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domingo, 25 de agosto de 2019

Cielo Vista, Feminista, Ambientalista (I)


Cielo Vista, Feminista, Ambientalista (I)
Carlos Murillo González

Foto tomada de The National (thenational.ae)

Cielo Vista

El 3 de agosto del 2019 vino a marcar a la ciudad de El Paso, Texas con la peor tragedia de su historia. 22 personas fueron asesinadas por un supremacista blanco texano, quien viajó desde Dallas para matar al “mayor número de mexicanos posible”. En la escena murieron efectivamente, nueve mexicanos(as) personas quienes, como otros miles de connacionales, cruzaban cada fin de semana la frontera para visitar familiares o hacer compras en tiendas como Wal-mart, sede del atentado terrorista, desde la vecina Ciudad Juárez.

La prensa de EEUU ha minimizado el hecho como un asunto de internal terrorism, “terrorismo doméstico” le llaman. Bajo esta lógica han invisibilizado un asunto de interés binacional banalizado las muertes de nuestros paisanos(as) el aumento de la ideología del supremacismo imperialista y una historia de violencia fronteriza predominantemente de norte a sur y tan antigua como la guerra de intervención que hizo ese país al nuestro en 1846-1848. La respuesta del gobierno mexicano, un tanto tibia, pero al menos inmediata, vino un poco a equilibrar las dimensiones del evento, pero le ha faltado valor para ir más allá. Mejor países tan lejanos como Uruguay, en Sudamérica, han alertado a sus ciudadanos de los peligros de viajar a EEUU, justamente del tipo de alertas que lanza el vecino país advirtiendo a sus connacionales a evitar visitar ciertas regiones o ciudades de México.

No es un asunto menor que la matanza haya sido en El Paso. La región es predominantemente de origen mexicano. La zona urbana fronteriza se compone de Ciudad Juárez, con su 1.3 millones de habitantes y El Paso, con sus 600,000 habitantes y un 60 a 80% de población latina, 90% mexicanos. Una de las ciudades más violentas del mundo junto a una de las ciudades más pacíficas de EEUU. Por la frontera pasa todo y no pasa nada. La dinámica fronteriza es desde siempre de cruce de mercancías, de personas, legal e ilegalmente. De dos culturas distintas y distantes (por la política estadounidense) las ciudades fronterizas como Juárez-El Paso sintetizan ambas en una dialéctica local que influye en ambos lados, además o más allá de los lazos consanguíneos.

La masacre del 3 de agosto en el Walmart de Cielo Vista, ese paso obligado de todo mexa que visita El Paso (una de las sucursales de la cadena con mayores ventas en el país) al menos una vez ha comprado algo ahí. Es como si el atentado hubiera sido en Juárez; es como si te hubiera tocado a ti, aunque no hayas estado ahí; es escuchar el pensamiento de más de uno: “yo compro ahí”, “yo iba a ir hoy…”, por eso la masacre tiene un impacto inmediato en Juárez; ese mismo día se organiza una vigilia pública por la noche. Hay consternación, muchos(as) juarenses tenemos familiares y amistades en El Paso. Cosa curiosa, en estos últimos 11 años de violencia extrema de “guerra” contra el narco, no se recuerda alguna manifestación o mitin solidario de paseños(as) por la circunstancia juarense. Tal vez por lo trágico de nuestra historia reciente, la cual no estamos superando, por eso comprendemos lo que están pasando y sintiendo nuestros vecinos(as) del norte.   

¿Qué habría pasado si las 22 víctimas fueran gente blanca y de ojos azules, que fuese en un centro comercial de Ciudad Juárez y que fuese ejecutado por un extremista mexicano que odia a los gringos? Seguro tendríamos una respuesta virulenta de Washington, así como de la sociedad estadounidense en general; tendríamos un mayor intervencionismo en México y, muy probablemente aumentaría el sentimiento antimexicano en el país vecino. Pero eso sólo lo haría un Pancho Villa que buscase desestabilizar al país generando un conflicto internacional. Un escenario así, aunque posible, es poco probable. Por el contrario, el escenario del Walmart de Cielo Vista supone un hecho condenable más hacia una minoría étnica que pronto entrará al olvido en espera de la siguiente masacre. El indulgente sistema de justicia de EEUU hacia sus terroristas blancos no supondría una amenaza, sino una invitación para futuros terroristas, sino para todas aquellas personas vulnerables por estar fuera de esos estándares étnicos que temen al mestizaje por que creen que van a desaparecer de la faz de la Tierra.

