viernes, 5 de febrero de 2010

Reforma o anarquía, revolución o anomia.


…En caso de que por cualquier trastorno público se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se reestablecerá su observancia…
Artículo 136, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de la Inviolabilidad de la Constitución.


Ciudad Juárez, 05-02-10, Día de la Constitución. El futuro de las y los mexicanos corre peligro. La iniciativa de reforma constitucional del presidente espurio, Felipe Calderón, pretende reformar lo irreformable; es decir, pretende dar continuidad al sistema político tal como lo conocemos, o para ser más precisos, tal como lo desconocemos la mayoría de los mexicanos (analfabetismo político). Es pues una propuesta que busca fortalecer el sistema partidista y además trae de nuevo la reelección (sí, esa condición que originó la revolución de 1910).

La clase política mexicana contemporánea no comprende dónde está ubicada. Pretende mantenerse en el poder de manera perenne sin consultar precisamente a quien se debe: la sociedad. La Constitución de hecho, nos queda ya chica, de acuerdo a los tiempos de rápida transformación que estamos viviendo. Más que reformas, necesitamos una nueva constituyente y deshacernos de la costosa, inútil y peligrosa clase política, a la cual además hay que llevar a rendir cuentas, acción por cierto no contemplada en la propuesta calderonesca.

Anarquía significa vivir sin gobierno, no sin leyes. Necesitamos transitar hacia nuevas formas de organización social beneficiosas donde podamos ser autosuficientes, autónomos, libres y eso sólo se logra asumiendo una postura de clase, tomando consciencia de sí y para sí. Esto significa un cambio radical en la forma como concebimos la política, la economía, la sociedad, a nosotros mismos; dejar de ser esclavos de la ignorancia para convertirnos en próceres de la nueva humanidad, ¿utopía? Claro que no, sí se puede lograr.


La revolución de las consciencias. Un país en mal estado como México, donde sus habitantes no se sienten a gusto con sus gobernantes, es campo fértil para las transformaciones. El gran rezago social generacional, la gran deuda de México con los mexicanos(as) requiere de unidad, esfuerzo, solidaridad y voluntarismo. No todos(as) querrán hacerlo, pero tampoco no todos recogerán los frutos de ese esfuerzo. La lucha de clases no tendrá remedio, pero se hará pensando en incurrir con el mínimo daño a las personas, el medio ambiente y los recursos económicos (lucha de clases mínimamente invasiva).

La revolución viene en sentido contrario a la anomia. La anomia es el esfuerzo del gobierno por violar las leyes, privilegiar a unos cuantos y concentrar el poder político en una democracia de mentiritas, con elecciones de mentiritas, por eso se requiere revolucionar las condiciones de vida de México a través de la rotación de poder, de las decisiones concensadas y de equidad de oportunidades para este país multicultural y heterogéneo.

El México de la Constitución de 1917 no es el México de la pretendida reforma política del 2010, sin embargo, hay coincidencias. Las condiciones económicas, políticas y sociales que llevaron a dicha constitución, al igual que la de 1824 y la de 1857, son similares en cuanto el grado de injusticias acumuladas, de despotismo, corrupción y explotación para la inmensa mayoría y privilegios para una pequeñísima minoría. En pocas palabras, cada cambio revolucionario viene acompañado de leyes.

No hay que confundir revolución con guerra ni anarquía con anomia. Puede haber revoluciones pacifistas (como el movimiento de Gandhi en la India por su independencia de Inglaterra en el siglo XX) científicas (como la teoría de la relatividad de Einstein) o religiosas (el protestantismo cristiano del siglo XVI). Sociedades anárquicas ya han existido en la historia de la humanidad, incluso en la historia contemporánea, como bien pueden contar los catalanes prefranquistas o los sindicalistas estadounidenses de principios del siglo XX y en México, los hermanos Flores Magón.

El socialismo, el comunismo y el humanismo seguro tienen mucho que aportar para el México deseado. Se trata de dejar los prejuicios negativos a un lado y darnos la oportunidad de practicar formas más amables de socialización distintas al capitalismo depredador de nuestra época, cada día más nefasto y destructivo; cada día más anómico, como sin duda es su etapa neoliberal, ese cruel subsistema capitalista que no respeta vidas, leyes ni nada, sólo la ganancia del dinero y el caos.

