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lunes, 5 de junio de 2017

La democracia del PRI

La democracia del PRI
Carlos Murillo González

A balazos llegamos y los votos no nos sacarán
Fidel Velázquez, líder sempiterno de la CTM

El domingo 4 de junio del 2017 se realizaron elecciones en cuatro estados de la república mexicana (Coahuila, Nayarit, Veracruz y el Estado de México) pero la atención mediática y pública se centró sobre todo en este último por ser el bastión priista más importante y casa del actual grupo en el poder del presidente espurio Enrique Peña Nieto (Grupo Atlacomulco).

Para variar, el tufo a fraude se acumulaba desde meses antes y particularmente en el Estado de México. Si bien es cierto, para nadie en México es desconocido el modus vivendi y modus operandi del PRI (Partido Revolucionario Institucional) el grado de desfachatez, corrupción, impunidad y mediocridad del actual sexenio priista ha llegado a extremos extraordinarios gracias, entre otras muchas cosas (como el alza de la gasolina, por ejemplo) con el saqueo de la nación por los ahora ex gobernadores priistas como Javier y César Duarte, los hermanos Moreira de Coahuila y el recién capturado Roberto Borge, ex gobernador de Quintana Roo.

La democracia del PRI se caracteriza por la simulación y el atraco. La democratización de la ignorancia y la pobreza del país son los pilares donde descansa este partido, ahora condimentado con el narcotráfico (narcoestado) y la entrega de los bienes nacionales a empresas extranjeras. Con el apoyo de los grandes medios masivos de comunicación, como Televisa y TV Azteca, han podido engañar a la gente e imponer su ley. Sin duda el PRI representa lo peor de la política, clonada ahora por viejos y nuevos partidos políticos que poco a poco imitan las acciones de su Alma Mater priista.

Si de por sí los actuales partidos políticos son entes obtusos que se niegan a abandonar el siglo XX, a evolucionar y ofrecer verdaderas o innovativas fórmulas democráticas, el PRI es un partido que le niega además al país el desarrollarse en todo su potencial.  Décadas de saqueos, contubernios, represión y asesinatos de activistas sociales escriben en sangre la historia de este partido. No en balde el priismo nacionalista del siglo pasado se transformó en el priismo neoliberal entreguista y lamebotas de Estados Unidos en la actualidad.

Es por eso que el PRI contemporáneo está en crisis y eso lo hace todavía más peligroso. El vivo ejemplo es todo lo sucedido en el proceso electoral del Estado de México: compra de votos, amenazas, secuestros, intimidaciones, desvío de recursos monetarios y materiales; descarado apoyo de secretarios de Estado y, por supuesto, faltaba más, la parcialidad de las instituciones electorales (INE, IEEM, FEPADE…). Competir contra el PRI en su terruño es ir contra todo el sistema político y sus aliados.

La muy criticable, pero también respetable, apatía y desconfianza política de la ciudadanía, es producto de tantísimos años del no respeto al voto, de promesas falaces y de violentas represalias a quienes osan protestar y eso no ha cambiado. El PRI es un cáncer incurable que en su virulencia causa muchísimo daño y no cede ante vacunas, eso sí, bien intencionadas, pero ineficaces, de líderes, partidos y hasta movimientos sociales que terminan al final contagiados del mismo mal.

Lo visto en el Estado de México es la antesala de lo mínimo que veremos en las elecciones del 2018, donde se juega no el destino de México, sino la salvación de los actuales apátridas que ejercen como caciques de este país: Peña Nieto y sus secuaces. El voto en realidad no cambia nada, simplemente facilita la estabilidad del régimen con una falsa paz social y sólo permite el tránsito de actores políticos, pero no el cambio favorable y deseado de la sociedad mexicana.

Aunque todavía no está resuelto el resultado final de estas elecciones y falta ver las estrategias que los partidos de oposición, especialmente MORENA, tengan para defender sus muy probables triunfos; en definitiva, no es por medio del sufragio como van a cambiar las cosas en este país. El PRI no sabe ganar a las buenas, sino a las malas y eso no debe de olvidarse.

Como bien decía el historiador y sociólogo pre marxista Ibn Khaldun cuando escribía la historia de la humanidad desde la perspectiva islámica: las civilizaciones se levantan y caen; es un ciclo donde un pueblo noble, venido de menos a más, derroca a un Estado en decadencia. No sé cuánto más pueda podrirse el PRI (aunque ya apesta) pero el pueblo tiene la última palabra.
    