El peligro real que viene es el de la militarización del Estado policiaco, es decir, el aumento de la presencia militar y la militarización de la policía, el espionaje a la sociedad y otras tantas formas de vigilancia que ofrecen las democracias artríticas como la de EEUU y las semi colonias, semi democráticas como México. La militarización ya está, pero el objetivo varía. La Guardia Nacional desplegada en el borde del Río Bravo es para evitar el tránsito migratorio hacia el gringo, no para evitar que algún loco de la migra, de las milicias o entusiasta seguidor de Donald Trump se le ocurra dispar, como ya ocurrido, sus armas de fuego contra nosotros y en nuestro territorio.

Va a cambiar la dinámica de vida cotidiana en esta región fronteriza. El temor y el miedo ya está instalado, por lo pronto, en ambos lados de la frontera. Otros peligros acechan la región, como la apertura de la mina en Samalayuca y el feminicidio que no cesa, ambas producto del patriarcado capitalista. En las siguientes entregas se analiza la necropolitica del poder detrás de estos eventos.    








domingo, 17 de agosto de 2014

Fronteras por la Paz




¡Yo no le voy, le voy a la guerra!

¡Yo si le voy, le voy a la paz!

Consigna de Fronteras por la paz

En el 2003 el mundo experimentó una ola de protestas en multitud de países contra lo que sería la inminente e injustificada invasión a Irak por parte de los EEUU, Gran Bretaña y otros aliados menores. Era la primera gran protesta mundial, convocada por Internet como su principal medio de difusión en cientos de ciudades alrededor del globo. Ciudad Juárez escenificó localmente el rechazo a la guerra a través del movimiento Fronteras por la paz.

Fronteras por la paz surgió de las aulas de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y contó rápidamente con un amplio y heterogéneo número de integrantes, extendiéndose a otras instituciones de educación superior y preparatoriano. Aunque fue principalmente un movimiento juvenil y estudiantil, también acudían grupos interesados y personas en lo individual prácticamente de todas las corrientes políticas, pero con el tiempo prevalecieron las personas y colectivos más identificados a la izquierda.

En un momento de las marchas hacia los puentes internacionales o en los plantones frente al Consulado de EEUU en Juárez, se unen colectivos de El Paso y estudiantes de UTEP y el movimiento se hace binacional con acciones coordinadas en ambos lados de la frontera. Cientos o quizás miles de personas participaron de alguna u otra forma durante el 2002 hasta los meses previos al 20 de marzo, fecha fatal en que inicia finalmente la guerra. Desde el performance, las innumerables marchas, las cinco semanas consecutivas de protestas frente al Consulado, de donde sale el mote de “tambores por la paz” al llevar percusiones a las marchas, hubo mucho y de todo para hacer ver el rechazo a la guerra al unísono con otros millones de personas en el mundo.

Otro aspecto importante de este movimiento es que pudo convocar y contar con un gran número de artistas, intelectuales, maestros(as) luchadores(as) sociales y activistas. Para quienes fue su primera experiencia sociopolítica no sólo pudieron conocer formas organizadas de protesta, tanto novedosas como tradicionales, sino también ser partícipes de un acto inusitado en la historia de la humanidad. Si el Ejército Zapatista de Liberación Nacional se considera la primera guerrilla posmoderna por su éxito en Internet, la protesta mundial actual demuestra el poder del ciberespacio como una herramienta útil al servicio de la sociedad.

A pesar de los esfuerzos el inicio de la invasión a Irak fue un duro golpe al movimiento y éste empezó a decaer en todo el mundo; Fronteras por la Paz no fue la excepción y a pesar de las deserciones, todavía hubo ánimos para celebrar una marcha al año siguiente, justo en el primer aniversario de la invasión y fue hasta el segundo aniversario con un tokín en el Monu (Plaza Benito Juárez) con el que se cerraría definitivamente el movimiento, quedando reducido al todavía vigente y en uso fronterasporlapaz@yahoogrupos.com.mx al cual están invitados a adscribirse y participar

Hoy el movimiento pacifista sigue vivo en los colectivos que salen a las calles y alzan sus voces en contra al genocidio que sucede actualmente en Palestina por parte de las fuerzas armadas israelitas; sigue siendo global, pero aparentemente carece de la convocatoria de hace 11 años. Asimismo en las calles de Ciudad Juárez, la sufrida Ciudad Juárez, que hace once años tampoco se imaginaba la catástrofe que vendría con el 2008 y años posteriores, son pocas las voces públicas en contra de ese hecho bochornoso. Tal vez la misma política del miedo, el Estado de terror a la mexicana ha hecho su trabajo facilitando el autoencierro y la enajenación de la sociedad para dificultar la ciudadanía, es decir, la legítima recuperación de las calles y las plazas públicas, por el público.