Así pues, ya tenemos ejemplos de sociedades autónomas como las neozapatistas en Chiapas, quienes son un magnífico ejemplo de dignidad a pesar del esfuerzo del Estado mexicano por aniquilarlos. ¿Cuánto hemos aprendido de nuestra historia para no repetir los errores del pasado? Las cosas no se dan por arte de magia, se necesita esfuerzo y dedicación, imaginación y creatividad, ¿estaremos en condiciones para enfrentar el reto de hacer el México del siglo XXI?




Post scriptum. La imagen no es la bandera de Italia, es la de México; el águila y la serpiente han desaparecido del escudo para ponerse a salvo de la violencia de Estado y por la vergüenza de ser al mismo tiempo la bandera más bonita del mundo y la bandera del país más corrupto del mundo, ¿quieres que regresen?, ¿qué estás haciendo?, ¿qué estás dispuesto a hacer?

miércoles, 3 de febrero de 2010

Reflexiones sobre Ciudad Juárez



El cargo de Presidente de la República sólo es renunciable por causa grave, que calificará el Congreso de la Unión, ante el que se presentará la renuncia.

Artículo 86, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Al igual que muchas otras personas en Juárez, me sorprende y me conmueve las matanzas a las que no terminamos de acostumbrarnos; me preocupan mi familia, amigos, compañeros, que todos los días salimos a las calles sin saber qué va a pasar, pero el sentimiento es igual si te quedas en casa, ¿qué va pasar?, ¿quién sigue?, más los delitos, robos, extorsiones y demás que se han desatado a raíz de la “guerra contra el narco”.

Después de la masacre del sábado 30 de enero en el que perecieron muchos jóvenes estudiantes, se sigue asesinando, pero por el impacto de la noticia, ya ni nos damos cuenta de “las otras” muertes. Pareciera que el tiempo se detiene en Juárez hasta la siguiente matanza que borre en el recuerdo la actual; así ha pasado con las masacres en los centros de rehabilitación; con los asesinatos de periodistas, luchadores sociales, estudiantes y académicos; con los Le Barón, con Creel y en general, con todos los homicidios, feminicidios e infanticidios que nos hacen olvidar incluso, injusticias tan vigentes como las de Lomas de Poleo.

Como especialista de lo social, no deja de sorprenderme el “aguante”, paciencia, pasividad, enajenación o temor de mis paisanos(as) ante tanta impunidad. En otros países, incluyendo los del llamado “tercer mundo”, por muchos menos motivos y muertes, la gente habría reaccionado. El año pasado, por ejemplo, el asesinato de un joven inmigrado en Grecia provocó una violenta reacción nacional. Las guerras en Irak, Afganistán o los derechos de de la población gay generan incluso simpatías internacionales, pero nosotros (las y los “juarenses”) ni siquiera tenemos lástima de nosotros mismos.

Esta situación increíble me intriga. Pienso en la clase política, en sus torres inaccesibles, ajenos a los acontecimientos sociales, fríos y hasta frívolos en sus declaraciones, prometiendo y prometiendo lo que no van a cumplir. Pienso en el SNTE y sus profesores, si no tendrán qué ver en el atolondramiento del estudiantado. Pienso también en las universidades públicas, cooptadas por el PRI, si no son de alguna manera cómplices de las circunstancias. A estas alturas todos me parecen sospechosos.

Veo cómo los medios de comunicación sacan provecho de las noticias, sentencian a criterio las notas o desvían la atención con noticias menos importantes, pero mediáticamente más vendibles, como el caso del jugador Cabañas en estos momentos, que roba titulares y tiene una amplia cobertura. Noto cómo la jerarquía católica se intromete en la vida política del país, defendiendo lo que ellos consideran el derecho a la vida e intrometiéndose en la vida sexual de la población, pero haciendo mutis hacia lo que sucede en Juárez ¿?

