Se ríen de mi por ser diferente,
yo me río de todos por ser iguales
Kurt Cobain
En la página en red del periódico juarense El Diario, puede verse el video titulado
“El negocio de la limosna”, un reportaje donde de manera confusa y prejuiciosa
se condena a la mendicidad citadina metiendo en el mismo saco a artistas
urbanos, mendigantes y charlatanes. Es
tan obvio el desprecio a esta forma de vida, que inmediatamente se nota el
trasfondo para justificar la criminalización de la sociedad fomentando el odio
de clase.
La historia es más larga: es la nota principal a primera
plana de la edición en papel del domingo 17 de marzo del 2013. Un largo
recorrido con entrevistas, reflexiones y disertaciones alrededor del dinero (de
cuánto ganan y cuánto trabajan al día los actores sociales antes mencionados) siempre
bajo la sospecha de estar cometiendo engaño o delito. Lo interesante es cómo se
juega con el maniqueísmo dividiendo entre un lector(a) seguramente más identificado
con la persona honesta y trabajadora, tal vez de clase media empleada o pequeña
emprendedora que seguramente paga sus impuestos y hasta vota, encargada de “dar
limosna” a estos oficiantes, protagonistas de una historia donde aparecen como
personajes de cuidado. En ningún momento se critica o explica el modelo
económico que hace posible este fenómeno, pero sí se señala a las y los vivillos o vividores(as) de la mendicidad, la acrobacia y el arte, por “enriquecerse”
a costa de sus patrocinadores.
Este tipo de reportaje es sólo una muestra del carácter predominantemente
conservador de los medios noticiosos de Ciudad Juárez (incluyendo radio, prensa
y televisión) repletos de noticias de este tipo, donde incluso se da trato
despectivo o se minimizan ciertos temas, como el feminicidio, la contaminación
de la empresa Asarco o el despojo de la tierra en Lomas de Poleo, mientras
ciertos otros actores que no encajan en el modelo ideal de la sociedad de
clases donde vivimos (activistas, izquierdistas, pobres, indígenas, jóvenes y mujeres,
entre otros) se convierten en blanco de intolerancia y difamación.
Artistas por
necesidad.
El desprecio por el arte urbano, ambulante, popular o
contracultural expresado por El Diario,
es una forma de prejuicio social hacia aquellas personas distintas a la
“normalidad” que impone el régimen político-económico-social y religioso. Este
tipo de noticias no respeta la libertad individual y denigra la actividad
artística haciéndola aparecer ante la opinión pública como labores de gente sin
oficio y mal intencionada. Nada más ajeno a la realidad. Si bien es cierto que
ni todas las personas mendigante son honestas, ni todos las/los artistas son
virtuosos, también y por lo mismo, es preciso diferenciar entre ambos y el
reportaje no hace sino resumir que todo el heterogéneo mundo del arte como
actividad económica, fuera de la maquila, los servicios y la burocracia
estatal, no tiene valor y hay que rechazarlo.
Trabajadores/as del
arte.
Cierto que a nadie le gusta ver, por ejemplo, a niños(as) en
la calle tocando el clarinete y la tarola mientras los papás pasan el sombrero
a la gente, pero no es condenándolos como se va a solucionar el problema. No
toda la gente desarrolla el talento o se atreve a expresarse a través del arte
y muchos/as artistas han comenzado sus carreras en la calle. A diferencia de
otras profesiones y trabajos, El/la artista crea, no produce y de su arte brota
el reconocimiento social, pues provoca a salir de la cotidianidad. No se puede
vivir sin arte y sin belleza, sería como se dice, “comer sin hambre” o “hacer
el amor sin ganas”. Las y los artistas callejeros cumplen una función social
importante, además de evitar aumento del ejército
industrial de reserva con sus negativas consecuencias (desempleo y crimen) cosa
que para nada se toca en el reportaje.
Bob Dylan, Edith Piaf, Francisco Charro Avitia y Juan Gabriel, son algunos artistas callejeros que
hoy son leyendas. Actualmente en cualquier pueblo y ciudad del mundo puede uno
conocer la gran variedad de artistas de todo tipo (gráficos, musicales, circenses,
mimos…), ¿por qué Ciudad Juárez debería ser la excepción? Es reprobable la
posición de este medio informativo hacia este grupo social, por que ocasiona
una doble marginación del arte urbano por el hecho de serlo: la primera por la
condición de clase que ofrece el capitalismo, pues sólo reconoce ciertos tipos
de arte; la segunda por intentar poner a la opinión pública en contra de una
actividad tan legítima y hasta más honesta que el comercio. Por lo menos los
artistas de la calle no lucran con el morbo ni denigran sexualmente a la mujer
como hace el P.M., el otro periódico
de la misma editora de El Diario creado
para consumo popular sin ayudar en nada en elevar la moral de las personas.
Sería interesante que El
Diario, haciendo gala del prestigio ganado en años recientes a consecuencia
de los asesinatos a sus periodistas, hiciera un reportaje sobre la forma de
vida de los políticos; por ejemplo, yendo más allá de lo que hace el proyecto
de monitoreo de Regidor 19 http://www.pactoporjuarez.org/vigila/regidor-19/
y entrevistar directamente a las y los
regidores del cabildo local, de quienes mucha gente incluso ignora su
existencia. ¿A poco no sería más interesante para sus lectores ver en un video
cómo reaccionarían estos personajes cuando el o la reportera les preguntase
sobre cuánto tiempo real trabajan, cómo gastan el dinero de la ciudadanía y
cuáles otros beneficios tienen a parte de su jugoso sueldo, en vez, por ejemplo,
de chacotear en sus editoriales sobre los chismes de pasillo de la presidencia?
Este es el link para ver el video sobre “El negocio de la
limosna”: