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jueves, 29 de julio de 2021
lunes, 26 de octubre de 2015
La toma del Puente Libre
La toma del Puente Libre
Carlos Murillo González
Una vez más cientos de campesinos de todos los rincones de
Chihuahua, en esta ocasión en coordinación con la juarense Asamblea Regional
Popular Paso del Norte, decidieron tomar en conjunto parte del Puente
Internacional Córdova-Américas, mejor conocido como “puente libre” el lunes 26
de octubre del 2015.
¿Por qué tomar el puente?
Muchas personas de Juárez, las que se quejan por la toma política
de los puentes o ante cualquier manifestación pública por que ven afectados sus
intereses particulares, son incapaces de ir más allá y comprender por qué tantos
campesinos viajarían con sus tractores cientos de kilómetros para obligar al
Estado a resolver problemas inherentes al campo cuando han agotado casi todas las
instancias (excepto las violentas, por supuesto).
Es de saber que la despolitización social, la apatía y el
analfabetismo políticos, tienen una fuerte influencia en la sociedad a través
de los medios de comunicación, los noticieros y periódicos o por deficiencias
de formación escolares, pues el “ciudadano” mexicano, chihuahuense y juarense,
carece de empatía con sus conciudadanos (salvo en casos de catástrofes naturales)
desconoces sus derechos elementales y peor aún, cree que manifestarse es de nacos, tal vez influidos por la
televisión o por su posición de clase, que los hace ser despectivos.
Varias
manifestaciones en una
Además de la presencia campesina, menonita y rarámuri exigiendo atención
al campo, que por décadas (todos los del neoliberalismo mexicano) se ha estado
desmantelando y desatendiendo a favor de los grandes capitales y empresas
transnacionales. Coincide la fecha con una conmemoración más, un año, un mes,
de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero, lo cual se mencionó por
micrófono; también se menciona el asesinato impune de los ecologistas del agua,
Ismael y Manuelita Solís, a tres años de su crimen; están presentes papás y mamás
de algunas de las muchachas desaparecidas de Juárez; activistas de la ciudad de
Chihuahua en contra del fracking;
activistas en contra de la apertura
minera en Samalayuca y, en general, presencia de las distintas facciones
de la izquierda juarense (socialistas, ambientalistas, derecho humanistas,
anarquistas…).
La situación sociológica en Chihuahua no
soportaría un análisis de riesgos por inútil y fuera de tiempo. Estamos ya
viviendo situaciones muy serias de ingobernabilidad, impunidad y decadencia de
las instituciones. Sin ello, no sería posible la corrupción descarada en que
incurren gobernantes como César Duarte en contubernio con sus aliados sin
escrúpulos, dueños de periódicos y televisoras, a quienes no les importa mentir
o desacreditar movimientos sociales genuinos, con tal de proteger sus intereses
y los del gobernante en turno. No en
balde reciben millonarias aportaciones desde el gobierno del estado de Chihuahua,
por ejemplo.
También hicieron acto de presencia obreros de maquila, un importantísimo
actor que por fin está despertando y exigiendo sus derechos. Las y los profes
del Resissste, como siempre solidarios y presentes, codo a codo con la gente de
Le Barón y la de Jiménez y la de Cuauhtémoc. Nos avisan que los compas de
Coahuila y Durango, quienes también tomaron casetas en la entrada a Torreón, ya
lograron agendar una mesa de trabajo con el gobierno federal. Ante la proeza, en
asamblea se decide acampar en el puente libre para forzar al gobierno del
estado de Chihuahua a dialogar.
El
malestar en la frontera
Sin duda es temerario y molesto llevar la protesta social a la
radicalización para lograr cambios y objetivos legítimos. Es comprensible la
molestia de quienes creen, por su enajenación, que se les está afectando
caprichosamente, por que precisamente están tan ensimismados en sus vidas cotidianas,
que se les olvida que viven en sociedad y sólo ven aquello que les molesta.
Incapaces de entender la política, de identificar cómo les afectaría lo que
comen en sus mesas si los campesinos se
quedaran con los brazos cruzados, encuentran en las manifestaciones sociales un
blanco sustituto de sus limitadas frustraciones egoístas.
Indudablemente se afecta la vida transfronteriza de Juárez y El
Paso con la toma de cualquiera de los puentes.
Sin duda también, existen otros mecanismos para lograr justicia o equidad
menos “dañinos” para la vida cotidiana, pero también menos efectivos; si aun
así haciendo públicas las injusticias y al mal gobierno la sociedad dormida no
quiere enterarse ni solidarizarse, menos aún si no pasara nada, si no hubieran
grupos que ejercen sus derechos mientras la sociedad insiste en no ser
molestada cuando debería estar defendiendo los pocos derechos y libertades que
le quedan con las reformas peñanietistas.
