecocidio



La rápida tendencia a la privatización del agua en el mundo para fines lucrativos, está acelerando la escasez, provocando transformaciones en el medio ambiente y afectando a miles de especies vegetales y animales, incluyendo al humano. La situación más crítica es en aquellos países donde, por sus características geográficas, demográficas y político-económicas, están siendo vulnerables a ser afectados por los intereses capitalistas adversos a los intereses de la sociedad y de la vida.   

El agua en el Estado neoliberal

Psicóloga Verónica Arnal sobre
contaminación del agua por minas.
 
En las regiones, naciones, estados y ciudades donde la forma de gobierno obedece al modelo neoliberal, se están cometiendo verdaderos atracos a la luz del día: se violan leyes, se pierden derechos o se hacen reformas constitucionales para favorecer la privatización de los recursos naturales. No conforme con esto, además se protege a las empresas privadas, se criminalizan o reprimen protestas sociales, se asesinan ecologistas, se despoja a los pueblos originales de sus territorios y se condena como “terrorismo o terrorista” a todo aquel, aquella y aquello que vaya en pro de la defensa del agua. 



Conflictos en México y el mundo

Desafortunadamente hay muchos ejemplos de conflictos generados por la enajenación del agua: si usted hace una búsqueda por internet, va a encontrar más de 17 millones sobre el tema “conflictos por el agua”  y casi 30 millones si busca “guerras por el agua”. Es tal el nivel del problema, que bien podría organizar búsquedas por continente, región, país, hasta llegar a casos de provincias, ciudades o barrios y en todas va a encontrar mucha información.

Foro sobre apertura minera en Samalayuca y su posibles
efectos ambientales, con Javier Meléndez,
presidente seccional de Samalayuca.
En México, la ruta de los conflictos por el agua es paralela a nuestra forma de organización jerárquica patriarcal autoritaria que causa tantos contratiempos a la sociedad mexicana: la escasez no sólo se debe a fenómenos naturales como la sequía, también hay graves problemas por su disponibilidad (mala repartición, acumulación elitista, sobre explotación de mantos acuíferos…) es decir, son problemas de intereses generados: la minería, el fracking, el agua embotellada,  entre otros, son los más beneficiados y a la vez los menos responsables de la contaminación, la desertificación o la persecución y muerte de ecologistas, en complicidad con políticos sin escrúpulos como el gobernador Moreno Valle (PAN) de Puebla o las y los actuales diputados federales que apoyan la iniciativa de Ley General de Agua y sin los cuales empresarios criminales como Germán Larrea (Grupo México, minería) ya estarían pagando cárcel por envenenar ríos en Sonora.     

Conflictos por el agua en Chihuahua

Todavía están presentes los asesinatos sin resolver de Ismael Solorio y Manuelita Solis, dirigentes de El Barzón en octubre del 2012 y relacionados con el robo de agua por la comunidad menonita. Así como este caso, hay disputas donde están involucradas compañías mineras y poblaciones rarámuris en la Sierra Tarahumara opuestas al uso irracional del agua y, más recientemente, nos enteramos de su falta de suministro en lo que queda del casi extinto “Valle de Juárez” al oriente de Ciudad Juárez. El agua de Chihuahua se está acabando y todavía falta por venir la industria petrolera transnacional con sus técnicas de extracción hidráulicas para gas esquisto, esto último gracias a la reciente reforma energética.





El agua no es una mercancía

miércoles, 24 de junio de 2015

ALTO A LOS CORTES DE AGUA EN CHIHUAHUA


Campaña contra el autoritarismo en Chihuahua, ¡alto a los abusos del poder!

jueves, 14 de mayo de 2015

Enajenación y elecciones







Enajelecciones
Carlos Murillo González


Ciudad Cárcel, Chihuahua, primavera del 2015


El tiempo transcurre detenido en el siglo XX. Empieza un ciclo electoral, termina otro. El único momento en que la “política” está permitida: la “ciudadanía”  “participa” en prácticamente una de las pocas opciones pacificas para ejercer al menos, un posicionamiento.

El porfiriato no se ha ido, regresa con refuego neoliberal a proseguir el saqueo de la nación, ahora en su versión transnacionalizada. Al menos Díaz era un nacionalista, mientras sus herederos del PRI, PAN, PRD y demás, equivalen a los Conservadores del siglo XIX, los mismos que trajeron a Maximiliano y Carlota. Con el México independiente se celebran elecciones más o menos periódicas, para terminar con la farsa electoral porfiriana en teoría sepultada, ya entrado el siglo XX. El siglo XXI todavía no empieza.

