Como
era de esperarse, sin guardar las apariencias lo más mínimo, el nepotismo se
instala en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) a través del nuevo
rector por unanimidad (un aplauso por favor) Ricardo Duarte, cuyo mayor mérito
por supuesto, es ser el hermano del actual gobernador, ¿hacía falta algo más?
La
mafia del PRI cada vez es más descarada, cínica y soberbia. No quieren dejar
nada fuera de su alcance: medios de comunicación, sindicatos, colonias, campo,
pueblos y, por supuesto, universidades. No es que se trate de algo nuevo, sino
de la continuación de la mediocridad, el abuso y la corrupción tan característico
de tan desprestigiada organización política.
La
UACJ se ha caracterizado desde sus inicios por ser un instrumento del PRI, casi
todos sus rectores (por que no ha habido rectoras) son de ese partido y
egresados de la Universidad Autónoma de Chihuahua, como si fuera una colonia de
estos organismos. De entrada, eso de “autonomía” queda en entredicho. La UACJ
todavía espera y aspira a ser una universidad independiente, autónoma,
democrática y en manos de sus propios egresados.
En
cuanto a las y los consejeros universitarios que eligieron en nombre de los 25
mil alumnos(as) y otros cuantos miles de maestros(as) y trabajadores(as)
simplemente actuaron con la despolitización social característica de este país
y ciudad, por las buenas (ignorancia, apatía) o por las malas (manipulados,
comprados o amenazados). La realidad de la UACJ es y será la continuación de
las políticas neoliberales en contra de maestros y alumnos, una universidad
mayoritariamente de borregos sumisos que no dan lata, como debe ser.
Esta
triste realidad casi trágica, no es exclusiva de las y los universitarios. Las
y los profesionistas egresados de esta institución a final de cuentas se
incorporan como tales a la sociedad, con su buena o mal formación, sin
compromiso social, a proseguir su destino de manera egoísta. La UACJ lejos de
ser una universidad de primer nivel, como siempre nos quieren hacer creer sus autoridades,
sigue evidenciando lo mismo que aqueja a muchos de sus egresados(as): falta de
compromiso con las/los universitarios, con la sociedad; nepotismo, grupos de
poder, malas prácticas laborales…todo un palacio de marfil que sirve como
trampolín a sus rectores.
A
favor de la UACJ se debe decir que no es la única universidad priista (hay
otras peores) que dentro de la comunidad universitaria sí existen voces
disidentes y personas éticas, aunque son la minoría y que, así sea
modestamente, sin esas personas éticas no habría prestigio universitario. De
hecho, la rectoría usurpa funciones que le corresponden a los consejos Universitario
y Técnico: toma decisiones en su nombre, lo cual le quita autonomía y
democracia a los que se supone son los órganos máximos de la universidad, no el
rector.
¿Qué
esperar del nuevo rector/viejo sistema? Nada nuevo, más bien mayores cuotas a
las y los alumnos, cero apoyo a las universitarias desaparecidas y sus
familias, abusos y explotación a los maestros(as) de horas sueltas, derroche de
recursos sin rendir cuentas, etcétera; ¿qué de bueno puede venir de un priista?
Para la sociedad nada, para los priistas y sus huestes, pues para empezar, trabajo,
transas, apoyo y sumisión al gobierno municipal del Teto Murguía y del
gobernador…si Dios existe, de seguro es priista.
Todavía
el día de ayer el flamante y viejo rector Duarte tuvo la oportunidad de
congraciarse con las y los estudiantes que organizaron a través del movimiento
#Yosoy132, un debate al que sólo acudió el doctor Nolberto Acosta, los otros
dos paleros (perdón, candidatos) tampoco asistieron. Debe ser muy fuerte la
línea política que trae dicho personaje para en su discurso decir que se
“preocupa” por la comunidad universitaria y en la práctica se comporte como un
déspota. Cuidado disidentes.
El
microcosmos de la UACJ se parece mucho al macrocosmos de México: un espacio
cooptado por déspotas, que no rinden cuentas a nadie; que trabajan de espaldas
a la sociedad; un lugar donde se adora la mediocridad, se recompensa la
arbitrariedad y la fidelidad (al rector, claro) y se hace uso de los recursos
discrecionalmente. Además el codiciado puesto de rector tiene un envidiable
sueldo vitalicio de varias decenas de miles de pesos, del que muy bien nos
pueden platicar TODOS los ex rectores. ¿Será por eso que la UACJ tiene problemas
económicos y recurre a aumentar las cuotas a estudiantes?
Como
estudiante y en un tiempo “maestro por honorarios” de la UACJ, me avergüenza
que la universidad de pasos hacia atrás. Pero por otro lado y en honor a las y
los buenos maestros(as) y compañeros(as) que tuve (estudiantes y trabajadores)
lo menos que puedo hacer para salvar mi honor y el suyo, es advertir a la
sociedad que no todos los y las egresados, maestros(as) y trabajadores(es) de
la UACJ somos priistas, corruptos ni mediocres. Con pena ajena, le ofrezco una
disculpa a la sociedad juarense principalmente, por las aberrantes acciones que
hace la universidad y las consecuencias de sus actos.
Mil disculpas.