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jueves, 13 de mayo de 2021

Pandemia + elecciones = pandemia de elecciones

Vista aérea del suroriente de Ciudad Juárez

 

Pandemia + elecciones = pandemia de elecciones

Carlos Murillo González


Cada año la calidad de las elecciones baja en la misma razón de la calidad de las propuestas de los candidatos y de los partidos, convirtiendo las campañas en una parodia de la política. Sin escapatoria, el ciudadano(a) común, el eterno y pasivo espectador(a) de una contienda que le es ajena, se resigna a la apatía, la mofa y el rechazo a lo político, haciendo un círculo vicioso favorable a mantener el status quo del sistema.


La variable del coronavirus Covid-19 y su prolongado confinamiento de más de un año, ha hecho más dificultosa la vida cotidiana por su secuela de contagios, muertes y efectos económicos adversos. Bajo este contexto, en las entidades donde se celebran elecciones este 2021, el vigor por las campañas es distinto al de años anteriores. En el caso de Chihuahua, el único estado en semáforo naranja (los demás en verde y amarillo) según la calificación de riesgo de contagio por covid, el entusiasmo electoral luce por su ausencia. La oferta partidista es pronunciadamente igual que otros años: mismos discursos, mismas propuestas, mismas promesas. El potencial votante no ve diferencia entre partidos, mucho menos de ideologías, debido al cinismo del pragmatismo político, que igual revuelve oportunistas de todo tipo dejando ver su adicción por el poder y/o búsqueda de inmunidad para enfrentar la justicia.


¿Qué habría pasado si en 2018 en vez de que ganase Morena, hubiera sido la continuación del régimen neoliberal? Es muy probable que la gente estaría en las calles no celebrando elecciones, sino exigiendo la caída de sus gobernantes, un cambio en el sistema, como ocurrió en EEUU el año pasado y sucede en Colombia actualmente. Esto no quiere decir que el actual régimen esté haciendo todo bien o se haya deslindado del capitalismo, pero sí, que la gente que votó por esa opción (hoy, muchos arrepentidos, por cierto) esté contenta con ciertas políticas populistas (becas, aumento del salario mínimo…) ejercidas por el gobierno federal. Regresando a Chihuahua, aquí ocurre una situación general de descontento hacia el actual gobierno de derecha y neoliberal (privatizador) de Javier Corral, emanado del PAN, mediocre y autoritario a más no poder que, aunado al pragmatismo insensato, burlo, amoral de la oferta partidista electoral, hacen que esta sociedad abstencionista por tradición, se asqueé más de la cuenta para justificar su ausencia no sólo electoral, sino de la vida pública, sin saber el beneficio  brindado sin querer a las élites políticas y económicas. A los partidos no les interesa más votantes, sino ganar más elecciones.


Para el caso de Juárez, una ciudad abandonada a su suerte desde hace muchos años, el desencanto con lo político-electoral se acentúa con la verdaderamente baja calidad de la oferta partidista, reciclada y anclada en el pasado; frívola y mezquina; sin imaginación ni propuestas serias para la ciudad de 1.5 millones de personas, la más grande del estado y económicamente, la más importante, pero, políticamente marginada: lejos de la toma de decisiones, fuera de las agendas y presupuestos gubernamentales, con un abstencionismo que ha llegado a veces hasta el 80% traducible también en bajo interés por los asuntos ciudadanos, es una suerte de puerto pirata mezclada con su pasado ligado al Old West gringo; una tierra sin ley, anómica, desterrada al olvido y explotada (victimizada) por la maquila, el narco y los Estados Unidos. Desde el 2007, la ciudad ha figurado varios años como la más peligrosa del mundo y en repetidas ocasiones, dentro de las más violentas, como sucedió en 2019 y 2020, donde aparecemos en el top cinco mundial.


