viernes, 29 de enero de 2010

La UACJ, ¿cooptada?

La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) es en teoría una institución pública, autónoma y apartidista. En la práctica, al igual que otras universidades mexicanas, ni es tan pública, ni tan autónoma y definitivamente, no es apartidista.

La historia de la UACJ se remonta a la Universidad Femenina de Ciudad Juárez, institución de carácter privado creada por la señora Gracia Chávez en 1968, pero en 1970 cambia su nombre por el actual, oficializándose su inauguración el 10 de octubre de 1973. Desde entonces la UACJ es el Alma Mater de la ciudad. Sin embargo el contexto en que surge la universidad corresponde a una época de persecución política a los estudiantes y jóvenes; es la era del PRI populista, del partido de Estado, de la guerrilla urbana y la guerra sucia.

Desde sus inicios y hasta la fecha, la rectoría de la UACJ ha sido ocupada exclusivamente por académicos formados en la UACH (Universidad Autónoma de Chihuahua) la mayoría de ellos militantes del PRI, pues no pocos han seguido después (o incluso durante su rectorado) una carrera política por ese partido. El gran miedo hacia el(la) joven crítico, estudioso y consciente, orilló a la UACJ, al igual que otras universidades creadas por la misma época, como la Autónoma Metropolitana y la Autónoma de Tlaxcala, a separar físicamente sus campus para evitar “el contagio” de las ideas libertarias y revolucionarias en sus estudiantes. La UACJ al igual que otras universidades de los setenta, surgió del remordimiento por las matanzas estudiantiles en 1968 y 1971 del ahora ex presidente Luis Echeverría.

La autonomía de la UACJ es algo subjetivo. Por un lado tiene sus leyes y reglamentos orgánicos, su estructura de gobierno y se realizan elecciones periódicas para la representación estudiantil y académica. Pero por otro lado, no tiene independencia económica, lo cual la pone en una posición débil en relación con los dineros públicos, lo que el gobierno aprovecha para someter o premiar a las universidades problemáticas o dóciles. Para lograr las simpatías (y dineros) como para mantener el coto de poder, el Consejo Universitario se selecciona electoralmente muy bien para dejar todo a final de cuentas, a manos del rector en turno. No hay pues democracia.

Como institución pública la UACJ es una de las universidades más caras del país desde hace mucho tiempo. Creada pensando en producir mano de obra calificada para la industria maquiladora, la universidad se pensó para trabajadores que estudian, lo cual explica por qué durante el periodo de auge maquilador (cuando había más trabajo) los estudiantes no tuvieran tiempo para pensar en las cuotas, sólo en terminar la carrera, pues había dinero. Pero en periodos de crisis económica, como la actual, no es de extrañar entonces, la actual demanda estudiantil por la reducción de cuotas (por cierto, los miles de estudiantes que pidieron prórroga pagarán 10% más por concepto de intereses) haciendo de la UACJ una institución inaccesible por su precio.

En la cuestión laboral instauró mucho antes que otras instituciones públicas y privadas, un modelo neoliberal en perjuicio de los maestros por honorarios: mal pagados, sin prestaciones, sin estímulos, sin antigüedad y con una carga de trabajo que en conjunto, equivalen a una verdadera explotación laboral, mientras sus rectores se retiran con jugosos sueldos vitalicios, algunos de ellos en edades productivas, pero ni así regresan a dar clases, sino más bien buscan nuevos puestos políticos más allá de la UACJ, que al cabo tienen el sueldo asegurado gracias a los impuestos que pagamos todos.

El apartidismo universitario no existe. Existe la apatía política, la despolitización (por razones obvias) de la mayoría del estudiantado y de una parte del profesorado; pero también están los intereses y grupos partidistas y las ideologías de izquierda apartidistas. Lo peligroso está en la grilla, cuando hay sucesión de la rectoría y los consejos (universitario y técnico) pues se reactivan las fuerzas partidistas, principalmente del PAN y PRI, en las planillas a elegir y sobre todo, en quién quedará como rector (hasta ahora no hay rectoras).