Como sociólogo, nunca deja de sorprenderme el grado de enajenación
a la que puede llegar una sociedad. En el México de hoy están conformándose
varias fuerzas populares a lo largo y ancho del territorio; la situación así lo
amerita, por que se trata del futuro del país. Me sorprende que se esté
desmantelando el campo y haya molestia por que los campesinos(as) se manifiestan.
Se está desmantelando el IMSS, pero no están manifestándose los
derechohabientes (¿?) la escuela pública está por los suelos y ha dejado de ser
gratuita, pero los padres y madres de familia no le exigen nada al gobierno(¿?)
el gobernador César Duarte nos roba frente a nuestras narices y pocos hacen
algo, a la mayoría parece no importarle a dónde van a parar sus impuestos (¿?).
Así pues, cuando el reportero(a) conductor(a) o locutor(a) de
noticias le salga con la queja del “ya volvieron a tomar el puente”, “ya
volvieron a manifestarse”, acuérdese que lo están manipulando para ponerlo en
contra de su propia gente. Investigue si la manifestación es justa o no; si se
está ejerciendo un derecho o no, y piense y actúe en consecuencia. Muchas veces
la exigencia de justicia no sólo beneficia a quien la exige, sino también a la
sociedad y a usted.
Etiquetas:
activismo,
Chihuahua,
Ciudad Juárez,
movimientos sociales
domingo, 30 de agosto de 2015
No a la mina en Samalayuca
No a la mina en Samalayuca
Carlos Murillo González
El viernes 28 de agosto se llevó a cabo una pseudo consulta
“pública” en Ciudad Juárez con motivo de hacer o no modificaciones legales para
la instalación de un proyecto minero en terrenos del poblado de Samalayuca, en
el sur del municipio de Juárez, realizada por la Semarnat (Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales) la Conanp (Comisión Nacional de Áreas Naturales
Protegidas) y la UACJ (Universidad “Autónoma” de Ciudad Juárez).
Para una ciudad de 1.3 millones de habitantes, realizar al mismo
tiempo, el mismo día, en una reducida y elitista reunión informativa, una
consulta por invitación, permitiendo además la entrada a pobladores de
Samalayuca (ellos tendrían su consulta el sábado 29 de agosto y sumaban casi la
mitad de las y los ahí reunidos) con casi nula difusión, en un día hábil y con
una duración de 7 horas, es por demás decirlo, una burla que oculta oscuros
intereses detrás.
Samalayuca se encuentra a 50 kilómetros de Ciudad Juárez, en el extremo
sur del municipio, con una población de unos 1,500 habitantes, dedicados sobre
todo a actividades del campo. Es conocido por sus famosos y saqueados médanos
(donde se han filmado películas como Dune)
zona desértica con flora y fauna única protegida desde el 2009. Ciertamente es
una localidad olvidada del progreso con muchas carencias, necesidades y un bajo
nivel educativo, lo cual la hace precisamente vulnerable a la manipulación y el
engaño.
Por otro lado la historia de las mineras, especialmente las
canadienses, está llena de abusos, violencia, asesinatos, destrucción del medio
ambiente y sobornos a gobiernos corruptos (como el mexicano) para lograr sus
propósitos, evitar sanciones y saquear la riqueza favorablemente a cambio de
una bicoca. En el caso de Samalayuca la empresa de capital canadiense WC Exploration Corporation lleva unos
cinco años cabildeando en el pueblo a través del ex presidente seccional del
poblado, Javier Meléndez, para cambiar el uso del suelo como “área protegida” y
poder llevar a cabo sus actividades, según ellos, para explotar únicamente
yacimientos de cobre.
También se encuentra involucrada la empresa mexicana Firex S.A de C.V. de quienes se
desconoce o protegen los nombres de sus inversionistas, pero se rumora entre
ellos se encuentra el actual gobernador del estado de Chihuahua, César Duarte,
lo cual explicaría las presiones para realizar los cambios a favor de la
apertura minera, la cual requiere de 1,500 hectáreas para trabajar y contaminar
a cielo abierto en el área.
Esto explicaría el discurso, posicionamiento y mentiras del
director de la Conanp, Jesús Alonso Duarte, primo, ¿adivinen de quién?
Efectivamente, del gobernador, quien estuvo presente en la reunión del viernes
en Juárez y en la “consulta” realizada en la ciudad de Chihuahua el día
anterior con el mismo método de trabajo, contando también con “acarreados” de
Samalayuca. Es obvio por dónde se mueven los intereses de la mina.
