EZLN,
elecciones, EEUU, ejecutados y…
Carlos Murillo
González
EZLN
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) es un reconocido actor político chiapaneco con prestigio internacional y
penetración social desde 1994 quienes a través del Consejo Nacional Indígena
(CNI) han dado a conocer su propósito de participar en las elecciones
presidenciales del 2018 con una candidata indígena.
La polémica desatada por dicha aspiración de
quienes reiteran su despropósito de obtener el poder político, particularmente
en la “izquierda” partidista y más específicamente en Morena y su líder Andrés
Manuel López Obrador, no ha pasado desapercibida por las redes sociales y los
medios de comunicación, generando debates en pro y en contra de la noticia zapatista;
desde respuestas entusiastas, hasta teorías conspirativas.
Si bien las y los zapatistas, las y los
indígenas tienen derecho a entrar a la arena electoral y posicionar su agenda,
pareciera una mala o ingenua decisión conociendo cómo funciona el sistema de
partidos con todas las trabas simplemente para aceptar a un(a) candidato(a)
independiente, no se diga para hacer fraudes y todo tipo de trampas para
garantizar el resultado de una votación. ¿Qué pasaría si gana la candidata del
CNI y no se le respeta el triunfo?, ¿el EZLN tomaría las calles o tomaría las
armas?, ¿cómo van a financiar su campaña, con dinero público o propio? No es
pues, una decisión sencilla.
Elecciones
En EEUU las presidenciales se efectúan en los
primeros días de noviembre; en México, hasta el 2018 y en ambas hay mucha
farsa. Las elecciones falsamente llamadas democráticas, en la mayoría de los países
adolecen de legitimidad, pero siguen siendo la principal forma legal de
garantizar el orden político aceptado mundialmente.
Uno de los síntomas de la pérdida de
legitimidad es un marcado abstencionismo. Es decir, exceptuando los países
donde se vota por obligación, en la mayoría de las democracias no se vota. El ejemplo
más reciente es el referéndum por la paz en Colombia donde el “no” a la paz
salió victorioso por medio punto en unas elecciones donde dos terceras partes
de las y los colombianos no salieron a votar.
Entonces las elecciones se han convertido en un
instrumento ajeno a la gente; en un simulacro de buenos deseos e intereses por
el bien común, la justicia, el progreso y otras tantas vanidades que prometen candidatos(as)
mayormente representantes de poderes político-económicos. Obviamente el
instrumento electoral es limitado para la mayoría, pero eficaz para las clases
dominantes.
EEUU
Las elecciones en EEUU parece no tendrá
ganadores. Si gana Donald Trump, ¿de veras el espectro político-militar-económico
de la oligarquía gringa le dejará llevar a cabo sus planes del muro con México,
la cercanía con Rusia o la cancelación de tratados como el TLCAN o con la OTAN?
Si Gana Hillary Clinton, ¿seguirá la financiación al Estado Islámico, las
guerras en Oriente Medio, el apoyo al fracking y otras industrias sucias?
Lo que tienen de interesante estas elecciones es
conocer el nivel ignorante del electorado estadounidense (no sólo en el Tercer
Mundo hay ignorancia) sus fobias xenofóbicas, misóginas, clasistas y racistas, el
caudal de documentos filtrados por Wikileaks sobre Hillary, el marketing fascista
de Trump y lo que fue el movimiento encabezado por Bernard Bernie Sanders, quienes se rehusan a votar por Clinton.
EEUU no está en su mejor momento: China y Rusia
le disputan escenarios y liderazgos mundiales; su economía sigue inestable,
dependiente de su industria bélica y un dólar sobrevaluado; con una violencia
doméstica (nacional) que evidencia las diferencias étnicas contra negros, indígenas e inmigrantes latinos. Hillary
se perfila favorita para ganar (¿sin fraude?) a Trump, pero el abstencionismo
podría traer sorpresas.
Ejecutados
Mientras estos sucede a nivel macro, nacional e
internacional, en la tremenda Ciudad Juárez, la transición de gobiernos trae
aumentos de asesinatos de nuevo. En realidad la violencia nunca se ha ido y los
cantos victoriosos de quienes han maquillado cifras e impunidades (políticos, medios
y empresarios) sólo ha sido para lavar la imagen de esta ciudad marcada por el
narco y los feminicidios.
Es terrible la inoperancia electoral ante un
sistema (capitalista) que devora a sus hijos(as). Tanto a nivel estatal como a
nivel municipal, el sistema de justicia y policiaco está ligado a personas de dudosa calidad moral
(González Nicolás, Peniche…) no se ponen de acuerdo, la ciudadanía está enojada
y ofendida y, para colmo, se amenaza con traer de nuevo al ejército y a los
federales para “combatir” el crimen.
Las y los ejecutados tienen nombre, aunque
salgan en la última columna de la última página de policiacas en los
principales diarios. Esto dice mucho de la calidad moral y libertad de estos
medios, quienes han sido fieles a la censura gubernamental de Peña Nieto, muy
dados a criminalizar detenidos antes de ser juzgados, o a encubrir a criminales
de cuello blanco como el ex gobernador César Duarte. Las elecciones no han
podido solucionar el problema de la violencia, el fraude y la corrupción, ¿vale
la pena seguir intentando o cambiar de método?