Si el feminicidio, las ejecuciones del narco y las extra judiciales de la policía, no son parte de las propuestas ni promesas de campaña, en cuanto a soluciones, menos lo son el rescate de la vivienda abandonada, el ecocidio o la sequía. El Estado policiaco a través de la policía militarizada, sin duda, no ha traído tranquilidad a la sociedad juarense, pero sí a los intereses de la burguesía local-binacional; no hay distinción en el discurso electoral derecha-izquierda: combatir la corrupción, más vigilancia policiaca, más y mejores trabajos…nada ha cambiado en la forma de hacer campañas, salvo la eventualidad del Covid-19. Sin duda hay una permanente derechización de la política, pues en la práctica, continúa la guerra contra las y los jóvenes, contra las y los pobres, la privatización de los bienes públicos, la democratización de la deuda pública (endeudamiento del Estado) toda una estructura (y súper estructura) construida para favorecer a las élites en detrimento de la sociedad, basada en la figura del héroe, mesías, caudillo o líder que vendrá a salvar al pueblo sufrido de la corrupción y la maldad. El resultado es una sociedad infantilizada, incapaz de pensar por sí misma, fácil presa de la manipulación mediática, religiosa, o incluso, amenazada por la patronal si intenta autodeterminarse así misma.


La criminalización de la sociedad es una tendencia tanto de gobiernos emanados de la derecha, como de aquellos surgidos de la izquierda. En el primer caso, lo estamos sufriendo en Chihuahua desde los primeros gobiernos del PAN en la década del ochenta del siglo pasado (Francisco Barrio como presidente municipal de Juárez y luego como gobernador; luego los gobiernos del PRI en alternancia con Patricio Martínez, Reyes Baeza y César Duarte y, a nivel nacional, también en la alternancia PRI-PAN con Salinas, Fox, Calderón y Peña Nieto) en una constante violencia e inseguridad pública coincidente con la creación de entidades policiales (por ejemplo, la Policía Federal de Fox) y políticas como la “guerra contra el narco” calderonista, con injerencia, claro está, del imperialismo de Estados Unidos (Iniciativa Mérida) que no han traído otra cosa más que desapariciones forzadas por decenas de miles, juvenicidio, feminicidio y una constante de asesinatos a ecologistas, derecho humanistas y periodistas. La actual 4T (Cuarta Transformación) de López Obrador con su Guardia Nacional, si bien no ha sido tan atroz como sus antecesoras, sí se han visto muy mal ante la opinión pública con su trato al Cártel de Sinaloa, el mal manejo del conflicto del agua en Chihuahua y, sin duda, serviles hacia los EEUU en su política anti inmigrante con las y los hermanos latinoamericanos y en su paso por este país hacia el imperio. El respeto a los derechos humanos sigue estando ausente.


¿Por qué no ha habido una protesta ciudadana amplia e incluyente ante el manejo gubernamental de la pandemia de Covid-19? Tal vez por que, estando la sociedad tan acostumbrada a la barbarie de la violencia cotidiana (incluida la económica) se ha acostumbrado también a la supervivencia y se ha vuelto más temerosa y egoísta, justo lo que quieren los grupos de poder económico-políticos. Por eso para la mayoría de las y los chihuahuenses, particularmente las y los residentes de Juárez, las elecciones no son opción, sino continuación del régimen. Pero si las “elecciones” y los partidos no son la respuesta, ¿qué sí lo es?

    


 


 





miércoles, 5 de octubre de 2016

Corral empezó mal



Corral empezó mal
Carlos Murillo González

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El martes 4 de octubre del 2016 se hizo el cambio de gobierno del estado de Chihuahua con el nuevo gobernador emanado del Partido Acción Nacional (PAN) el juarense, Javier Corral Jurado. Sucesor de uno de los más corruptos gobernadores que haya tenido Chihuahua (el priista César Duarte) la principal promesa de campaña de Corral fue (y es) meter a la cárcel a Duarte.

Mientras algunas personas, empresarios, ong´s y los poquísimos panistas que aún quedan en el estado festejan el triunfo de Corral, al presentar a las y los integrantes de su gabinete el lunes 3 de octubre, las expectativas de un cambio favorable a la sociedad se empezaron a esfumar, independientemente de que la mitad del gabinete sean mujeres y que el ladrón de Duarte haya dejado vacías las arcas de la tesorería, es decir, que haya que comenzar de cero o menos.