El inicio del siglo XXI nos va dejando ver sus entrañas políticas, económicas y sociales más allá de las proezas culturales o los avances científicos, en sus contradicciones irracionales como las guerras, el rescate bancario a costa de la gente, como en Europa o la venta de un país, como en México, donde las entrañas de la globalización nos muestra su falsedad emancipatoria y más bien deja ver sus miserias. La avaricia de las grandes potencias, la corrupción del sistema económico dominante, el servilismo de la clase política, todo en conjunto hace dudar sobre el progreso social o el avance civilizatorio de esta generación humana.

La paz, como la honestidad, no son “valores” de moda y nunca lo serán por que representan lo opuesto del pragmatismo de la vida contemporánea dentro del régimen capitalista patriarcal, egoísta y belicista. La solidaridad universal puede trascender fronteras, los gobiernos del mundo lo saben y temen el poder de las redes sociales, de ahí su interés por la censura a Internet, el espionaje indiscriminado y la vigilancia panóptica para desalentar la democracia más que el terrorismo y este último, como renovado pretexto para la guerra.

Fronteras por la paz ya no existe, pero deja su legado activista para esta ciudad y para el mundo en importantes hechos donde participan varios de sus ex integrantes, como el movimiento en defensa de la tierra de Lomas de Poleo o el movimiento contra la militarización y el Estado policiaco en México. Con la reforma energética y al acecho de aprobarse el fracking en Chihuahua, es muy probable que el espíritu de Fronteras por la paz se vuelva a integrar a los próximos movimientos sociales que de seguro surgirán ante el peligro venidero. La gente siempre preferirá la paz a la guerra.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Border Patrol invade México

Pulsa para ver el video


http://youtu.be/pUfKR1tsBHE



Todavía sigo sin recibir respuesta...

Ciudad Juárez, Chihuahua, a 13 de febrero del 2012


DIP. SALAZAR VÁZQUEZ NORMA LETICIA (PAN)
PRESIDENTA DE LA COMISIÓN DE POBLACIÓN,
FRONTERAS Y ASUNTOS MIGRATORIOS
CÁMARA DE DIPUTADOS
LXI Legislatura
P R E S E N T E.-

Estimada diputada Salazar:

La presente es para notificarle una situación que viene aconteciendo desde por lo menos principios del 2010 en la frontera entre Ciudad Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas:

Con el incremento de la vigilancia por parte de las autoridades estadounidenses a través de la Border Patrol (Patrulla Fronteriza) a lo largo del Río Bravo, se ha visto el sobrevuelo de helicópteros de dicha corporación a diversas horas del día y la noche invadiendo el espacio aéreo mexicano. Estas incursiones pueden ser fácilmente detectadas si se circula por vías como el boulevard Juan Pablo II, arteria que corre paralela al Río Bravo, pues estas aeronaves sobrevuelan con frecuencia a una distancia entre treinta y cincuenta metros dentro del territorio mexicano, en zonas urbanas y a una altura lo suficientemente cercana como para distinguir sus colores característicos (helicópteros blancos con una franja vertical azul entre la cola y la cabina).

Le solicito encarecidamente en su calidad de presidenta de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios de la LXI Legislatura de la Cámara de Diputados, tome a bien hacer lo conveniente con respecto a este asunto, pues además de ser una clara violación a la soberanía nacional, existen condiciones de vulnerabilidad hacia las y los connacionales que utilizan por diversos motivos los espacios naturales al sur del Bravo, habiendo cada vez más casos de abusos extraterritoriales por parte de agentes de la Patrulla Fronteriza, como usted seguramente debe conocer.

Le agradezco de antemano las atenciones que se sirva brindar a la presente.



A T E N T A M E N T E