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viernes, 2 de septiembre de 2016

¿Por qué no cae Peña Nieto?


¿Por qué no cae Peña Nieto?
Carlos Murillo González

Casi cada semana y aun antes de ser presidente de la república, Enrique Peña Nieto (EPN) ha sido y es, una constante fuente de calamidades y agravios para las y los mexicanos, pues es un campeón de la corrupción, la violencia y la mediocridad. ¿Cómo es posible ante tanta y tan obvia mezquindad que siga al frente del gobierno de México?

El problema y su solución, sin embargo, está en la sociedad mexicana, pero ésta no quiere, no sabe o no puede hacerlo. El sistema político mexicano de por sí apesta con sus decadentes partidos y sus retrógradas políticos que son además el contexto de donde surgen los actuales Duarte, los Moreno Valle, los Graco Ramírez y otros nefastos gobernadores, más los presidentes municipales, diputados, senadores, regidores, todos cortados con la misma tijera.

En México los partidos políticos son genéricos del PRI, igual de corruptos o en proceso de serlo, por eso la gente no ve diferencia entre unos y otros. El grave problema de esto es que los partidos actúan como una verdadera mafia, la “Cosa Nostra” mexicana en disputa por el poder, con sus secuelas de sangre y destrucción, al margen de la ley y con total coste al pueblo de México. Esa tremenda impunidad da como consecuencia productos tipo EPN, nacido del fraude electoral, la imposición y la compra de consciencias.

EPN es un verdadero peligro para México, lo ha demostrado con creces. Pocos están contentos con él y quienes lo defienden son tan pendejos como él. Sin embargo en un país de analfabetas políticos, despolitizado, enajenado, es ideal para personajes estúpidos como Peña Nieto, un títere del sistema totalmente rebasado, gris, impuesto  por intereses oscuros de personajes igual de peligrosos, pero temidos, como el ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

Cada sexenio es lo mismo: una apuesta al futuro con políticos apátridas, déspotas y egocéntricos convertidos luego en la peor versión de sí mismos gracias a ese poder cuasi ilimitado que le otorgamos las y los ciudadanos. Cada presidente entrante es peor que el anterior. El camino del presidencialismo a través de procesos electorales viciados de origen, sin democracia participativa y sin herramientas favorables al interés público (plebiscitos, revocación de mandato, etcétera) dan como resultado reyezuelos y  mirreyes que en vez de servir a la sociedad, se sirven de ella.

La impotencia social de no poder controlar la prepotencia política es equiparable a los viejos regímenes monárquicos regidos por el terror y los caprichos de las clases dominantes pero, ¿qué no vivimos en una democracia? Por supuesto que no. Si fuera así, EPN ni siquiera hubiera contendido a la presidencia y estaría purgando condena en la cárcel por la represión en Atenco cuando era gobernador del Estado de México.      

El cinismo de la clase política o su hipocresía, según sea el caso, es ya parte de la cultura de este país, reproduciendo en lo micro lo que nota en lo macro, por ejemplo, aspirar a ser presidente no para ayudar al pueblo, sino para acceder a sus privilegios. Si EPN quisiera a su pueblo y si fuera congruente (si acaso conoce la palabra) ya habría renunciado solito. En los tiempos de la democracia griega en su época clásica, a los gobernantes corruptos se les castigaba con la pena de muerte; en el México contemporáneo se les premia con aviones de lujo.

La paciencia de las y los mexicanos luce eterna, ilimitada. Parece que ya nos hemos acostumbrado a soportar gobiernos corruptos tras gobiernos corruptos, uno tras otro, como si fuera algo natural. Ahí es donde radica la principal fortaleza del poder político: en gobernar sobre súbditos y no sobre ciudadanos; si el conocimiento de las personas no da para conocer el significado de la palabra democracia, mucho menos puede tomar conciencia del socialismo y la anarquía, conceptos tan cercanos y a la vez tan desconocidos a las masas.