Si bien Corral goza de cierto prestigio como legislador al haber enfrentado desde las cámaras al poder de las televisoras, sus dotes de orador no serán suficientes para encabezar un estado con serios problemas de inseguridad, heredadas por un correligionario suyo, el ex presidente Felipe Calderón y con una deuda exhorbitante herencia de Duarte, además de una sociedad con memoria que de entrada le cuestiona dónde estuvo su retórica cuando la "guerra contra el narco" panista hacía estragos en Chihuahua y sobre todo en su nativa Ciudad Juárez. 

Aquí empieza el meollo del gabinete pues incluye como fiscal del estado a César Augusto Peniche, quien fue sub delegado de la Procuraduría General del Estado precisamente en medio de los años de mayor intensidad de la "guerra contra el narco", realizando un papel insignificante, por no decir mediocre, a quien además se le acusa en ese periodo de enriquecimiento ilícito y manejo inadecuado de recursos (ver: http://diario.mx/Local/2013-01-28_b0d411e3/deja-tirado-subdelegado-de-la-pgr-puesto-aqui-para-ser-procurador-en-morelos/) entre otras anomalías. ¿Este oscuro individuo se va a encargar de la justicia chihuahuense? Afortunadamente aún falta el aval del Congreso del Estado.

Otro peligroso personaje es Javier Benavides González, señalado por medios informativos de tener vínculos con el narcotráfico y realizar acciones en contra de la libertad de expresión (ver: http://nortedigital.mx/regresa-javier-benavides-jefe-la-policia-estatal/) durante su gestión en el sexenio de Francisco Barrio, es el "encargado" de la Policía Estatal, mientras se encuentra a la persona ideal para el cargo. ¿Será por esa razón que Antonio Pinedo renunció como coordinador de Comunicación Social de Gobierno del Estado? 

Otro personaje polémico más es Rubén Chávez Villagrán, designado para tomar el mando de la Secretaría de Desarrollo Rural; él es un empresario presidente de la Alianza Pro Transgénicos APT) organización nacional que busca la autorización para sembrar maíz genéticamente modificado. Aquí lo que llama la atención es el mutismo de Víctor Quintana, flamante secretario de Fomento Social, quien ha sido dirigente de organizaciones campesinas nacionales y chihuahuense como El Barzón totalmente opuestas a la introducción del maíz transgénico (¿?). En el 2015 recibió en APT un paquete explosivo que tuvo a bien no abrir.

La lista continúa con otro empresario: Pablo Cuarón Galindo, en la Secretaría de Educación y Deporte. Para empezar, ¿qué hace un empresario en Educación y Deporte? De entrada contradecir a su jefe y a la Constitución diciendo que la educación universitaria gratuita no es factible (ver: http://www.omnia.com.mx/article/descarta-cuar%C3%B3n-universidad-gratuita-tenemos-un-estado-quebrado). Esta declaración sin duda reivindica por qué la gente no cree en las promesas de campaña y que el PAN es un partido de derecha apegado al neoliberalismo. Estas tampoco son buenas noticias para las y los profesores: un empresario va a evaluarlos.

Además el resto del gabinete lo componen empresarias como Alejandra de la Vega en Desarrollo Económico e Innovación y políticos como el ex presidente del PAN, Gustavo Madero, como jefe del gabinete. Con la excepción de la activista María Teresa "Pety" Guerrero en la Secretaría de Atención a los Pueblos Indígenas y de la artista plástica Agueda Lozano en la Secretaría de Cultura, además del izquierdista Quintana, el gobierno de Corral tiene un perfil conservador acorde con la ideología panista.

Qué nos espera a las y los chihuahuenses con este gobierno, está todavía por verse, pero de entrada no se vislumbra muy bien. No nos sorprendamos después si vemos por acá al "jefe" Diego, a Margarita Zavala o su impresentable esposo encabezando alguna marcha por la "familia natural" o a Vicente Fox ofreciendo una conferencia. El nuevo 

Chihuahua al igual que la nación, no ha experimentado la democracia sino la alternancia en el poder partidista. Seguimos viviendo en el neoliberalismo.