Me irrita cómo los partidos políticos gastan millones de pesos en campañas electorales y son incapaces de generar democracia, con una actitud cobarde (por que eso es lo que son: cobardes) hacia la sociedad que dicen representar. También me provocan impotencia y rabia los retenes, cateos y revisiones policiacos-militares de rostros cubiertos y armas hasta los dientes, donde tan sólo por el hecho de caminar o circular por las calles de Juárez o incluso en tu propia casa, se te da trato de delincuente o sospechoso.

Muchos ex alumnos y conocidos me preguntan qué hacer, pero cuando les digo que tenemos que organizarnos y exigir, se desaparecen. Otras personas asumen posiciones pesimistas y consideran que en Juárez no hay nada que hacer. Mucha gente abandona la ciudad, otros no pueden irse; muchos más caen en depresión, no hay que olvidar que la crisis económica mundial afectó muy fuerte a esta ciudad maquiladora y no hay trabajo. La frontera norte del Río Bravo se custodia con vehículos de la Border Patrol (sí, esa que en el canal del Nat-Geo aparece como “heroica”) cada media milla; la sensación de vivir encarcelados en Ciudad Juárez es real.
¿Ha valido la pena la “guerra contra las drogas” del irresponsable y espurio Felipe Calderón? Las miles de muertes y el aumento en el consumo indican que los operativos conjuntos son un rotundo y costoso fracaso. En dos años no se ha capturado a ningún capo grande ni se han desmantelado cárteles, pero aun si así fuera, ¿cuánto tiempo se tardarían en formarse nuevos capos y nuevos cárteles? El mercado de las drogas goza de cabal salud. Para ser un parapeto del fraude electoral del 2006, esta “guerra” nos ha salido muy, muy cara y Calderón un verdadero peligro.

Por el bien del país, poniendo como ejemplo a Ciudad Juárez, Calderón debe renunciar (revocación de mandato) y enfrentar un juicio político popular, junto con el gobernador de Chihuahua, el alcalde de Juárez y los procuradores de justicia federal y estatal. ¡Se tiene que parar esta guerra ya! Y se tienen que ir todos ¡ya!

¡NO SOLUCIONES, NO ELECCIONES!
Revolución MMX

Renuncia y juicio político

En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece.
Artículo 1, Constitución de los Estados Unidos mexicanos.




Por dignidad, las autoridades de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) así como los encargados de la seguridad y de los operativos X, deben renunciar y enfrentar un juicio popular que los haga verdaderamente rendir cuentas sobre la gran masacre de dos años en Ciudad Juárez.

¿Por qué la masacre del sábado 30 de enero? Es lo que los habitantes de Ciudad Juárez, nos estamos preguntando desde el acontecimiento. El único mensaje lo suficientemente claro es sentirnos atemorizados como sociedad para que ni en nuestras casas nos sintamos a salvo. No es creíble que un convoy de 7 automóviles con 12 ó 15 rufianes armados con armas largas haya pasado desapercibido por la infinidad de retenes y rondines de los miles de militares (¿Qué no se iban a ir?) pefepos y de la policía estatal y municipal. No es posible que cinco minutos de refriega no hayan sido escuchados y que además hayan podido huir; huele muy mal, huele a cohecho y apunta directamente al Estado, no a las mafias (si es que el Estado no lo es ya).

Como no hay coherencia ni lógica en las respuestas oficiales; como de hecho hay respuestas frías y contradictorias, además de la evidente incapacidad del Estado en dar explicaciones (ya ni si quiera soluciones) lo único que tenemos como sociedad (además de organizarnos) es acudir al chisme y armar hipótesis de lo que nos está pasando, pero sin quitar el dedo del renglón: los responsables de los tres niveles de gobierno deben de rendir cuentas por esta barbarie. Aquí algunas hipótesis:

Amenazas del narco a Calderón. Supuesta mente el pesudopresidente Felipe Calderón (más valiera que pida asilo político y se quede en Japón) fue amenazado con anterioridad por las “bandas de narcotraficantes” (¿cuáles? Si nunca nos dejan saber los mensajes que se dejan) que si no dejaba de favorecer a unas y atosigar a otras, emprenderían acciones como la del sábado 30 de enero. Si esto es así, vemos la debilidad de Calderón ante bandas mejor organizada que su “estrategia”. Si el problema son las drogas, déjese de pendejadas y legalice; el problema no son las drogas, sino los miles de millones de ganancias que deja su prohibición.