Es triste reconocer que finalmente EPN sí representa a la sociedad mexicana en general.  Es el reflejo de siglos de luchas que no han terminado por emanciparnos; de las traiciones de los líderes de las causas justas que los llevaron al poder; de la explotación de las riquezas de la nación y peor aún, de su gente. Aun si cayera Peña Nieto, ¿quién lo sustituiría?, ¿cómo evitaríamos otro sátrapa, otro desalmado? El problema insisto, es de fondo, es el sistema político partidista y presidencialista y la sociedad apática que lo tolera.

¿Podemos vivir sin gobernantes? Claro que sí. Desafortunadamente la idea suena tan descabellada para tanta gente, que hasta es riesgoso hacerlo público; a ese grado llega la enajenación de la sociedad, víctima de un conservadurismo dogmático fruto de la religión y de la política convenenciera. Pero existe la esperanza del hartazgo, de que algún día las contradicciones de la injusticia choquen con la realidad del hambre, el desempleo, la pobreza, la inseguridad y este régimen llegue a su fin; ese futuro no está muy lejano.

Mientras tanto seguiremos protestando por las redes sociales o exponiendo el pellejo en manifestaciones callejeras contra la visita de Trump, el plagio tesista, la casa blanca, las reformas estructurales, la represión a los maestros y maestras, la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, más lo que se acumule en la semana; EPN es fuente abundante de errores de enormes magnitudes y un día de estos terminará por romperse (eso espero, por el bien de México).      

sábado, 27 de junio de 2015

Libertad de prensa y prensa vendida en Chihuahua





Libertad de prensa y prensa vendida en Chihuahua
Versión escrita de la edición del mismo nombre de Carmugo TV
Carlos Murillo González


Para Miguel Silerio


La calidad de la información periodística en el estado de Chihuahua está supeditada por el tamaño del presupuesto gubernamental para medios. Esto quiere decir, que la mayor parte de los medios informativos chihuahuenses carecen de libertad y autonomía o son cómplices de la censura e imposiciones del gobernante en turno.


La situación es grave por que prácticamente todos reciben dinero del erario y entre más grande la empresa, mayor la compra de publicidad y espacios por parte del Estado. Esto significa que quienes obtienen información periodística de las grandes corporaciones de televisión, radio y periódicos, tienen menos posibilidades de estar bien informados y más posibilidades de ser manipulados. El control de la información, su tratamiento de qué se hace público y qué no, perjudica a la sociedad en su conjunto al negarle el acceso a estar informado.



Carmen Aristégui
La censura es una de las principales herramientas de los países autoritarios. El gobierno espurio de Enrique Peña Nieto inició su mandato con la imposición de la censura de la información; por eso la ciudadanía ya no lee ni escucha palabras como “sicario” o “ejecutado”, ni ve ya a Carmen Aristegui o no encuentra información sobre el fracking (si es que ha escuchado de ello). Las referencias a la “guerra contra el narco” han desaparecido, pero no así la violencia, abuso y miedo de la que hace gala la realidad en millones de mexicanos(as) relacionada con el hampa, el narcotráfico, el despojo de la tierra o las millonarias compras de material bélico-militar a EEUU, si no estamos en guerra, ¿cómo se le llama a esto?    


Periódico El Mexicano (OEM) Cd. Jrz.
La prensa se convierte entonces en un órgano más del Estado, en una pieza clave del sistema. En esta etapa neoliberal del capitalismo, los medios de información privados, acordes con la lógica del egoísmo competitivo capitalista, voraz e insaciable, utilizan la información como un botín, un recurso del cual hacen negocio. A final de cuentas, la neutralidad en la prensa no existe. Aquí es donde uno se pregunta, ¿dónde queda la ética periodística, el ethos de la información? ¿Sabemos del derecho a estar informados? Ha de ser muy duro para quienes optan por la carrera periodística, acondicionarse a los bajos salarios, a los riesgos a la integridad física, la vida y a las tentaciones de comer chayote. El primer periodista asesinado en el sexenio es de Chihuahua: Jaime González, director de “Ojinaga Noticias”, en marzo del 2013.




