Votar por delincuentes te hace cómplice
Anónimo
El cinismo
del PRI se hace más evidente en la figura de su candidato a presidente
municipal por Ciudad Juárez, Enrique Serrano, diputado estatal con licencia y
actualmente suplente del senador Carlos Romero Deschamps, el célebre líder del
sindicato de petroleros, famoso por hacer gala de lujos y despilfarrar junto
con sus hijos el dinero de las y los mexicanos.
Este
frío, estirado y gris personaje, clásico chapulín brinca-brinca sin escrúpulos
de un puesto de elección popular a otro sin concluirlo, es el típico político
profesional egoísta en busca de “hueso” sin importarle su país, engañando a la
gente que vota y, al igual que su protector, Romero Deschamps, despilfarrando
el dinero del pueblo contribuyente invertido en cada elección. Sabedor que el
cártel que lo promueve y respalda invierte millones de pesos en su campaña y
pervierte la de por sí cuestionable democracia electoral disminuyéndola a una farsa,
lo que menos le importa es el futuro de la ciudad, su estado o su país, por que
si no, estaría haciendo ahora y no prometiendo. ¿Cuáles han sido las
contribuciones de este “líder” a la mejora de vida de sus conciudadanos?
Serrano
en realidad encabeza una oferta partidista distante de ser un alivio a la
actual administración priista; más bien sería su continuación, por mucho que
guarden distancia del neopopulista y actual presidente municipal, Héctor “Teto”
Murguía o del conservador y retrógrada congreso estatal, dominado también por
el PRI. Al igual que su jefe Peña Nieta (a quién “dirigió” su campaña para la
presidencia de la república localmente el año pasado) el respaldo que tiene
está en los millones de pesos gastados en promoción e imagen, más la compra de
consciencias traducidas en voto. Sin duda ser cercano al grupo Atlacomulco
tiene sus ventajas.
Serrano
representa el pasado, el siglo XX de la era del PRI, cuando era partido de
Estado, su “siglo de oro”, al cual quieren regresar y prolongar hasta la
eternidad para seguir mamando del poder a través de lo que ellos llaman “el
carro completo” (ganar todos los puestos).
Tal vez la única y gran diferencia del PRI del pasado con el actual, es
que el primero era sin duda nacionalista, mientras el presente es totalmente
neoliberal y vendepatrias, subordinado sumisamente a los mandatos de Washington
y las transnacionales. A fin de cuentas el poder político sin dinero no lo es
tanto y los afanes de llegar a las jerarquías implica el enriquecimiento ilícito
(como el caso Granier) pero también, el retorno del autoritarismo y la
represión, como la actual cofradía Teto-Leyzaola-empresarios.
Llama
la atención también la promoción de Serrano en los espacios religiosos,
particularmente en las iglesias evangélicas (anteriormente llamadas
protestantes) muy diferentes a aquéllas de principios del siglo pasado, más
liberales y revolucionarias; las de hoy están por lo visto, más comprometidas
con el poder corrupto. Definitivamente esto no es buena señal en estos tiempos
de decaimiento del Estado laico por que se presta a malinterpretaciones, ¿se
les va ofrecer mayor protagonismo, al igual que se le está dando a la jerarquía
católica? Es una pena ver a quienes se autodenominan “cristianos” traicionar
las enseñanzas de quien dicen seguir.
Por
otro lado Serrano cuenta para ganar con el seguro respaldo del abstencionismo,
al que pseudo intelectuales priistas como Luis Ochoa Minjares hipócritamente
juzgan cuando saben bien que su partido junto con los otros lo promueven y son
responsables del analfabetismo político y la despolitización social generadoras
de la apatía política abstencionista. Entre menos se vote mejor, para eso el
Instituto y el Tribunal Estatal Electoral de Chihuahua, el SNTE, la CTM, la
CNOP, entre otros, se hacen cómplices en alimentar este fenómeno y otros para
así hacer las matemáticas a favor del PRI. Además del abstencionismo, el otro
aliado del PRI local son los empresarios, conocidos por su poca solidaridad
social y gran avaricia. A ellos solamente les importa mangonear el poder y para
eso pagan o hacen lo necesario (incluyendo la violencia) para lograrlo.
En
el caso de que el senador Romero Deschamps fuera sometido a la justicia para investigar
sus manejos del sindicato petrolero, ¿se regresaría Serrano a cumplir su deber
patriótico como senador suplente si ganara la alcaldía? El suplente de Serrano,
el todavía menos carismático Javier González Mocken, ex subsecretario de
Educación, Cultura y Deporte de la Zona Norte, quedaría entonces como presidente
municipal. Desafortunadamente ni hay indicios de desaforar a Romero Deschamps,
y si esto ocurriera, el panorama no es favorable para Juárez con ninguno de estos
dos personajes.
La
época de los candidatos patito
El
llamado a anular el voto haciéndolo por un animal, como el caso de El Burro
Chon en Ciudad Juárez, es una iniciativa de protesta digna y legítima. Cuando
las votaciones (por que votar no es elegir) se prestan para el circo, ¿por qué
ofenderse? Las “elecciones” no son democráticas y no se puede competir con
partidos que roban del erario público para sufragar campañas, además de sus
relaciones con el narco y otros tipos de “honorables” empresarios. En épocas de
candidatos patito, cualquier animal es viable y el PRI de Serrano y cómplices representan
lo peor de México. En estas condiciones, anular o abstenerse es más decente que
votar.