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lunes, 28 de marzo de 2016

Pornografía electoral


Pornografía electoral
Carlos Murillo González*


Foto tomada de kobini.com


Desde los últimos dos meses del 2015 empezaron las campañas electorales. Sí, los medios periodísticos en su afán de hacer noticias han visibilizado las pre pre candidaturas partidistas e independientes, especulando nombres o cínicamente cargando hacia algún partido o persona.

Las elecciones simulan ser una acción democrática, pero no lo son. Es la forma en que se “legitima” un régimen buscando ser reconocido más por otras naciones que por su propio pueblo. Por eso no importa cuántos voten o quiénes voten, lo importante es ganar elecciones, obtener el poder político.

En su afán por mantener las apariencias, el sistema político mexicano se disfraza de democracia y ante la pérdida de credibilidad inventa cosas como las candidaturas ciudadanas para dar la impresión de apertura y cambio cuando en realidad se trata de una trampa, una simulación.

El bombardeo de propaganda política, así sea para las competiciones internas de cada partido o en las recientes aspiraciones individuales independientes, aportan al desgaste de la opinión pública y no abonan a generar ciudadanía por que la satura muy anticipadamente de procesos que no le interesan. Ahí está el meollo del asunto: mantener despolitizada y apática a una sociedad políticamente analfabeta.

Tal vez las y los independientes puedan alegar ignorancia, pero lo cierto es que al entrar al terreno de la participación electoral (que no es la única manera de hacer política) legitiman un régimen corrupto y caen en su juego, o bien son parte de la estrategia de partidos o élites con intereses egoístas opuestos a las necesidades de la gente, como el caso de El Bronco en Nuevo León.

El camino electoral es pornográfico por que exhibe de manera cínica las aspiraciones de poder aún de los bien intencionados. La adicción al poder político inicia precisamente con los deseos de cambios, reformas, continuidades o revoluciones y termina convirtiéndose en el modus vivendi de un grupo, familia, hombre o mujer pero, de eso nunca se habla.

Por eso es posible en esta prostituida realidad electoral ver aberraciones como la tercera postulación (por dedazo) del dos veces presidente municipal de Juárez, Héctor Teto Murguía, para competir por el mismo puesto pese al odio y temor indiscutible que genera en muchos sectores de la ciudad, quienes no han podido evitar sus triunfos.

Lo mismo se podría decir de Julián Leyzaola, el militar torturador de triste recuerdo en Juárez quien ahora compite por la alcaldía de Tijuana. Tanto el caso del Teto como el de Leyzaola, no son dignos de un país democrático, sino de sistemas políticos corruptos que juegan a mantenerse en pie pese a sus contradicciones burlándose una y otra vez de una sociedad moldeada a la medida a sus intereses.

Pornográfico es también dentro de los independientes la cuestión del dinero, pues no es lo mismo ser la “candidata obrera Toñita”, que el “candidato del Canal 44”, Armando Cabada, cuya familia y cadena de televisión, además de reaccionarios y amarillistas, siempre han apoyado al PRI.

El sistema electoral está diseñado actualmente para darle la ventaja al PRI: el Instituto Nacional Electoral (INE) candidaturas a modo (si no gana el Teto, gana Cabada) los periódicos y televisoras más poderosos, ¡hasta el narcotráfico juega su papel electoral! El o la que no quiera ver esta situación o es ingenuo(a) o es parte del sistema.

Partidos emergentes como MORENA, con todo su entusiasmo y buena voluntad, poco a poco se encaminan en la dirección errónea haciendo las mismas acciones que han criticado a los “partidos de siempre”, sin saberse desprender de su líder nacional, Andrés Manuel López Obrador, y abanderando una falsa ideología de izquierda.

La mesa está puesta para la continuidad del PRI y migajas para los demás; para que gobernantes rateros como César Duarte no teman ser molestados por la ley y las cosas sigan como están, dejando como siempre, la estafeta de la corrupción al político ganador para solapar estas y otras atrocidades, cobrando la factura a esa sociedad dormida, enajenada y confundida que se queja, pero no sabe o no quiere arriesgarse a sacar a estos parásitos del poder.