   

martes, 7 de junio de 2016

Breve análisis del concurso electoral Chihuahua 2016



Breve análisis del concurso electoral Chihuahua 2016
Carlos Murillo González

Si los resultados no se transforman en los tribunales, de acuerdo a la amenaza del PRI por impugnarlos, la votación del concurso electoral en Chihuahua marca el retorno del PAN a la gubernatura, la mayoría de los municipios y del congreso, además de la primera ocasión de un gobierno municipal, el de Juárez, en manos de un candidato sin partido.

Mucha gente anda contenta por la promesa del candidato ganador panista, Javier Corral, por someter a la justicia al actual gobernador, César Duarte, por enriquecimiento ilícito. Además en Juárez también es motivo de alegría la derrota del candidato del PRI, el multiodiado, Héctor “Teto” Murgía, quien buscaba la presidencia por tercera ocasión. Pero seguramente si le preguntáramos a estas personas sobre las propuestas de los ganadores, la mayoría no sabrían qué contestar.

Por otro lado, desde la elección a gobernador de 1998, no se registraba una participación electoral mayor al 50%. Esto se puede deber a dos motivos principales: el voto de castigo hacia el PRI, pues prácticamente obtuvo votaciones similares a las correspondientes anteriores; es decir, no aumentó y en algunos casos disminuyó su votación, o sea, descanso en su voto duro. Y la aparición de los candidatos “independientes” pues, según los resultados del PREP, hicieron la diferencia al haber podido sumar más votantes a las urnas. Habrá de recordar que tanto José Luis “Chacho” Barraza, como Armando Cabada, son parte de la oligarquía chihuahuense y tuvieron los recursos económicos para hacerlo.

Ahora bien, estos resultados sólo indican cierto hartazgo hacia el PRI y el conservadurismo o la ignorancia política de una sociedad chihuahuense incapaz de hacer valer otros derechos además de votar. El electorado demostró estar a gusto con la derrota del PRI, pero no le molesta el modelo económico neoliberal vigente ni recuerda que las actuales reformas de Peña Nieto surgieron durante los gobiernos panistas, aunque nunca las pudieron aprobar. Menos relaciona al partido de Corral con la “guerra contra el narco” de Calderón y su herencia de sangre y destrucción, particularmente en Ciudad Juárez.

El concurso electoral es perverso por que lucra exclusivamente con este tipo de democracia y hace creer a la gente que es la única forma de hacerse ver y oír, entonces luego el electorado se decepciona cuando no ve resultados o nota como se transforma el candidato(o) gentil y amable en un déspota soberbio corruptible. Mientras no se promocionen y la sociedad haga suyos mecanismos de participación más amplios como el plebiscito, el referéndum, la revocación de mandato o simplemente la democracia participativa, no importa quien gane las elecciones, las personas no podrán evitar la corrupción y los abusos de poder.

Cuando pase la euforia de triunfo por la derrota del PRI, poco a poco la gente se dará cuenta de la ilusión electoral, que el PAN no es sino otra cara del PRI neoliberal; que en Juárez el gobierno de Cabada estará repleto de funcionarios priistas, y que, aun de cumplirse la certeza de encarcelamiento de Duarte y sus compinches, será cuestión de tiempo antes de ver nuevos escándalos de corrupción.

No triunfó la democracia en estas elecciones, ganó la continuidad del sistema político actual en detrimento de la utopía democrática, pues la verdadera democracia (el gobierno del pueblo) no puede reducirse a un concurso de ganar o perder, donde, como en el fútbol, los protagonistas son los competidores (es decir, los pocos) y los muchos apoyan desde las tribunas simplemente pagando su boleto, contemplando y echando porras.

Mientras tanto seguirán esos pequeños grupos de izquierda, esos individuos y colectivos que no pactaron con la derecha, que hacen su trabajo diario en pro de una comunidad, luchando contra las reformas peñistas neoliberales; por los derechos de todos y todas; contra el feminicidio y la desaparición forzada; contra la miltarización y la pérdida de derechos; contra el ecocidio y a favor de otro tipo de sociedad más consciente, libre y empática. Pero este tipo de personas no son del agrado de una sociedad costumbrista y conforme con las “garantías” del sistema político económico creador del narcotráfico, la limpieza social (ejecuciones extra judiciales) y la diversión enajenante.

