viernes, 1 de diciembre de 2017

México declara la guerra a su gente

(Foto de Eduardo Miranda, tomada de proceso.com.mx)


México declara la guerra a su gente
Carlos Murillo González

Oficial: se legaliza la violencia en México

El jueves 30 de noviembre del 2017, la corrupta clase política mexicana traicionó a su pueblo aprobando la Ley de Seguridad Interior (LSI). Esta ley, desconocida ampliamente por la mayoría de la población, es violatoria a derechos humanos y va a causar grandes sufrimientos a la sociedad. Es el tipo de leyes que aprobarían los gobiernos de Hitler o Trump.

Preámbulo al Estado policiaco: la militarización

A finales del siglo XX el gobierno de EEUU acuñó el término de “Estado fallido” para aquellos países conflictuados por alguna guerra interna, como Somalia, o la ahora ex Yugoslavia; luego el término se amplió y popularizó agregando a países con problemas de inseguridad pública, narcotráfico y corrupción política, donde quedaron naciones como Colombia y México.

El gobierno mexicano se ha comprometido con Washington a la “cooperación” (léase subordinación) en cuestiones de seguridad nacional y regional después de los atentados a las Torres Gemelas del 11 de septiembre del 2001. De ahí la persecución a migrantes en tránsito a EEUU y el endurecimiento de la frontera sur con Guatemala; también la participación en la “guerra” contra el narcotráfico a través del criticado Plan Mérida, copia de otra cuestionada iniciativa, el Plan Colombia, por ser en realidad una intervención militar disfrazada; no menos importante, la incorporación del ejército mexicano al Comando Norte de las Fuerzas Armadas de EEUU, con lo cual estamos seriamente comprometidos en las posibles guerras que EEUU, policía del mundo, considere implementar.   

En México el uso de la policía, el ejército o paramilitares para reprimir protestas, combatir movimientos sociales o asesinar, existe desde tiempos de Porfirio Díaz. Lo que estamos viviendo hoy es una recrudalización de ese Estado policiaco, militarizado, donde el ejército realiza labores policiacas bajo el pretexto del combate al crimen organizado. El aumento al presupuesto bélico y de seguridad va de la mano con una presencia pública cada vez más cotidiana de las FFAA y con ello, la multiplicación de violaciones a DDHH. La aprobación de la LSI es la legalización del terrorismo de Estado (desaparición forzada, tortura, ejecuciones sumarias…) y se encamina más al fascismo que a la democracia.

En qué consiste y cómo te perjudica

Vas a perder libertades y correr peligros. La militarización del país y el Estado policiaco han estado desarrollándose durante los últimos tres sexenios; con la LSI simplemente se intenta legitimar el uso de la violencia de Estado. El Estado no está combatiendo la inseguridad, sino administrándola, ¿cómo? Restringiendo libertades, diseminando el miedo a la protesta y el activismo, entre otras.

Va a violar tus garantías individuales. Si el Estado te considera a ti o a un grupo donde participes como una “amenaza”, te podrá vigilar, espiar y se podrá hacer uso del ejército para salvaguardar a las instituciones de gobierno, la “paz” y el “orden”. Con esto en realidad se violenta el derecho a la libertad, libre expresión y manifestación de las ideas. Las detenciones arbitrarias, los retenes viales y los cateos a casas habitación serán todavía más justificados.

Es una forma de protección del sistema. La clase política sabe que no goza de la simpatía de la sociedad y la LSI es una forma de protegerse de la justicia social. Las elecciones fraudulentas, los robos a la nación y todo lo malo que están haciendo las élites vinculadas a los partidos, necesitan contener y aplastar todos aquellos “obstáculos” que les impidan actuar con impunidad, por lo tanto, van a endurecer la represión para cubrirse las espaldas.

Aunque específicamente en la LSI no se considerarán amenazas a la seguridad interior las protestas sociales y las político electorales, prometiéndose además el respeto a los DDHH y las garantías constitucionales, ¿quién lo garantiza? Si ya de antemano está sucediendo lo contrario. No se puede confiar en un gobierno corrupto que hace caso omiso a las recomendaciones de organismos defensores de derechos humanos.

¿Qué podemos hacer?

Correr la voz, generar la discusión. La prensa local de Ciudad Juárez, no le dio importancia a la nota y, siendo de interés social, es urgente por lo menos, que la gente esté enterada. En Juárez la sociedad está muy sensibilizada contra la militarización por experiencia propia. Si los medios no le dan importancia, ¡conviértete en los medios!, están en juego vidas y libertades.

Organización. El 2018 es año electoral, hay que meter en la agenda política, el desconocimiento de la LSI, no se puede jugar a la democracia avanzando hacia atrás en derechos humanos. Asume un papel más activo a nivel social, generando ambientes de confianza y solidaridad con vecinos(as) colegas, compañeros(as) de la escuela y/o trabajo, etcétera.

Conviértete en derecho humanista. Haz valer tu ciudadanía y valores democráticos, si las leyes son injustas, justo es rebelarse contra ellas. Las tiranías crecen cuando no se les ponen límites y eso sólo sucede si hay mentes conscientes capaces de actuar en consecuencia.

La Ley de Seguridad Interior es un peligro en potencia para la sociedad mexicana. Las reformas neoliberales no han terminado; falta privatizar el agua, privatizar las cárceles, legalizar el despojo de tierras, introducir el fracking, indultar a ex gobernadores encarcelados o prófugos y así. Obviamente la sociedad, o una parte de ella, va enojarse y oponer resistencia a estos delitos; para eso se necesita la fuerza pública: para usarla en consecuencia.


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