El camino electoral no es la respuesta a las necesidades de vida de la sociedad. Es el juego maquiavélico de las élites del poder político-económico para seguir dominando a su antojo. No ha de esperarse nada bueno de esta ni las siguientes contiendas electorales.

Para sacar al PRI del poder y para evitar la priistización de los demás partidos, lo mejor es considerar alternativas políticas no electorales (revocación de mandato, juicios políticos populares, insurgencia civil pacífica, democracia participativa…) de otra manera lo único que se logra es alimentar al enemigo: la monopólica clase política-empresarial. 

*Candidato de la sociedad anónima y futuro ganador abstencionista 2016.

viernes, 1 de enero de 2016

Ruteros, ¿servidores o enemigos públicos?

(Foto cortesía de Saxon García)

Ruteros
¿servidores o enemigos públicos?
Carlos Murillo González

Los camiones sin asientos y pasamanos….Los ebrios que pistean arriba como si fuera cantina, hablando puras tonterias…A veces (los ruteros) sobrecargan el camión y se esperan hasta 15 minutos a que se llene…El aumento es una mentada de madre porque sacan hasta más de mil pesos por día sólo para el chofer, con eso fácilmente pueden invertir en mantnimiento para los camiones…Deberia estar prohibido poner música en los camiones y con más razón narcocorridos y el Komander, que todos esos pendejos sólo enferman más a la gente…Habia una línea, la “Tierra Nueva”, que traian una calcamonia que decia: “Súbase, agárrese y cállese”…Hay camiones con hoyos en el piso.
Expresiones de un usuario inconforme con el aumento al transporte público.

Desde hace meses  los ruteros de Juárez buscaban incrementar las tarifas del transporte público con nulos resultados, pues no gozan de la simpatía ni de sus usuarios y mucho menos de quienes compartimos las vías con ellos (peatones, automovilistas, ciclistas) por que actúan como una verdadera mafia: con total impunidad y sin respeto al derecho del uso de las calles y con esa misma filosofía tratan a sus pasajeros(as). Este primero de enero del 2016, las y los juarenses nos despertamos con la ingrata noticia de que estos mafiosos lograron su cometido sin ofrecer nada a cambio, gracias al Partido Revolucionario Institucional (PRI). 

De todos y tantos problemas sociológicos que puedan aquejar a quienes viven en grandes ciudades, uno es la cuestión del transporte público. ¿Cómo hacerlo efectivo, útil, amigable, económico, ecológico, o incluso, prescindible? Si de por sí la tarea es enorme dada la tendencia al gigantismo poblacional-urbano en las ciudades, agréguesele conflictos de interés, corrupción, poder político y resistencia al cambio, en aquellos lugares como Ciudad Juárez, de quienes controlan el sistema de transporte público.

No es un problema menor. La dispersión poblacional, los bajos salarios y el desarrollo anómico de la ciudad (es decir, su falta o violación a la planeación urbana) obedece a intereses económicos con visión a mediano o largo plazo que a la vez no tiene interés por resolver las necesidades reales presentes de la gente. Aberraciones como la Ciudad Universitaria de la UACJ; violaciones criminales como la expropiación de tierras en Lomas de Poleo; la construcción de casas cada vez más alejadas de los centros económicos, políticos y culturales de la ciudad.

Lo anterior debe dar al lector(a) una imagen de una ciudad de 1.3 millones de personas dispersada en una extensión de una ciudad de tres millones. Sin metro, con un gran número de calles sin pavimentar y con una enorme clase parásita que controla servicios claves como es el transporte público afiliados al (PRI).

El chofer de ruta o “rutero” es una profesión con cerca de 50 años de existir en Ciudad Juárez. Es un gremio polémico, protagonista de la nota roja (hay matones y violadores entre sus filas) y con mucho poder político. Casi casi, un mal necesario. Viajar en “rutera” no siempre es la aventura romántica o cultural de artistas o sociólogos, divertida y desconectada de su propia realidad; también es el reflejo de la sociedad de la que forma parte. Para muchas personas además es su realidad cotidiana, su única forma de transporte, les guste o no.    

El rutero entonces no es precisamente un personaje común ni rebuscado en la vida cotidiana de la sociedad juarense, es un actor político discreto la mayor parte del tiempo, pero puede ser violenta su forma de conducir, casi como norma de su oficio. Los ruteros (aunque de repente se ven también “ruteras”) forman parte de un estrato social marginado, pero a la vez privilegiado: no es necesario ir a la escuela de choferes para obtener la licencia; es una profesión  poco profesionalizada y al servicio de los intereses del PRI. 