Tanto Samalayuca como Ciudad Juárez se abastecen del mismo manto
acuífero (el Bolsón del Hueco) y las mineras utilizan el vital líquido de
manera abundante para sus actividades, lo cual hace salir el tema de la
exclusividad e interés de las y los samalayuquenses para ubicarse en su
verdadera dimensión: si se aprueba la apertura minera, no sólo el poblado se
verá afectado, sino en gran medida también Juárez y su vecina, la ciudad de El
Paso, Texas.
Sería un crimen de lesa humanidad que el Estado haga caso omiso de
las genuinas preocupaciones de quienes están conscientes de las consecuencias
por la apertura minera en esta zona semidesértica, donde el agua es escasa y la
contaminación del aire se empeoraría trayendo daños irreversibles a la salud
pública, además del daño a todas las especies vivas. Esta lógica aplica desde
luego también para otra industria que busca instalarse en la región gracias a
la traicionera reforma energética del gobierno priista actual: la petrolera, en
particular si se trata de la extracción del gas de lutitas (o gas shale).
Los peligros están expuestos ya. El problema no es nada más para
Samalayuca, donde una parte de su población está siendo engañada (¿o comprada?)
por promesas de trabajo y derrama económica para instalar la minería en su
sección y, aunque están en su legítimo derecho por buscar atraer empresas para
su beneficio y desarrollo, en este caso no están considerando el impacto más
allá de su espacio de influencia y tiempo. Las concesiones mineras se otorgan
por décadas de veinte años o más y cuando se van después de haber extraído los
metales deseados, dejan una estela de muerte: tierras infértiles, residuos
tóxicos, enfermedades, desolación.
En México tenemos muchos ejemplos ecocidas de empresas mineras,
siendo el más reciente el del Grupo México, propiedad de Germán Larrea, quienes
este año han vertido desechos contaminantes en ríos de Sonora, enfermando
indistintamente a humanos, flora y fauna, sin que la justicia haya actuado de
manera contundente. Ese debe ser al menos, nuestra referencia para pensar en
las consecuencias de la posible apertura de la actividad minera, por lo tanto
¡No a la mina en Samalayuca!
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César Duarte,
Ciudad Juárez,
minería,
Samalayuca
martes, 7 de julio de 2015
Las guerras del agua
Carlos Murillo González
Este verano basta de cortes injustos al suministro
de agua en
deudores de casa habitación.
La Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) de Ciudad Juárez,
realiza cortes de suministro de agua en casas habitación. Esta acción es
violatoria a derechos humanos y contradice además, la constitución. En pocas
palabras, la JMAS está violando la ley. El derecho al agua no se negocia.
El agua es fundamental para la vida y cualquier persona, empresa o
institución que atente contra ella, por ejemplo, monopolizando mantos de agua
dulce, privando del acceso a determinados grupos y personas, o contaminándola
vertiendo desechos y desperdicios, está cometiendo un acto criminal. Sin
embargo la realidad del agua es precisamente su rápido deterioro y escasez
gracias en gran parte a la humanidad. Como “seres inteligentes” que nos
autonombramos como raza superior entre todas las especies animales, es asunto
humano tomar consciencia del daño hecho por nuestra intervención en la
naturaleza.
El agua y la guerra
![]() |
Foro sobre minería y contaminación. |
Insisten las y los expertos desde mediados del siglo pasado, sobre
el aumento de los conflictos por el vital líquido, desencadenantes de protestas
y desenlaces bélicos. En la Tierra (cuyo nombre correcto debería ser Agua, dadas las características
acuíferas de la superficie de este planeta azul) menos del 3% del total de sus
aguas son dulces; es decir, apenas una mínima parte del agua es potable en
nuestro hábitat.
Capitalismo y ecocidio
La rápida tendencia a la privatización del agua en el mundo para
fines lucrativos, está acelerando la escasez, provocando transformaciones en el
medio ambiente y afectando a miles de especies vegetales y animales, incluyendo
al humano. La situación más crítica es en aquellos países donde, por sus
características geográficas, demográficas y político-económicas, están siendo
vulnerables a ser afectados por los intereses capitalistas adversos a los
intereses de la sociedad y de la vida.
El agua en el Estado neoliberal
![]() |
Psicóloga Verónica Arnal sobre contaminación del agua por minas. |
En las regiones, naciones, estados y ciudades donde la forma de
gobierno obedece al modelo neoliberal, se están cometiendo verdaderos atracos a
la luz del día: se violan leyes, se pierden derechos o se hacen reformas
constitucionales para favorecer la privatización de los recursos naturales. No
conforme con esto, además se protege a las empresas privadas, se criminalizan o
reprimen protestas sociales, se asesinan ecologistas, se despoja a los pueblos
originales de sus territorios y se condena como “terrorismo o terrorista” a
todo aquel, aquella y aquello que vaya en pro de la defensa del agua.