Todavía hay muchos fanáticos de Díaz,  conservadores neoliberales (perdón por el pleonasmo: conservador = neoliberal, así salió el engendro) mutantes clasistas/racistas/misóginos, con aspiraciones aristocráticas, dispuestos a hacer negocios turbios a expensas de la riqueza de la nación, que es patrimonio de todos y todas; o del perjuicio a la salud, economía, cultura y territorio de las personas, así como de daños irreversibles al medio ambiente. Ya no es necesario el virrey cuando se es un protectorado (“aliado”) estadounidense.

Pareciera que ya no es la historia de México, sino la de un país que fue.

Así las elecciones aseguran el tan preciado orden social. Pero, ¿quiénes votan? En el siglo XIX, al menos en el estado de Chihuahua votaban los hombres mayores de veintiún años con alguna propiedad; es decir, terratenientes. Indios, pobres y mujeres estaban excluidos. La revolución de 1910 supuso la teoría del fin del fraude electoral y la reelección presidencial, pero las mujeres alcanzaron el voto hasta 1957 y las y los jóvenes de dieciocho años hacia 1967. Aún así, hoy se vota menos.

Las elecciones son una forma ordenada de simular democracia (gobierno del pueblo) tanto en países capitalistas como socialistas. Las elecciones son una herramienta política, y no per se, un sinónimo de democracia, ¿será que la gente lo sabe? Tal vez no sepa qué es democracia, pero sabe de lo de Ayotzinapa, de la injusticia y de la pobreza. Hoy votan los más pobres y los más ricos por intereses encontrados; en medio una gran masa se desgrana entre votar o no votar; entre el fútbol, las telenovelas y algo que no comprende.
 
La anestesia es eficaz. La gente añora regresar al pasado, a soñados mejores tiempos que nunca existieron. No se dan cuenta que un tal Duarte les está robando su dinero y quitando el futuro a sus hijos e hijas. Prefiere ignorar las atrocidades cometidas en Juárez y la Sierra Tarahumara antes que solidarizarse con víctimas y activistas. Esta es la gente más peligrosa, la más dañada; la posible víctima o victimaria de la constante violencia del Estado policiaco-militar.

Votar legitima al sistema y a la vez es casi el único recurso conocido de participación ciudadana. Una participación sumisa, lacaya, despreciable y despreciada. Las elecciones se han vuelto un desagradable y caro circo que no divierte a nadie, no hace falta promover el abstencionismo, la política está en otra parte.

La lucha de clases la van ganando los conservadores (empresarios, partidos políticos, ejército, iglesia católica) unidos para mantener el status quo por las buenas, y sobre todo por las malas. Las banderas en contra del próximo fracking por venir, contra el feminicidio, el alto a la violación a los derechos humanos o las exigencias de justicia y reparación del daño para tantas personas afectadas por la todavía vigente y censurada “guerra contra el narco” brillan por su ausencia. Esas cuestiones no se ven ni se tocan, mucho menos hechos concretos como las catástrofes de la fábrica Blueberry y el Aeroshow.

En México votar es un derecho, mas no una obligación. Para muchos(as) es un dilema ético, pues implica cuestionarse el beneficio o desperdicio del voto (particularmente su voto) para otro tanto es un esfuerzo inútil, un acto superfluo. Quienes ven la utilidad del voto suelen cuestionar a quienes no lo hacen. Quienes practican una política más allá de lo electoral, suelen criticar a quienes sólo votan. Una vasta parte de la sociedad no lo hace por motivos mucho más humildes (despolitización social y analfabetismo político) que a veces ni alcanza a comprender.

La democracia es una bandera política de lucha tanto de izquierda como de derecha. Los primeros buscan la horizontalidad, la igualdad de las mayorías de manera equitativa. Los segundos enfatizan el lema de la libertad (sobre todo económica) basada en el individuo y el orden jerárquico. La democracia electoral es una herramienta política para legitimar regímenes, nada más. Si quiere democracia, la tiene que aprender desde niño(a) en la casa, la educación u (opcional) la religión, pero todos sabemos que la familia, la escuela y la iglesia, suelen ser instituciones más bien autoritarias.

Hay además otras formas de hacer democracia o ir más allá de ella: autogestión, autonomía, acracia, tribunales populares, cooperativas y cuando éstas fallan, también están las protestas y mítines, la resistencia civil pacífica, el boicot, la revocación de mandato, el plebiscito o el referéndum. La democracia es mucho más participativa que sólo salir a votar.