El gremio de los ruteros es uno de los más fuertes y amafiados. Ligados al PRI, la historia del transporte público está directamente relacionada a los sindicatos afiliados a este partido (CTM; CROC, FUTV…) por lo tanto, es un servicio que nació viciado. Desde su origen, es identificable a la fecha, su falta de profesionalidad e irresponsabilidad al volante, uso de unidades bastante viejas y sobre todo, una fuerza intacta a los cambios de la alternancia partidista e impermeable a la justicia; a veces ni el propio PRI los puede meter en cintura.

El sistema de transporte es un monstruo fortalecido por décadas de abandono de los servicios básicos por parte de  gobiernos tanto pre y post neoliberales. En otras palabras, es el “talón de Aquiles” de Juárez, una ciudad que (espero) lentamente está recuperando su dignidad y no considera justo, por que no lo es, el aumento a las tarifas de un servicio menos que mediocre, viciado y tolerado en complicidad por el Estado.

A mis paisanos juarenses les deseo un 2016 combativo, que ya no tengan miedo ni asco al PRI y a los ruteros y que sepan defender sus intereses y solucionar sus necesidades. Su dignidad vale más que los intereses mezquinos de un partido corrupto y sus vasallos ruteros. Ellos no son dignos de otra cosa sino de lástima, no los apoyemos.

Ánimo, prosperidad y justicia para Ciudad Juárez





viernes, 5 de junio de 2015

Abstencionismo, México, 2015









Abstencionismo, México, 2015
Carlos Murillo González


Parecía una elección “normal”, de esas que no atraen tanto a la gente por que son intermedias  (para renovar la Cámara de Diputados) y en algunos estados, para presidencias municipales y gubernaturas. De repente el debate sobre el voto nulo y el voto útil en los reducidos ámbitos intelectuales, pero luego la presencia de lo hardcore en Guerrero, Chiapas y Michoacán. El boicot de las elecciones ha iniciado.

El derecho a votar o no votar

La constitución mexicana nos otorga el derecho al voto a la ciudadanía mayor de 18 años, mas no así el deber de votar. Precisamente es una obligación moral cuya decisión de abstenerse no está sujeta a castigo. En las democracias electorales contemporáneas, mayoritariamente occidentales, la vida democrática de la mayoría se reduce a depositar un voto cada determinado tiempo para continuar o cambiar con un régimen político-económico. La realidad de esta manera de organización falsamente llamada “democrática” es sobre todo psicológica: da la sensación de orden en un juego de ganar o perder a modo de apuesta. Todo está bien mientras se mantenga la seguridad, las instituciones, las y los líderes, etcétera.       

Despolitización, apatía y analfabetismo político

El grueso de la población mexicana difícilmente puede considerarse ciudadanizada; es decir, no es una sociedad consciente de sus derechos y obligaciones, apenas apurada por el gran esfuerzo que implica la supervivencia diaria, en el caso de los sectores más marginales, o enfocada totalmente hacia el individualismo egoísta en lo económico y pragmático en lo político en los sectores aburguesados y agringados. Ese es el principal obstáculo para una democracia que no aspira a la igualdad ni a la libertad: inmensos sectores a los cuales engañar o corromper, como sucede en los EEUU (país abstencionista por excelencia).

La agenda de Washington

Los intereses de los EEUU en México son cada día más claros: somos sus aliados, además de sus vecinos, y sobre todo, una rica fuente de recursos naturales, no renovables y humanos. Para la supervivencia de la gran potencia, México es indispensable, igual que Canadá y casi por los mismos motivos. Por lo tanto, el sistema político-económico-militar debe ser similar,  o sino será absorbido por el imperio, como parece ser el trasfondo de la ruta iniciada con la “guerra” contra el narco. Washington sabe muy bien el tipo de canallas que dirigen al país, mientras estos le sigan entregando las riquezas de la nación a sus empresas e intereses bélicos, no harán nada para cambiar este tipo de democracia.