Es difícil hacer cambios radicales por que estos tienen que surgir desde abajo, desde la propia sociedad. Esto solamente sucede cuando se conjugan condiciones de hambruna y desesperanza, cuando se pierde riqueza y se enriquece la impunidad, el poder se concentra en poquísimas manos y se vuelve imposible hasta respirar; esto último es más una realidad y no una metáfora, pues la acelerada destrucción del medio ambiente por parte del humano es un hecho bajo el actual sistema capitalista. Pero sólo el tiempo lo dirá, no hay fórmulas mágicas.

Por último, el abstencionismo debería de ser considerado con peso político desde hace mucho tiempo. Como actor es muy pronunciado y está ahí, silencioso, invisible, pero reacio a involucrarse en lo electoral. Ninguna elección es seria, por que además de la compra de votos, los fraudes y las falsas promesas, ignorar al abstencionista, insultarlo e incluso culpabilizarlo por los bajos resultados de participación, indican la derrota del sistema mismo e implicaría la necesidad de un cambio político real.
 
           



miércoles, 25 de mayo de 2016

El problema no es votar (sobre las elecciones en Chihuahua, 2016)


El problema no es votar
Carlos Murillo González

Hay mucha confusión y descontento ante las “elecciones” del 5 de junio a celebrarse en el estado de Chihuahua. El problema no es votar (la cosa más sencilla del mundo) sino todo el entramado, la cultura, los intereses detrás del ejercicio electoral.

Para empezar, usted no elige nada. La mal llamada democracia, en México, como en la mayoría de los países que se rigen por sistemas electorales periódicos, han reducido la participación democrática (es decir, la participación activa de la gente en asambleas, con voz, disensos, discusiones y propuestas) a una farsa, una simulación de justicia basada en promesas donde la mayoría de la sociedad tiene una participación mínima, casi pasiva, reducida a la reflexión y decisión personal a la hora de tachar un símbolo o un nombre en una papeleta para depositarla en una urna.

Si las elecciones han tenido momentos importantes en la política,  como el derecho al voto de las mujeres, la disminución de la edad para votar o la incorporación del referéndum y la revocación de mandato, no ha sido por benevolencia de las élites ni se ha dado de manera gratuita o por arte de magia; ha sido por largas y a veces sangrientas luchas para reivindicar ese derecho, para arrebatar un trozo de justicia y de coherencia a un poder económico que no regala nada.

Quienes compiten por un puesto de elección popular no lo representan a usted. A menos que usted sea familiar, amigo, compañero(a) de partido del candidato(a) o un rico empresario que le respalda económicamente, en realidad no va a ser representado(a) ni defendidos sus intereses si su candidato (que además no comparte nada en común con usted) resulta vencedor. Un país donde existe despolitización social y analfabetismo político; donde más de la mitad de la población es pobre, no se le puede llamar democrático por que no lo es.

¿Y quiénes osan autoproclamarse representantes de la sociedad chihuahuense? Empresarios, políticos, personas de familias de abolengo; todos sumergidos en el culto al ego, con las relaciones y el dinero suficiente para hacer campaña; gente sin necesidades económicas que desconocen los problemas sociales, cuando no son quienes directamente los provocan. ¿El empresario “Chacho” Barraza va a comprender y respetar la idiosincrasia económica del pueblo tarahumara?; ¿el abogado Javier Corral va a condenar a Felipe Calderón por crímenes de lesa humanidad de su “guerra” contra el narco en Chihuahua?; ¿el ex alcalde de Juárez, suplente del senador Carlos Romero Deschamps, Enrique Serrano, va a llevar a la cárcel al actual gobernador César Duarte por sus multimillonarios robos al pueblo chihuahuense?  
     
Si lo anterior queda claro, también debe de serlo el llamado al “voto útil” del pragmatismo político. Da pena ver a personas de “izquierda”, de corta memoria política, apoyando la candidatura del panista Javier Corral bajo el pretexto de sacar al PRI del gobierno. Cierto es que el PRI es un cáncer terrible, un enemigo feroz cuyos días deberían estar contados, pero en realidad a ese monstruo no se le puede ganar en el terreno electoral por que lo tiene cooptado; es una mafia con un ejército de enajenados y corruptos formados durante casi un siglo y en puestos clave: desde grupos de choque (civiles y policiacos) hasta quienes cuentan los votos y deciden en los tribunales.