La mayoría del profesorado docente e investigador está más preocupado por acumular puntos (los famosos “tortibonos”) que los lleve a obtener mejoras salariales y un mejor nivel de vida, a verdaderamente hacer aportaciones a la sociedad (con sus honrosas excepciones) apoyar a sus colegas de horas sueltas o a los estudiantes que piden reducción de cuotas. El mejor académico(a) el(la) mejor estudiante y el mejor administrativo(a) y trabajador(a) así sea sindicalizado, es aquel que asienta lo que diga su jerarca, el mansito(a) que se queda callado frente a la injusticia o el(la) que no exige ni propone nada para “no molestar a las autoridades”.

Así pues, ¿por quién está cooptada la UACJ? De entrada la UACJ no nació autónoma y libre, nació cooptada por el PRI-gobierno, el mismo partido que ve en la universidad un coto de poder y sirve de trampolín a sus rectores hacia la arena política y electoral. Pero también está cooptada por la apatía, por la comodidad, por el disimulo de sus estudiantes, académicos y trabajadores, quienes encuentran en la universidad un beneficio para sus vidas, sin pensar en el futuro, en sus problemas actuales ni en sus colegas menos favorecidos, sólo en ellos mismos y su cómodo mundo.




Luis Echeverría poniendo la primera piedra de la UACJ

jueves, 28 de enero de 2010

Julián Carrillo, revolucionario de la música



El 28 de enero de 1875 nace en Ahualulco, San Luis Potosí, Julián Carrillo Trujillo, en el seno de una familia indígena. Prolífico compositor, científico, director de orquesta y violinista pionero en la investigación de lo que luego se denominaría como El sonido 13.


Desde temprana edad empieza a componer piezas musicales y hacia 1895 se traslada a estudiar al Conservatorio de Música de la ciudad de México. Cuatro años más tarde prosigue sus estudios en Europa, donde compone su Primera Sinfonía. De vuelta a México y a raíz de la guerra revolucionaria, se traslada a Nueva York donde publica por primera vez sobre la Teoría del sonido 13, por lo que obtendrá reconocimiento internacional, sobre todo en Estados Unidos y Europa.

La producción musical y científica de Carrillo abarca infinidad de obras basadas en los semitonos y tratados de teoría, instrumentos microtonales así como la difusión del sonido 13, consistente en el descubrimiento de los 37,120 tonos en los doce sonidos hasta entonces conocidos. A la síntesis de ese gran descubrimiento le llamó sonido 13.

La vida de Julián Carrillo está repleta de éxitos y reconocimiento a sus aportaciones musicales. Sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres de la Ciudad de México desde 1965, año de su muerte.

Aquí una muestra de su arte, Happy 135 birthday Mr. Carrillo!!


Partidos: sin calidad moral




El sistema partidista mexicano está agotado, sin ideas y enfermo de poder. La proximidad de su desaparición lleva un proceso acelerado de desgaste, pues es imposible la recuperación del cáncer que sufre la política “profesional” (profesional en el sentido de que se vive de ella, se cobra) ese sistema burocrático de castas y prebendas que es la clase política, alberga el gen de su autodestrucción en su pragmatismo indulgente.

La propuesta de reforma política de Felipe Calderón entregada desde diciembre, pero trabajando en seminario desde el Senado a partir de la última semana de enero por los propios partidos políticos, es como jugar a cambiar o mantener las reglas del juego de acuerdo exclusivamente a los criterios que ellos consideren, ¿y la gente? Bien, gracias. La clase política no quiere o alcanza a entender, que para jugar, hay que lanzar la bola a la sociedad. Es decir, la base de una sociedad democrática se sostiene en la rotación de poder, no en la concentración del mismo.

Igualmente en las opiniones del señor Carlos Pascual, representante de los intereses de Estados Unidos en México (embajador) sobre la salida del ejército en la lucha contra el narcotráfico en Ciudad Juárez, destaca el “esfuerzo” del gobierno de México sin tomar en cuenta la opinión de la sociedad juarense; por el contrario: “He hablado con los representantes de los tres partidos principales (PAN, PRI y PRD). Todos reafirman que esta lucha tiene que seguir.” (La Jornada 25/01/10). ¿Qué importan tantas muertes, feminicidios, homicidios, infanticidios y demás, si todo se arregla a nivel cupular?, ¿se han tomado la molestia estas personas de venir a vivir a Ciudad Juárez?, además ¿por qué tendríamos que complacer a Estados Unidos?