El presupuesto estatal de cualquier gobernante es bastante gordo con respecto a la publicidad. Mucha de la estabilidad política social, no importando el nivel de anomia y caos, es producto de la creación de imagen, marca y “prestigio” de personajes políticos, quienes dependen literalmente de la “buena prensa” que consigan. No importa que un país esté en guerra o se esté destruyendo a pedazos, si los medios sólo pasan lo bonito y favorable al poder en turno, esto da cierta garantía a los mismos y ciertos privilegios a quien lo expone.



César Duarte, gobernador de Chihuahua

En Chihuahua es importante señalar el gran engaño manipulador mediático. Para empezar, baste recordar que los dueños de los medios son parte de la élite económica y política; es decir, sus intereses están de ese lado de la sociedad. La estabilidad del sistema político-económico (como esté) es necesario para mantener los privilegios y canonjías, las alianzas y acuerdos entre los integrantes de este grupo cerrado. El resto de la sociedad somos para el caso, paisaje salvaje y peligroso; la enajenación mediática todavía tiene mucho éxito en México por el apoyo mutuo entre Estado y emporios mediáticos sin la cual, personajes como Peña Nieto o el “Teto” Murguía serían simplemente aborrecibles, insostenibles.




Wikileaks
Si usted de veras quiere informarse, ha de recurrir a los medios alternativos de comunicación. Desconfíe de los grandes consorcios, pues ellos sólo le ven como cliente, no como persona. Wikileaks de Julian Assange o Desinformémonos del Frente Zapatista de Liberación Nacional; los informes de organizaciones derecho humanistas como las Brigadas Internacionales de Paz y Amnistía Internacional,  organizaciones de información no lucrativas como Cencos, de la Ciudad de México; en fin, sí existen las personas y los medios a donde acudir, particularmente en internet, para dar la batalla a la desinformación y la censura.



En Chihuahua, es en las ciudades de Juárez y la capital en donde se concentran las principales fuentes mediáticas de información y los grandes consorcios. ¿Quién en la entidad no conoce El HeraldoEl Diario, el “Canal de las noticias” (Canal 44) el PMEl Peso, escucha los noticiarios radiofónicos o las noticias de Televisa y TV Azteca? Compare entre los medios de este párrafo y el párrafo anterior y podrá ver la diferencia.


Protesta a las afueras de Canal 56
(Televisa) Ciudad Juárez, 
2012



¡PRENSA LIBRE PARA CHIHUAHUA YA!


Protesta a las afueras de Canal 56
(Televisa) 
Ciudad Juárez, 2012


lunes, 17 de noviembre de 2014

El Estado es el violento





 Se define Estado como la institución que posee
el monopolio legítimo de la violencia dentro de un territorio.
Max Weber

¡No se deje engañar! Los sucesos de protesta social del otoño mexicano son en respuesta a la violencia de Estado. Son decenas de miles de asesinatos y desaparecidos; son frecuentes las represiones sociales y es obvia la militarización hacia el Estado policiaco y el terrorismo de Estado como para que el gobierno mexicano finja demencia y quiera voltear la tortilla acusando a la sociedad del desorden, la anomia de la clase política y sus aliados sanguinarios.

El actual movimiento social encabezado por la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en realidad aglutina a cantidad de movimientos del país que tarde o temprano iban a generar esta crisis de la cual el gobierno no podrá escapar. La sociedad mexicana quiere la paz, no la violencia cortesía del gobierno. Las amenazas el presidente espurio Enrique Peña Nieto, de utilizar más violencia, no hacen sino evidenciar el carácter autoritario del régimen y sólo abona para la próxima desaparición de poderes, su renuncia y (ojalá) enfrentar la justicia por tanto crimen y por abrir las riquezas del país a intereses extranjeros.