Conflictos en México y el mundo
Desafortunadamente hay muchos ejemplos de conflictos generados por
la enajenación del agua: si usted hace una búsqueda por internet, va a encontrar
más de 17 millones sobre el tema “conflictos por el agua” y casi 30 millones si busca “guerras por el
agua”. Es tal el nivel del problema, que bien podría organizar búsquedas por
continente, región, país, hasta llegar a casos de provincias, ciudades o
barrios y en todas va a encontrar mucha información.
![]() |
Foro sobre apertura minera en Samalayuca y su posibles efectos ambientales, con Javier Meléndez, presidente seccional de Samalayuca. |
En México, la ruta de los conflictos por el agua es paralela a
nuestra forma de organización jerárquica patriarcal autoritaria que causa
tantos contratiempos a la sociedad mexicana: la escasez no sólo se debe a fenómenos
naturales como la sequía, también hay graves problemas por su disponibilidad (mala repartición,
acumulación elitista, sobre explotación de mantos acuíferos…) es decir, son problemas de intereses generados: la
minería, el fracking, el agua
embotellada, entre otros, son los más
beneficiados y a la vez los menos responsables de la contaminación, la
desertificación o la persecución y muerte de ecologistas, en complicidad con
políticos sin escrúpulos como el gobernador Moreno Valle (PAN) de Puebla o las
y los actuales diputados federales que apoyan la iniciativa de Ley General de
Agua y sin los cuales empresarios criminales como Germán Larrea (Grupo México,
minería) ya estarían pagando cárcel por envenenar ríos en Sonora.
Conflictos por el agua en Chihuahua
Todavía están presentes los asesinatos sin resolver de Ismael
Solorio y Manuelita Solis, dirigentes de El Barzón en octubre del 2012 y
relacionados con el robo de agua por la comunidad menonita. Así como este caso,
hay disputas donde están involucradas compañías mineras y poblaciones rarámuris
en la Sierra Tarahumara opuestas al uso irracional del agua y, más
recientemente, nos enteramos de su falta de suministro en lo que queda del casi
extinto “Valle de Juárez” al oriente de Ciudad Juárez. El agua de Chihuahua se
está acabando y todavía falta por venir la industria petrolera transnacional
con sus técnicas de extracción hidráulicas para gas esquisto, esto último
gracias a la reciente reforma energética.
El
agua no es una mercancía
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activismo,
agua,
Ciudad Juárez,
neoliberalismo,
Samalayuca
miércoles, 24 de junio de 2015
jueves, 14 de mayo de 2015
Enajenación y elecciones
Enajelecciones
Carlos Murillo González
Ciudad
Cárcel, Chihuahua, primavera del 2015

El porfiriato no se ha ido, regresa con refuego neoliberal a
proseguir el saqueo de la nación, ahora en su versión transnacionalizada. Al
menos Díaz era un nacionalista, mientras sus herederos del PRI, PAN, PRD y
demás, equivalen a los Conservadores del siglo XIX, los mismos que trajeron a
Maximiliano y Carlota. Con el México independiente se celebran elecciones más o
menos periódicas, para terminar con la farsa electoral porfiriana en teoría
sepultada, ya entrado el siglo XX. El siglo XXI todavía no empieza.


Pareciera que ya no es la historia de
México, sino la de un país que fue.


La anestesia es eficaz. La gente añora regresar al pasado, a
soñados mejores tiempos que nunca existieron. No se dan cuenta que un tal
Duarte les está robando su dinero y quitando el futuro a sus hijos e hijas.
Prefiere ignorar las atrocidades cometidas en Juárez y la Sierra Tarahumara
antes que solidarizarse con víctimas y activistas. Esta es la gente más
peligrosa, la más dañada; la posible víctima o victimaria de la constante
violencia del Estado policiaco-militar.
Votar legitima al sistema y a la vez es casi el único recurso
conocido de participación ciudadana. Una participación sumisa, lacaya,
despreciable y despreciada. Las elecciones se han vuelto un desagradable y caro
circo que no divierte a nadie, no hace falta promover el abstencionismo, la
política está en otra parte.



Hay además otras formas de hacer democracia o ir más allá de ella:
autogestión, autonomía, acracia, tribunales populares, cooperativas y cuando
éstas fallan, también están las protestas y mítines, la resistencia civil
pacífica, el boicot, la revocación de mandato, el plebiscito o el referéndum.
La democracia es mucho más participativa que sólo salir a votar.
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