martes, 5 de febrero de 2013

Ciudad Cárcel, Chihuahua 2013



Por fin los asesinatos masivos diarios disminuyeron considerablemente, dejando ver de nuevo la corrupción política-gubernamental de la segunda ola del PRI en su etapa populista-neoliberal. La ciudad sigue desprendiéndose hacia el sur-oriente y norponiente, conforme las decisiones del político gobernante en turno y el grupo que representa imponen. Las y los habitantes de Ciudad Cárcel se alistan más conscientes a pesar de la doctrina de shock de la “guerra” antinarco y en corto su reto de sobrevivir se convertirá en el de transformar. Pero hay pendientes.

¿Cómo y dónde se empleó el dinero del Subsemun?

El Subsidio para la Seguridad de los Municipios (Subsemun) es un programa federal que como su nombre lo indica, aporta dinero al rublo de la seguridad municipal. Aquellos lugares del país donde la “guerra” contra el narcotráfico ha sido particularmente destructiva y sangrienta, como Ciudad Cárcel, suelen verse beneficiados mayormente con esta partida. Sin embargo ¿cómo se empleó o dónde quedó ese dinero? Pues es obvio que la ciudad no ha visto más “mejora” que una torpe y mal ubicada academia de policía situada justamente en medio de un espacio cultural y universitario, como referente directo y de mal gusto del Estado policiaco que vivimos.

El Estado policiaco y el terrorismo de Estado son reales y suelen notarse en los tolerados (por la ciudadanía) anticonstitucionales retenes de tránsito policiacos (antiebrios, engomados ecológicos, “operativos”, “operativos de rutina”, carros chuecos, …) que no son otra cosa que un constante acoso a la sociedad bajo cualquier pretexto para recuperar los impuestos que se han dejado de cobrar por la gran ausencia de gente en los últimos años y que sirven además: para financiar campañas electorales; para lucrar con el soborno y la extorsión y, muy importante, como política de sometimiento cívico a través del miedo y el autoritarismo (convertir ciudadano(a)s en súbdito(a)s) pues la “democracia” no es otra cosa que la política de cobrar impuestos para ganar elecciones; para cobrar impuestos, para ganar elecciones; para cobrar ... Los robos siguen, las extorsiones siguen, la corrupción y los abusos policiacos siguen. El Estado presume la disminución del volumen de crímenes, pero la realidad nos indica que seguimos en el mismo camino. 

Priistas pavoneados

Así como la gran perdedora sigue siendo Ciudad Cárcel (insisto, por que sus habitantes así lo quieren) hay ciertos actores sociopolíticos muy beneficiados (no sólo los empresarios son los consentidos) se trata de grupos adheridos al PRI que siguen gozando de una tolerancia casi absoluta, lo cual fomenta que sigan abusando de su poder. El más representativo de ellos es el de los ruteros. Mientras los asesinatos del crimen organizado disminuyen, este otro grupo organizado se ha encargado de ser el protagonista de la nota roja diaria, causando anomia, atropellos y muerte, protegidos bajo la siglas de la FUTV, la CTM, la CROC…todas marcas registradas priistas. Ahora que Enrique Peña Nieto “escribe” en los “grandes” periódicos de Chihuahua, como El Diario, las y los priistas se han de sentir intelectuales.

Feminicidio energizer (sigue y sigue y sigue…)

La gran tragedia chihuahuense continúa y los números de mujeres asesinadas sigue aumentando. El Estado, desvergonzado como siempre, no se atreve a dar la cara y sólo atina a gastar millones de pesos en publicidad favorable, haciendo de la política de la invisibilización y el silencio, cuando no la descalificación, su bandera política hacia las madres, padres, familiares y amigos de las víctimas, sobre todo si son activistas, ¿cuál otra política tendrían las y los gobernantes si no fuera la dignidad de resolver o renunciar? Por lo menos Ciudad Cárcel ya aprendió a protestar: el legado de Marisela Escobedo o la familia Reyes y muchos más, han hecho salir a las calles a la gente enfrentando de cara al gobierno cuando éste abusa o es negligente, lo cual sucede con frecuencia.
  
2013 olvido, desmemoria y elecciones

Los últimos años no han sido fáciles. Con la violencia nacional-local y la crisis económica mundial, la pobreza y el desempleo se dispararon a la par que los gastos de seguridad en Ciudad Cárcel; sin embargo y por lo mismo, la disminución de la violencia y el crimen en el 2012, da la pauta para la esperanza y los buenos deseos. La lenta apertura y reapertura de negocios parece buena señal y las ganas de atraer la libertad y prosperidad inspiran a la gente para pensar en un futuro mejor y no muy lejano. Pero hay que echarle ganas.

No hay nada mejor que lo que llamamos “realidad” para volver nuestros sentidos a notar las necesidades y urgencias del entorno donde vivimos; de la vida que cuidamos. Por delante, sigue estando una barrera que promueve la ignorancia y la enajenación en nombre de la democracia, de Cristo o de la televisión, promoviendo “valores” anacrónicos como la familia, la religión y la fe-obediencia (si duda, consulte sobre la ideología y propaganda de las dictaduras fascistas latinoamericanas y española del siglo XX, hay mucho material en internet). Si como dicen los mayas, estamos empezando un nuevo ciclo, entonces hemos de asumirnos como personas del siglo XXI y cortar con el pasado que conocemos y no nos favorece. Es mucha responsabilidad pero, hay que seguir viviendo y vivir significa crear, transformar. Desde Ciudad Cárcel, Chihuahua, a 19 de enero del 2013. 