Un sistema hecho para agandallar

El fraude electoral sigue siendo un hecho consumado en México. Ningún partido juega limpio y los que pretenden hacerlo por que así les favorece la preferencia electoral, no saben defender sus triunfos. Muchas personas saben que no se respeta el voto, que se compra la voluntad de las personas, y al desconocer la vida democrática, reproducen la cultura política del autoritarismo, el machismo, la intolerancia religiosa y de género, además del racismo. Es una situación favorable para el orden jerárquico, pero no para una organización políticamente sana, socialmente saludable. El fraude va desde las promesas de campaña (el futuro no se puede controlar) hasta el software que contabiliza y redistribuye los votos a favor de “x” candidato(a).   


Las encuestas y las campañas

En el entramado de la “lucha” electoral y sus jugosos premios (sueldazos, fuero, relaciones de poder, nula rendición de cuentas, viajes, etcétera) las y los candidatos se convierten en el mejor de los casos, de gentes bien intencionadas a futuros y comprobados tiranos, con sus honrosas excepciones. En general las propuestas de campañas para esta elección son igual de pobres y simplonas como las de siempre. Las encuestas por su parte están supeditadas a quien las paga y habría más de una razón para dudar de ellas en un país donde la mayoría de la gente no vota. Por eso las tendencias de las encuestas son más bien tendenciosas y no reflejan la realidad de un país despolitizado.    

Ganarle al PRI

Participar en la farsa de las elecciones significa de antemano, legitimar el régimen y por lo tanto, al PRI. Es muy complicado ganarles electoralmente, pues cuentan con las instituciones de su lado, principalmente los electorales, sus partidos satélites (PVEM y Nueva Alianza) un verdadero ejército de “promotores”  (golpeadores) del voto, organización territorial y harto dinero para las campañas políticas. Al PRI no se le puede ganar a la buena y menos en un terreno que conoce bastante bien, pues lo ha construido a su modo. ¿Qué el PRI gana con el abstencionismo? Claro que sí, como también lo hace con cada elección. El PRI vive por y para las elecciones.

Propuestas

Si el camino electoral no es la respuesta, entonces cuál es. Hay muchas maneras de organización sociológica fácilmente identificables, desde las luchas armadas (rebeliones, revoluciones, golpes de Estado…) hasta las pacíficas (huelgas, insurgencia civil, boicots…) pasando por las institucionalizadas (plebiscitos, referéndums, revocación de mandato…) y, aunque no lo crea, fenómenos como el abstencionismo pueden hacer cambiar un sistema, pues es ridículo simular una democracia donde nadie vota. Por lo pronto ya tomaron la iniciativa las y los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) particularmente en Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

FALTAN 43


martes, 31 de marzo de 2015

¡Juangrabiel en Juárez!


Panem et circenses
Juvenal

La despolitización social es un hecho, como lo es la desaparición de mujeres y el feminicidio. No es un mito, como pretende el gobierno del estado, el empresariado y los medios de comunicación de Chihuahua para aparentar la “buena imagen” de Ciudad Juárez.

No es coincidencia la presentación de Juan Gabriel “El divo de Juárez” en un momento crítico de la vida política del estado cuando el endeudamiento público ha llegado a cifras estratosféricas coincidiendo con el aparente desvío de dinero de las arcas del Estado para la creación del banco Unión Progreso, donde aparece como inversionista el actual gobernador, César Duarte, quien enfrenta actualmente el desafío de la ley ante denuncia interpuesta por el activista Jaime García Chávez, apoyado por el movimiento Unión Ciudadana y políticos de derecha, como el senador Javier Corral.

Además se acercan las elecciones intermedias para elegir a la siguiente legislatura federal. Esto significa la continuación del régimen y el apuro por endulzar la enajenación social para evitarle la amarga realidad de que está siendo robada desde siempre por sus propios gobiernos. El retorno del PRI al poder coincide con la entrada del quinto poder: las redes sociales, eso hace posible ver en el momento mismo el tamaño de las triquiñuelas de las y los políticos adictos al poder y ahora es posible no sólo conocer el atraco a la sociedad chihuahuense, sino de otros hechos que son del dominio público, pero todavía nadie se atreve a denunciar: la relación de Duarte con el negocio de farmacéutico, la compra de ranchos y propiedades en posición ventajosa, entre otras cosas.