El cinismo político es evidente, por eso la sociedad está enfadada y desconcierta. Si llevamos estas contradicciones al entorno de Ciudad Juárez, se convierten en aberraciones: un “Teto” Murguía dos veces alcalde de la ciudad y que se postula por tercera vez, es el candidato a vencer; un “independiente”, Armando Cabada, ligado al PRI, cuestionado en relación al feminicidio y además dueño de un canal de televisión; una “Vicky” Caraveo del PAN que ha manipulado políticamente a su conveniencia el tema de las desaparecidas y asesinadas.

Bajo estas condiciones, ante estos candidatos(as) votar no sirve de nada. Así le digan “vota inteligente”, “vota por el menos peor”, etcétera, aunque la intención sea buena,  no ayuda mucho. Si de veras honestamente quiere un cambio, el camino es otro. Olvídese de candidatos, no alimente onerosos sistemas corruptos ni legitime a un gobierno traidor y parásito que le esta robando la riqueza, la felicidad y la vida en sus narices.  

Usted no necesita más política, sino hacer sociología. No necesita de líderes, usted es un líder. No está solo, somos la mayoría. Al abstencionismo no se le da peso político por que ya habría hecho caer al sistema entero desde cuando, pues simboliza el rechazo a la política maquiavélica, la protesta silenciosa hacia un poder ilegítimo y por ende, la derrota de todo el stablishment tal como lo conocemos, descubriendo sus flaquezas y las formas como nos mantienen al margen, divididos, ignorantes y confundidos.

Le invito a asumir conscientemente su responsabilidad cívica y social más allá de las urnas. Si tiene ideas, proyectos, empatía por el bien común, lo podemos hacer prescindiendo de las y los políticos, de los gobiernos e incluso, de la depredadora y destructiva economía capitalista. Ya sea por su cuenta, en grupo o contactándome, podemos hacer realidad otro mundo, otra forma de vida, así sea con acciones pequeñas y modestas. Los grandes cambios comienzan con pequeños pasos.


*Carlos Murillo es fundador y único miembro del Partido del Abstencionismo, futuro ganador indiscutible de la contienda 2016.

lunes, 26 de octubre de 2015

La toma del Puente Libre



La toma del Puente Libre
Carlos Murillo González


Una vez más cientos de campesinos de todos los rincones de Chihuahua, en esta ocasión en coordinación con la juarense Asamblea Regional Popular Paso del Norte, decidieron tomar en conjunto parte del Puente Internacional Córdova-Américas, mejor conocido como “puente libre” el lunes 26 de octubre del 2015.

¿Por qué tomar el puente?

Muchas personas de Juárez, las que se quejan por la toma política de los puentes o ante cualquier manifestación pública por que ven afectados sus intereses particulares, son incapaces de ir más allá y comprender por qué tantos campesinos viajarían con sus tractores cientos de kilómetros para obligar al Estado a resolver problemas inherentes al campo cuando han agotado casi todas las instancias (excepto las violentas, por supuesto).

Es de saber que la despolitización social, la apatía y el analfabetismo políticos, tienen una fuerte influencia en la sociedad a través de los medios de comunicación, los noticieros y periódicos o por deficiencias de formación escolares, pues el “ciudadano” mexicano, chihuahuense y juarense, carece de empatía con sus conciudadanos (salvo en casos de catástrofes naturales) desconoces sus derechos elementales y peor aún, cree que manifestarse es de nacos, tal vez influidos por la televisión o por su posición de clase, que los hace ser despectivos.