Una guerra más de Estados Unidos. Hablando de adicciones, la “lucha” contra las drogas tiene su epicentro en el vicioso Estados Unidos de Norteamérica (EUA) el verdadero peligro para México y el mundo. EUA tiene serios problemas de adicciones (al poder, al dinero y a las drogas) por eso están activando guerras por doquier, pero principalmente donde hay negocio de drogas. Las poblaciones de Afganistán, Colombia y México están muriendo no por alcanzar la democracia, combatir el terrorismo o eliminar a la mafia organizada, no; están muriendo por que en estos países se produce la chiva, la coca y la mota que necesitan los norteamericanos para funcionar. Mientras EUA siga de hipócrita en relación a sus problemas de vicio, además de sus problemas financieros, las guerras les resultan un negocio redondo: regulando la entrada de droga a su país y permitiendo la venta de armas a otros países para que se maten.

Sospechas electorales. En su columna Astillero Julio Hernández (La Jornada 02/02/10) el periodista hace una relación de la matanza de Juárez con los niños calcinados de la guardería ABC en Sonora donde sostiene que el PAN aprovechó la tragedia para ganar la elección al PRI, cuando su candidato iba atrás antes de la tragedia. Si es el caso, las similitudes con Chihuahua pueden ser acertadas, por que el PRI lleva ventaja sobre el PAN, y si lo llegan a manejar bien, podría haber una voltereta si las autoridades priistas (estatal y municipal) resultaran involucradas. Argumento difícil, pues en Juárez por lo menos, la ciudadanía tiene claro que esta situación es por culpa de los tres niveles de gobierno, ¿cómo le haría el PAN para desafanarse de su responsabilidad?

Estrategia cártel-electoral. Si los partidos ya están cooptados por los cárteles, entonces nos enfrentamos a nuevas formas de campañas electorales. La coincidencia: la renuncia del multicuestionado Víctor Valencia de los Santos, por sus modestísimos resultados durante su gestión como Secretario de Seguridad Pública Estatal para irse por la candidatura del PRI a la alcaldía de Juárez. Si esto es así, no sabemos el grado de compromisos de la clase política (al menos de algunos) con los cárteles de la droga, de ahí que estas masacres estén relacionadas con las campañas.

Ahora bien, en el supuesto que agarraran a los culpables materiales (ya ni siquiera pedir a los intelectuales) ¿cuánto tiempo estarían en prisión para que un juez dicte que no hay pruebas suficientes y queden en libertad de nueva cuenta? En serio que parece una pesadilla surrealista. El sistema de justicia no funciona, el noventa por ciento o más de los crímenes en esta ciudad ni siquiera se investigan, ¿necesito decir más?

No es posible seguir tolerando tanta impunidad. El Estado mexicano está agotado en sus instituciones por la clase política y no puede o quiere regenerarse, por eso es necesario un cambio radical. Por lo pronto a organizarse para mantener vivo el pellejo, ¿qué son diez mil soldados y sicarios contra un millón de juarenses? Un puñado de cobardes asesinos.

NO SOLUCIONES, NO ELECCIONES

Revolución MMX

lunes, 1 de febrero de 2010

¡Despierten Indios!

La soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo.
Todo poder público dimana del pueblo y se instituye en beneficio de éste.
El pueblo tiene, en todo tiempo, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.

Artículo 39, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

¡Qué bueno que se recupere Cabañas!, pero aquí tenemos un problema mayúsculo. Mientras toda la atención de la noticia se centra en la recuperación y justicia para un deportista extranjero, lo mejor del país, su juventud, esta muriendo asesinada, ¡despierten indios, despierten!