En el 2010 se disputarán doce elecciones estatales. Desde ahora el tema de las alianzas son la comidilla del día de los analistas y editorialistas del régimen, más preocupados por encontrar “tres pies al gato” en sus cálculos políticos superficiales que en considerar lo obsceno de la situación. Nadie, por ejemplo, considera el tema de la apatía y desafección política, en el desencanto social de las aspiraciones a una democracia todavía desconocida, pues la conocida (democracia electoral) deja mucho que desear. No, las “inteligencias” compradas calculan en base a votos válidos y “acuerdos en lo oscurito” de los partidos.

Precisamente las elecciones permiten ver a los políticos desnudos, en su jugo, tal como son. Las personas que se creen “líderes”, “mesías”, “salvadores”, se pavonean con baños de pueblo gastando millones en sesiones de fotos, comerciales televisivos, entrevistas de radio, asesorías de imagen y todo lo necesario para hacerlos parecer “naturales” o “interesantes” al ojo ciudadano, pero el complejo de superioridad (o inferioridad) la megalomanía, la soberbia y el delirio de grandeza son inocultables. Las democracias electorales que representan los partidos prefieren mejor el culto al héroe que la apertura democrática, lo cual es una contradicción.

El sistema de partidos es un obstáculo para el progreso. Baste ver las declaraciones públicas de sus dirigentes en los distintos medios de comunicación; los escándalos, las traiciones, los spots pagados; las campañas adelantadas, el despilfarro electoral, las partidas secretas, las alianzas interpartidarias, los favores empresariales; el desempeño en las cámaras, en el ejecutivo y en el judicial; todo apunta a la descomposición. Si el periodo de los partidos sigue, es porque todavía no construimos desde la sociedad el modelo que lo sustituya.

Desde la izquierda no partidista, donde concurren las y los marginados que no tienen cabida en los partidos e incluso en la sociedad (sometida a leyes según el criterio de las creencias religiosas de los políticos) existe una tradición de resistencia cultural desde hace siglos. En época de la Colonia fue contra el sistema de castas y la esclavitud, en el siglo XIX por la libertad e independencia; en el siglo XX por la igualdad y la democracia. En el siglo XXI convergemos todos los actores del pasado y el presente para darle vida al ciudadano revolucionario del futuro México plural y equitativo.

Como los partidos políticos no son interlocutores de la sociedad mexicana, es decir, como no existe diálogo entre partidos y sociedad, los pactos verbales basados en impresiones subjetivas por parte de la clase política, sobre todo de los que ejercen el poder, no necesariamente representan los intereses de la nación. Los partidos no tienen calidad moral para representar a México, opinar sobre México y, lamentablemente, para gobernar a México. Los partidos mexicanos gobiernan con la ley del garrote (Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Chihuahua...).

Las y los aspirantes a algún puesto de elección ¿popular?, incluida la jauría de perros detrás de algún hueso político, no toman en cuenta que forman parte del pasado, que su futuro será incierto y que inmediatamente se convierten en enemigos de la sociedad, no en sus aliados. El tiempo de los partidos está llegando a su fin.

¡No se deje engañar! Que no le confundan con términos rebuscados o citas de los clásicos, diciéndole que la sociedad es responsable de su destino o que los políticos son necesarios; se puede vivir sin políticos, pero no sin sociedad, TODOS SOMOS POLÍTICOS.

¡No soluciones, no elecciones!


Revolución MMX

lunes, 25 de enero de 2010

¿Qué hacer en caso de un cateo militar?


Fight fire with fire

Metallica

Desafortunadamente para las personas que vivimos en Ciudad Juárez, las acciones violatorias de la Constitución y los derechos humanos por parte del Estado mexicano, son una cosa cotidiana. En estos momentos no hay persona de Juárez, independientemente del sexo, edad, religión, profesión o clase social (tal vez la excepción sea la clase política) que no haya vivido de cerca alguna violación por parte de los Operativos Conjuntos, o bien, sufrido de algún delito a consecuencia de la tristemente llamada “guerra contra las drogas”.

