Por
fin los asesinatos masivos diarios disminuyeron considerablemente, dejando ver
de nuevo la corrupción política-gubernamental de la segunda ola del PRI en su
etapa populista-neoliberal. La ciudad sigue desprendiéndose hacia el
sur-oriente y norponiente, conforme las decisiones del político gobernante en
turno y el grupo que representa imponen. Las y los habitantes de Ciudad Cárcel
se alistan más conscientes a pesar de la doctrina de shock de la “guerra”
antinarco y en corto su reto de sobrevivir se convertirá en el de transformar. Pero
hay pendientes.
¿Cómo y dónde se empleó el dinero del
Subsemun?
El Subsidio para la Seguridad de los
Municipios (Subsemun) es un programa federal que como su nombre lo indica,
aporta dinero al rublo de la seguridad municipal. Aquellos lugares del país
donde la “guerra” contra el narcotráfico ha sido particularmente destructiva y
sangrienta, como Ciudad Cárcel, suelen verse beneficiados mayormente con esta
partida. Sin embargo ¿cómo se empleó o dónde quedó ese dinero? Pues es obvio
que la ciudad no ha visto más “mejora” que una torpe y mal ubicada academia de
policía situada justamente en medio de un espacio cultural y universitario,
como referente directo y de mal gusto del Estado policiaco que vivimos.
El
Estado policiaco y el terrorismo de Estado son reales y suelen notarse en los
tolerados (por la ciudadanía) anticonstitucionales retenes de tránsito
policiacos (antiebrios, engomados ecológicos, “operativos”, “operativos de
rutina”, carros chuecos, …) que no son otra cosa que un constante acoso a la
sociedad bajo cualquier pretexto para recuperar los impuestos que se han dejado
de cobrar por la gran ausencia de gente en los últimos años y que sirven además:
para financiar campañas electorales; para lucrar con el soborno y la extorsión
y, muy importante, como política de
sometimiento cívico a través del miedo y el autoritarismo (convertir ciudadano(a)s
en súbdito(a)s) pues la “democracia” no es otra cosa que la política de cobrar
impuestos para ganar elecciones; para cobrar impuestos, para ganar elecciones;
para cobrar ... Los robos siguen, las extorsiones siguen, la corrupción y los
abusos policiacos siguen. El Estado presume la disminución del volumen de
crímenes, pero la realidad nos indica que seguimos en el mismo camino.
Priistas pavoneados
Así
como la gran perdedora sigue siendo Ciudad Cárcel (insisto, por que sus
habitantes así lo quieren) hay ciertos actores sociopolíticos muy beneficiados
(no sólo los empresarios son los consentidos) se trata de grupos adheridos al
PRI que siguen gozando de una tolerancia casi absoluta, lo cual fomenta que
sigan abusando de su poder. El más representativo de ellos es el de los
ruteros. Mientras los asesinatos del crimen organizado disminuyen, este otro
grupo organizado se ha encargado de ser el protagonista de la nota roja diaria,
causando anomia, atropellos y muerte, protegidos bajo la siglas de la FUTV, la
CTM, la CROC…todas marcas registradas priistas. Ahora que Enrique Peña Nieto
“escribe” en los “grandes” periódicos de Chihuahua, como El Diario, las y los priistas se han de sentir intelectuales.
Feminicidio energizer (sigue y sigue y
sigue…)
La
gran tragedia chihuahuense continúa y los números de mujeres asesinadas sigue
aumentando. El Estado, desvergonzado como siempre, no se atreve a dar la cara y
sólo atina a gastar millones de pesos en publicidad favorable, haciendo de la
política de la invisibilización y el silencio, cuando no la descalificación, su
bandera política hacia las madres, padres, familiares y amigos de las víctimas,
sobre todo si son activistas, ¿cuál otra política tendrían las y los
gobernantes si no fuera la dignidad de resolver o renunciar? Por lo menos
Ciudad Cárcel ya aprendió a protestar: el legado de Marisela Escobedo o la
familia Reyes y muchos más, han hecho salir a las calles a la gente enfrentando
de cara al gobierno cuando éste abusa
o es negligente, lo cual sucede con frecuencia.
2013 olvido, desmemoria y elecciones
Los
últimos años no han sido fáciles. Con la violencia nacional-local y la crisis
económica mundial, la pobreza y el desempleo se dispararon a la par que los
gastos de seguridad en Ciudad Cárcel; sin embargo y por lo mismo, la
disminución de la violencia y el crimen en el 2012, da la pauta para la
esperanza y los buenos deseos. La lenta apertura y reapertura de negocios
parece buena señal y las ganas de atraer la libertad y prosperidad inspiran a
la gente para pensar en un futuro mejor y no muy lejano. Pero hay que echarle
ganas.
No
hay nada mejor que lo que llamamos “realidad” para volver nuestros sentidos a
notar las necesidades y urgencias del entorno donde vivimos; de la vida que
cuidamos. Por delante, sigue estando una barrera que promueve la ignorancia y
la enajenación en nombre de la democracia, de Cristo o de la televisión,
promoviendo “valores” anacrónicos como la familia, la religión y la
fe-obediencia (si duda, consulte sobre la ideología y propaganda de las
dictaduras fascistas latinoamericanas y española del siglo XX, hay mucho
material en internet). Si como dicen los mayas, estamos empezando un nuevo
ciclo, entonces hemos de asumirnos como personas del siglo XXI y cortar con el
pasado que conocemos y no nos favorece. Es mucha responsabilidad pero, hay que
seguir viviendo y vivir significa crear, transformar. Desde Ciudad Cárcel,
Chihuahua, a 19 de enero del 2013.