El PRI no juega a gobernar, sino a ganar elecciones, ese es su secreto. De ahí los grandes recursos para comprar conciencias por todos los medios, como lo hace su comparsa, el Partido Verde (¿no este debería perder el registro?) lo importante es ganar, no competir. Ya estando en el ejercicio del poder, pueden hacer cualquier cosa, como todos y todas sabemos. Su fórmula es una combinación de abstencionismo/violencia, más compra de votos y/o alianzas con otros partidos. Adicionalmente su más nuevo recurso es una herencia del PAN, el software que contabiliza los votos de manera electrónica; pero por si eso no bastara, también está un INE que avale todo y un TRIFE que lo ratifique.

Por la triste condición enajenante de la mayoría juarense, es víctima de la manipulación de las élites y ahí es donde entra el factor Juan Gabriel. Muchos(as) de los artistas y deportistas no tienen conciencia social, pues están en la misma cultura individualista de “hacer carrera” a la que nos somete la sociedad posmoderna capitalista actual. Por eso a los “exitosos” los vemos como artículos al servicio del sistema; héroes y heroínas con miles y hasta millones de seguidores a quienes seduce y saca jugo el poder político y el mercado.

No es la primera vez que Juan Gabriel apoya al PRI. En 1983 estuvo en el cierre de campaña de Santiago Nieto por la presidencia municipal de Juárez, quien perdió ante el candidato Francisco Barrio del PAN. Luego en el 2007 fue literalmente rescatado por el entonces alcalde Héctor Murguía, el “Teto” ante la amenaza de cárcel por evasión de impuestos. Lo más reciente antes del magno concierto del sábado 28 de marzo, fue la fiesta privada de cumpleaños del actual gobernador en el 2013. El vínculo es pues existente y añejo.

El carisma de Juan Gabriel, su labor altruista en la ciudad y su calidad de ídolo popular, desarma a la gente y la engaña en manos de patrocinadores políticos. Dejándose seducir, la gente olvida rencores y se concentra en la fiesta, el espectáculo, el orgullo. Tampoco se trata de encauzar votos al PRI en agradecimiento, sino de desviar la atención de la catastrófica realidad de Ciudad Juárez y el estado: violencia, narco, represión, militarización, robo y por si fuera poco, la próxima entrada de la explotación del gas de lutitas con la técnica de la fracturación hidráulica o fracking.

Es inútil pensar en la ingenuidad de “Juanga” y la bondad de Duarte; en la práctica  política éstas no existen. Una cosa es tener simpatía o ser admirador de un artista y otro es negar sus preferencias de vida. En estos momentos la relación de Juan Gabriel y el PRI es innegable y tan reprobable como los artistas que tocan en fiestas de narcos, aunque éstos dicen ignorar a veces quién los contrata, pero en este caso y a estas alturas, todo mundo sabe quien es el PRI, ¿será posible que Juan Gabriel no?

Así que no se deje engañar. Toda esta faramalla de la presencia de Juan Gabriel en Ciudad Juárez obedece a intereses bien concretos de quien lo trajo de manera “gratuita” (o sea, con dinero público y/o acuerdos comerciales con franquicias) y no para beneficio del pueblo.  Al igual que los televisores de regalo del gobierno para dar el “salto digital” no sustituyen el hambre ni la pobreza de la sociedad a la que va dirigida, la presencia y presentación de Juan Gabriel sólo es una ridícula y poco efectiva respuesta momentánea y desesperada de quienes más tarde habrán de enfrentar la justicia pensando que así se ganarán la simpatía de la gente.


¿Cuándo es el partido de México contra Brasil?

martes, 25 de junio de 2013

El suplente de Romero Deschamps




Votar por delincuentes te hace cómplice
Anónimo


El cinismo del PRI se hace más evidente en la figura de su candidato a presidente municipal por Ciudad Juárez, Enrique Serrano, diputado estatal con licencia y actualmente suplente del senador Carlos Romero Deschamps, el célebre líder del sindicato de petroleros, famoso por hacer gala de lujos y despilfarrar junto con sus hijos el dinero de las y los mexicanos.

Este frío, estirado y gris personaje, clásico chapulín brinca-brinca sin escrúpulos de un puesto de elección popular a otro sin concluirlo, es el típico político profesional egoísta en busca de “hueso” sin importarle su país, engañando a la gente que vota y, al igual que su protector, Romero Deschamps, despilfarrando el dinero del pueblo contribuyente invertido en cada elección. Sabedor que el cártel que lo promueve y respalda invierte millones de pesos en su campaña y pervierte la de por sí cuestionable democracia electoral disminuyéndola a una farsa, lo que menos le importa es el futuro de la ciudad, su estado o su país, por que si no, estaría haciendo ahora y no prometiendo. ¿Cuáles han sido las contribuciones de este “líder” a la mejora de vida de sus conciudadanos?