Como en estos momentos estamos a merced de sociedades organizadas armadas, como el ejército, la policía, los sicarios y los delincuentes comunes, la sociedad juarense no tenemos más remedio que arreglárnoslas como podamos ante esta grave situación de anomia y defendernos de manera pacífica, para precisamente no caer en la violencia en la que gobierna el Estado, que piensa que la mejor manera de gobernar es con un policía en cada esquina. La violencia la pone el Estado, no la sociedad.

Los cateos, retenes, golpes, torturas, retenciones y desapariciones militares y/o policiacas son violatorios de los artículos 11, 13, 16, 18, 19, 22 y 29 constitucionales. Aunque no podemos garantizar el transcurso de una acción, sí podemos prepararnos lo mejor posible para no ser una víctima más, recuerda que el Estado pone la violencia y la sociedad los muertos.

Acciones preventivas:

Mantenga sus agendas actualizadas. Uno nunca sabe cuándo va a necesitar conectar a alguien, solicitar ayuda o simplemente convocar a una reunión. Sobre todo actualice números telefónicos, celulares y de emergencia y si tiene internet en la casa o en su cel, direcciones electrónicas; se sorprenderá de la rapidez con lo que funciona la tecnología actualmente.

Preocúpese por sus familiares y vecinos. Esto significa mantener el contacto frecuente, aun si su tiempo no le permite la presencia física (puede utilizar la tecnología). Procure conocer al menos de nombre a sus vecinos y que le conozcan (el saludo no enferma a nadie) y si puede, póngase en contacto con el comité, asamblea o asociación de vecinos donde viva y platiquen al respecto sobre qué medidas tomar. Si en su barrio, colonia o fraccionamiento no existe alguna organización vecinal, puede proponerla o bien, por lo menos llegar a acuerdos con sus vecinos más cercanos.

Tenga una constitución a la mano. Las constituciones son baratas, las consigue por menos de $50.00 pesos y son, como las biblias en las casas cristianas, un libro que no debe faltar.


Durante la acción intimidatoria.

Conserve la calma. Los soldados y en general todas las instituciones marciales, funcionan a través de órdenes y bajo un régimen totalmente vertical. Esto significa que no siempre puede dialogar con los uniformados y aunque usted tenga la razón con la Constitución en la mano, tan sólo podría empeorar las cosas. Mucha gente prefiere darles entrada bajo la premisa de “pos yo no tengo nada que esconder” mientras otras se la niegan para luego ser vulneradas por una orden de cateo donde los militares tienen permitido hacer destrozos, resultando la cosa peor. Ninguna funciona, pues la violación de todos modos se comete.

Contacte a sus amigos, vecinos y conocidos. Inmediatamente después de negarles la entrada y sobre todo si le amenazan con regresar con una orden de cateo, utilice el tiempo haciendo llamadas de auxilio solicitando su presencia en la casa. Entre más gente sepa lo que le está sucediendo, más posibilidades tendrá de minimizar los daños en su propiedad, su cuerpo o exponerse a malos tratos, detenciones o desapariciones.

Llame a los medios. Si está siendo víctima de una de estas revisiones, no dude en contactar a los medios de comunicación, los militares o policías se detendrán más. Igual puede contactar a su abogado o algún centro de derechos humanos u organizaciones de la sociedad civil.

Después de la acción.

Contacte a los centros derechohumanistas. Independientemente del resultado del cateo, si hubo o no, es menester informar a derechos humanos de estas tropelías, recuerde que no es la única víctima y entre más casos se den a conocer, más posibilidades hay de contrarrestar este tipo de acciones y que usted obtenga justicia. Los centros derechohumanistas y otras organizaciones sociales tienen contactos internacionales que no dudaran en reactivar la alarma.


Platique su experiencia. Mucha gente en Juárez sabe de la impotencia de enfrentarse a este tipo de poderes armados, pero si usted tiene una experiencia exitosa (aunque no la tenga) es importante que la comparta, podría salvar la vida de alguien.

Manifiéstese. Que no le gane el miedo, entre más personas hagan público su repudio a la militarización, más posibilidades tendremos de que se vayan los militares y pfps.



No soluciones, no elecciones


Revolución MMX