En este momento de nuestra historia es bueno ver el miedo reflejado en los gobernantes y las instituciones que representan (ejército, SCJN, INE, cámaras de diputados y senadores...) las diferencias de clase son cada vez más notables y las élites no saben cómo salir bien libradas de esta catástrofe ocasionada por ellos y sus antecesores. El pueblo tarde o temprano había de despertar y hoy lo está haciendo; las simpatías internacionales por el movimiento encabezado por Ayotzinapa no es gratis: el mundo sabe que la lucha de la sociedad mexicana es legítima y está de nuestro lado.

No va a ser fácil terminar con el monopolio del PRI y sus secuaces (partidos políticos, medios (des)informativos, sindicatos charros, grupos de choque y un largo etcétera) pero es inevitable hacer uso de la resistencia civil pacifica para debilitar el sistema y hacer posible un país más justo y equitativo. Nos han robado hasta el cansancio, nos han engañado y embrutecido, pero no podrán arrancarnos la dignidad y el ardiente deseo de justicia. No se trata de hacer más sacrificios (la historia de México, antigua y reciente, está llena de ellos) sino de seguir presionando hasta desmantelar el podrido andamiaje político-económico que ha hecho tan ricos y poderosos a tan pocos y ha abandonado a su suerte a millones de mexicanos y mexicanas.

Hay mucho por hacer. En el estado de Chihuahua vivimos uno de nuestros peores momentos gracias a la inacabable “guerra contra el narco”, el constante asesinato y desaparición de mujeres (feminicidio) y no menos importante, por la prensa vendida, sobornada con millones de pesos salidos de nuestros impuestos y el descarado robo de nuestro patrimonio a cargo de la clase política de la cual el vivo ejemplo es el actual gobernador del estado, César Duarte. Hoy las y los chihuahuenses hemos superado el miedo, ese terrible recurso político del Estado para mantener a raya a la sociedad. De las ciudades al campo se confronta ya a sus figuras de autoridad, sea este un policía, un juez o un César Duarte.

En Ciudad Juárez pese a los esfuerzos del Estado Mexicano y de Washington por violentarnos y someternos a los intereses económicos transnacionales, no ha dejado de haber movilización social y activismo. Su conejillo de indias llamado Juárez, también está cansado e intentando con éxito salir de este laboratorio de experimentos criminales de lesa humanidad patrocinados por el gobierno de EEUU a través de sus súbditos del PRI, el PAN y todos los demás. No va a ser fácil exterminarnos, por más que el Consulado, el USAID, El Canal 44, El Diario o La Polaka, nos quieran despolitizar presentando otra realidad ajena a la desaparición de Juárez hacia Jerónimo y el Valle de Juárez para facilitar el fracking, justifiquen la violencia señalando al narco y criminalicen la protesta social. Ya basta.

Las revoluciones sociales suelen violentas, pero no necesariamente sangrientas. Que quede claro que la violencia la pone el Estado y no el pueblo, la sociedad. Los actuales movimientos sociales encabezados por las y los estudiantes, también los integran ecologistas, pacifistas, derecho humanistas, indígenas, pobres, mujeres, jóvenes, migrantes y otro largo etcétera; es un proceso revolucionario en busca de la emancipación de una nación que no merece el destino impuesto por intereses particulares de personas sin escrúpulos, como los llamados “líderes” (políticos, empresarios, artistas de la farándula, pesudoperiodistas, pseudointelectuales…).

La sociedad mexicana está demostrando de manera pacífica, pero fuerte, su hartazgo de siglos. El gobierno tiene que caer y sus operadores(as) enfrentar la justicia y lo vamos a lograr demostrando la entereza de este pueblo sufrido recuperándonos del miedo para regresárselo a quienes nos han ofendido y martirizado sin medir las consecuencias de sus actos. Este es el momento.


¡Renuncia Peña Nieto!
¡Renuncia César Duarte!