Las campañas y precampañas están incansables todos los días, para ganar las simpatías del 25% del electorado que vota. Nadie, o casi nadie de los candidatos se pronuncia por la masacre de estudiantes de la noche del sábado, si así es ahorita, ¿tendrán justicia las víctimas cuando estos tipos lleguen al poder? ¡Despierten indios!

El “presidente” Calderón anda promocionando a México en Davos y Japón, como un país próspero, sin dificultades, bueno para invertir, mientras en Torreón, Ciudad Juárez y Sinaloa las masacres continúan. Un presidente que no es presidente y el sexenio de la muerte continúa con su cuota de sangre, ¡despierten indios!

Una guerra que no existe. No hay guerra contra el narcotráfico, es un pretexto para gobernar el país con mano dura, en contra del pueblo y sin tocar intereses privilegiados, por que no hay inteligencia ni idea de nación, el país se maneja como una empresa de negociosos y al ciudadano(a) se le da un trato de trabajador de segunda desechable. El Estado resuelve el problema del desempleo matando a los desempleados y a los futuros trabajadores, en vez de crear trabajos, ¡despierten indios!

Los periódicos locales, nacionales e internacionales buscan sólo la noticia impactante para lectores impresionables, las masacres de Juárez compiten sí sólo si es importante el número de muertes, si es suficiente el grado de barbarismo que nos equipare a África, Afganistán o Haití, sino, se opta por hablar de las nalgas de la Guzmán o del atentado de Cabañas, por lo tanto, estamos solos. Nadie en el mundo, ni en México, nos va a resolver nuestros problemas si nosotros no actuamos. ¡Despierten indios!

Las noticias de los chismes sobre famosos, del mundial de Sudáfrica, de los escándalos de políticos frívolos, desvían la atención de los graves problemas de violencia, desempleo, delincuencia, dependencia alimenticia, explotación indiscriminada de los recursos naturales y de la riqueza del país, descomposición de la clase política, además de los miles de asesinatos. Se quiere ocultar lo inocultable, ¡despierten indios!

Los intereses fácticos de Estados Unidos, las transnacionales y El Vaticano, buscan imponer afanosamente sus intereses en México por encima de los mexicanos(as). El Plan Mérida, las mineras canadienses, las empresas españolas o la homofobia y misoginia católica son tufos intolerables que envenenan el ambiente, violentan el estado de derecho y explotan física y mentalmente a la sociedad mexicana. ¡Despierten indios!

Los Estados, aún los “democráticos” prefieren lidiar con “ciudadanos(as)” sumisos, acríticos, a responder con resultados a un mundo cada vez más complejo e injusto. El desmantelamiento de una nación (como México) se da mientras su población se enajena en el fútbol, las telenovelas, la lotería, los juegos, la borrachera y el Estado persigue, encarcela y mata a los activistas y todas aquellas personas que se resisten a vivir en un mundo así, ¡despierten indios!

La salvaje e incivilizada “guerra contra las drogas” es un sinsentido, un crimen de lesa humanidad que requiere detenerse inmediatamente y castigarse política y ejemplarmente a los responsables. Las prohibiciones siempre vienen acompañadas de violencia; si se quiere acabar con el problema de la droga, hay que legalizarla, así se corta de tajo esta masacre. Si se quiere evitar que la sociedad siga teniendo adicciones, hay que comenzar combatiendo y regulando la adicción a la avaricia, al poder y a Dios, por que estas adicciones concentran a los más peligrosos sociópatas y fanáticos que una sociedad pueda tener. ¡Despierten indios!
El país requiere de una nueva constituyente, un nuevo sistema de organización social, una nueva economía; nuevos sistemas de salud, de justicia, de educación, pero también, y más importante, necesita de NUEVOS MEXICANOS(AS) por que los actuales damos lástima. Esta generación agachona, sumisa y corrupta tiene que darle paso a una nueva generación con una nueva actitud hacia esta tierra, por que actualmente no merecemos el título de “ciudadanos” ni de “mexicanos”, hemos traicionado a los que nos precedieron y seguimos traicionando a los que vendrán. ¡Despierten indios, despierten!



Ciudad Cárcel, Chihuahua, mes de la Constitución violada.



¡No soluciones, no elecciones!

Revolución MX