Serrano en realidad encabeza una oferta partidista distante de ser un alivio a la actual administración priista; más bien sería su continuación, por mucho que guarden distancia del neopopulista y actual presidente municipal, Héctor “Teto” Murguía o del conservador y retrógrada congreso estatal, dominado también por el PRI. Al igual que su jefe Peña Nieta (a quién “dirigió” su campaña para la presidencia de la república localmente el año pasado) el respaldo que tiene está en los millones de pesos gastados en promoción e imagen, más la compra de consciencias traducidas en voto. Sin duda ser cercano al grupo Atlacomulco tiene sus ventajas.

Serrano representa el pasado, el siglo XX de la era del PRI, cuando era partido de Estado, su “siglo de oro”, al cual quieren regresar y prolongar hasta la eternidad para seguir mamando del poder a través de lo que ellos llaman “el carro completo” (ganar todos los puestos).  Tal vez la única y gran diferencia del PRI del pasado con el actual, es que el primero era sin duda nacionalista, mientras el presente es totalmente neoliberal y vendepatrias, subordinado sumisamente a los mandatos de Washington y las transnacionales. A fin de cuentas el poder político sin dinero no lo es tanto y los afanes de llegar a las jerarquías implica el enriquecimiento ilícito (como el caso Granier) pero también, el retorno del autoritarismo y la represión, como la actual cofradía Teto-Leyzaola-empresarios.

Llama la atención también la promoción de Serrano en los espacios religiosos, particularmente en las iglesias evangélicas (anteriormente llamadas protestantes) muy diferentes a aquéllas de principios del siglo pasado, más liberales y revolucionarias; las de hoy están por lo visto, más comprometidas con el poder corrupto. Definitivamente esto no es buena señal en estos tiempos de decaimiento del Estado laico por que se presta a malinterpretaciones, ¿se les va ofrecer mayor protagonismo, al igual que se le está dando a la jerarquía católica? Es una pena ver a quienes se autodenominan “cristianos” traicionar las enseñanzas de quien dicen seguir.

Por otro lado Serrano cuenta para ganar con el seguro respaldo del abstencionismo, al que pseudo intelectuales priistas como Luis Ochoa Minjares hipócritamente juzgan cuando saben bien que su partido junto con los otros lo promueven y son responsables del analfabetismo político y la despolitización social generadoras de la apatía política abstencionista. Entre menos se vote mejor, para eso el Instituto y el Tribunal Estatal Electoral de Chihuahua, el SNTE, la CTM, la CNOP, entre otros, se hacen cómplices en alimentar este fenómeno y otros para así hacer las matemáticas a favor del PRI. Además del abstencionismo, el otro aliado del PRI local son los empresarios, conocidos por su poca solidaridad social y gran avaricia. A ellos solamente les importa mangonear el poder y para eso pagan o hacen lo necesario (incluyendo la violencia) para lograrlo.   

En el caso de que el senador Romero Deschamps fuera sometido a la justicia para investigar sus manejos del sindicato petrolero, ¿se regresaría Serrano a cumplir su deber patriótico como senador suplente si ganara la alcaldía? El suplente de Serrano, el todavía menos carismático Javier González Mocken, ex subsecretario de Educación, Cultura y Deporte de la Zona Norte, quedaría entonces como presidente municipal. Desafortunadamente ni hay indicios de desaforar a Romero Deschamps, y si esto ocurriera, el panorama no es favorable para Juárez con ninguno de estos dos personajes.

La época de los candidatos patito

El llamado a anular el voto haciéndolo por un animal, como el caso de El Burro Chon en Ciudad Juárez, es una iniciativa de protesta digna y legítima. Cuando las votaciones (por que votar no es elegir) se prestan para el circo, ¿por qué ofenderse? Las “elecciones” no son democráticas y no se puede competir con partidos que roban del erario público para sufragar campañas, además de sus relaciones con el narco y otros tipos de “honorables” empresarios. En épocas de candidatos patito, cualquier animal es viable y el PRI de Serrano y cómplices representan lo peor de México. En estas condiciones, anular o abstenerse es más decente que votar.