Varias manifestaciones en una

Además de la presencia campesina, menonita y rarámuri exigiendo atención al campo, que por décadas (todos los del neoliberalismo mexicano) se ha estado desmantelando y desatendiendo a favor de los grandes capitales y empresas transnacionales. Coincide la fecha con una conmemoración más, un año, un mes, de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero, lo cual se mencionó por micrófono; también se menciona el asesinato impune de los ecologistas del agua, Ismael y Manuelita Solís, a tres años de su crimen; están presentes papás y mamás de algunas de las muchachas desaparecidas de Juárez; activistas de la ciudad de Chihuahua en contra del fracking; activistas en contra de la apertura  minera en Samalayuca y, en general, presencia de las distintas facciones de la izquierda juarense (socialistas, ambientalistas, derecho humanistas, anarquistas…).

La situación sociológica en Chihuahua no soportaría un análisis de riesgos por inútil y fuera de tiempo. Estamos ya viviendo situaciones muy serias de ingobernabilidad, impunidad y decadencia de las instituciones. Sin ello, no sería posible la corrupción descarada en que incurren gobernantes como César Duarte en contubernio con sus aliados sin escrúpulos, dueños de periódicos y televisoras, a quienes no les importa mentir o desacreditar movimientos sociales genuinos, con tal de proteger sus intereses y los del  gobernante en turno. No en balde reciben millonarias aportaciones desde el gobierno del estado de Chihuahua, por ejemplo.

También hicieron acto de presencia obreros de maquila, un importantísimo actor que por fin está despertando y exigiendo sus derechos. Las y los profes del Resissste, como siempre solidarios y presentes, codo a codo con la gente de Le Barón y la de Jiménez y la de Cuauhtémoc. Nos avisan que los compas de Coahuila y Durango, quienes también tomaron casetas en la entrada a Torreón, ya lograron agendar una mesa de trabajo con el gobierno federal. Ante la proeza, en asamblea se decide acampar en el puente libre para forzar al gobierno del estado de Chihuahua a dialogar.

El malestar en la frontera

Sin duda es temerario y molesto llevar la protesta social a la radicalización para lograr cambios y objetivos legítimos. Es comprensible la molestia de quienes creen, por su enajenación, que se les está afectando caprichosamente, por que precisamente están tan ensimismados en sus vidas cotidianas, que se les olvida que viven en sociedad y sólo ven aquello que les molesta. Incapaces de entender la política, de identificar cómo les afectaría lo que comen en sus mesas si los  campesinos se quedaran con los brazos cruzados, encuentran en las manifestaciones sociales un blanco sustituto de sus limitadas frustraciones egoístas.

Indudablemente se afecta la vida transfronteriza de Juárez y El Paso con la toma de cualquiera de los puentes.  Sin duda también, existen otros mecanismos para lograr justicia o equidad menos “dañinos” para la vida cotidiana, pero también menos efectivos; si aun así haciendo públicas las injusticias y al mal gobierno la sociedad dormida no quiere enterarse ni solidarizarse, menos aún si no pasara nada, si no hubieran grupos que ejercen sus derechos mientras la sociedad insiste en no ser molestada cuando debería estar defendiendo los pocos derechos y libertades que le quedan con las reformas peñanietistas.

Como sociólogo, nunca deja de sorprenderme el grado de enajenación a la que puede llegar una sociedad. En el México de hoy están conformándose varias fuerzas populares a lo largo y ancho del territorio; la situación así lo amerita, por que se trata del futuro del país. Me sorprende que se esté desmantelando el campo y haya molestia por que los campesinos(as) se manifiestan. Se está desmantelando el IMSS, pero no están manifestándose los derechohabientes (¿?) la escuela pública está por los suelos y ha dejado de ser gratuita, pero los padres y madres de familia no le exigen nada al gobierno(¿?) el gobernador César Duarte nos roba frente a nuestras narices y pocos hacen algo, a la mayoría parece no importarle a dónde van a parar sus impuestos (¿?).

Así pues, cuando el reportero(a) conductor(a) o locutor(a) de noticias le salga con la queja del “ya volvieron a tomar el puente”, “ya volvieron a manifestarse”, acuérdese que lo están manipulando para ponerlo en contra de su propia gente. Investigue si la manifestación es justa o no; si se está ejerciendo un derecho o no, y piense y actúe en consecuencia. Muchas veces la exigencia de justicia no sólo beneficia a quien la exige, sino también a la sociedad y a usted.