Coloquio de género


La paz como derecho constitucional




La “guerra” contra las drogas continúa en el actual sexenio de la era  del PRI neoliberal-populista. Todo parece indicar, que para legitimarse internacionalmente, el gobierno federal hará lo necesario, como liberar a la francesa Cassez o bien, someterse dócilmente a las políticas de Washington y no se diga, la entrega del petróleo y otros recursos energéticos y naturales del país a transnacionales. ¿Qué podemos hacer al respecto?

Gobierno de fresas

La polarización de la sociedad mexicana es evidente. El modelo económico-político y cultural es una estructura sociológica de dominación pensada para sustituir el esclavismo por el consumismo. Desde el triunfo de la Revolución Francesa y las guerras de independencia del continente americano, la burguesía asume el poder político-económico en sustitución de la aristocracia. En estos últimos doscientos años, los países democráticos (como gustan ser llamadas las naciones capitalistas) herederos de esta tradición, terminan finalmente comportándose como aquellos a los que criticaron y pelearon, pudiéndose fijar un patrón dialéctico que se repite (moebius): después de cada revolución social, el bando triunfante se vuelve igual o peor que su enemigo derrotado.

En otras palabras, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) hoy representa los intereses de aquellos en contra de los que surgió. Su ideología y su actuar lo sitúan claramente a la derecha del espectro político, disfrazado en un discurso populista,  pero con un voraz apetito económico.  El actual presidente de la república Enrique Peña Nieto, cuya figura recuerda al acompañante de la muñeca Barbie, Ken: un monito bonito, elegante, bien peinado y jovial, es sólo la carátula de una plutocracia que gobierna a través de él y en cuya base central se distinguen las huellas del ex presidente Carlos Salinas de Gortari y otros grupos de poder.

La “guerra” heredada del pasado gobierno panista, no parece tendrá otro tratamiento que la actual criminalización de la sociedad (encarcelamientos, retenes, revisiones exhaustivas, cateos…) especialmente a los grupos de izquierda y activistas; que programas como el SUBSEMUN se irán a los bolsillos de militares, políticos y empresarios del ramo de “seguridad” sin cambiar un ápice la estrategia de Estado policiaco, pues forzosamente esta visión requiere de la violencia para justificarse.  Y para que todo esto suceda, la sociedad tiene que vivir en miedo o dormida (enajenada) lo más alejado de la realidad posible.

La cultura del consumismo, el placer, la competencia, el egoísmo, la avaricia, son los pilares (valores) de la sociedad actual, por eso son tan comunes los arrebatos de ira que llevan a la violencia (estrés) y enfermedades como el cáncer y la diabetes, cuyas curas parecen alejadas, mas no así las ganancias que dejan a la industria farmacéutica. En sociedades donde sus individuos aspiran a ser deportistas cocainómanos, estrellas de telenovela y empresarios sin escrúpulos, a convertirse en Kens y Barbies ¡con todos los aditamentos! En ese tipo de sociedades afresadas, donde el dinero y la apariencia lo es todo, hay una tendencia al vacío y la autodestrucción, pues sus pilares no son sólidos.  

Sociedad de nacos

Para que exista un gobierno de fresas, la sociedad tiene que ser naca. El “naco”, como el buen Carlos Monsiváis escribía en los años setenta del siglo pasado, es un individuo que no se involucra en la política, no la entiende ni le interesa; es una persona que prefiere la ignorancia antes que comprometerse, la comodidad a la movilidad. En otras palabras es el tipo de ciudadano(a) ideal, perfecto, para el consumismo, pues se le puede moldear de acuerdo a sus deseos (placeres) y políticamente satisface el modelo electoral del que tanto presumen las democracias, pues igual no vota o puede ser cooptado por algún beneficio barato e inmediato.

El/la naco(a) no se da cuenta de su realidad; su grado de enajenación no le permite distinguir con claridad la situación en la que vive. La baja escolaridad y la mala alimentación son factores que influyen en la personalidad del naco, pero no son las únicas. En las clases medias, donde abundan los títulos universitarios y los pequeños negocios, se prefiere la diversión a la diversidad; la segregación a la solución a fondo del problema; a quejarse, a lo mucho, pero sin involucrarse demasiado. En sí, el naquismo, es algo muy común en las sociedades actuales, no sólo mexicanas. El naco politizado, como el snob, es aquel que repite desinformadamente lo que escucha que dicen los demás.

En el colmo de su naquez, el naco(a) aspira a ser fresa. Si el neoliberalismo no le da las oportunidades, las tomará por las mala, por ejemplo, en el narcotráfico. La aspiración de todo naco y todo fresa es el poder, el lujo; que le digan “mi rey”, que lo respeten y pueda jugar a ser magnánimo, a ser dios.

La paz

El patriarcado no puede garantizar la paz por que es fuente de guerra; es decir, su contrario. Ante la vorágine del Estado policiaco y el terrorismo de Estado, como ciudadanos(as) como personas, en lo individual y en lo colectivo, no sólo se debe y puede aspirar a la paz ¡hay que hacerla una bandera política y una aspiración social! Elevando el concepto como una garantía constitucional: el derecho a la paz. La felicidad no puede garantizarse, la paz sí. El camino de la paz es contrario al camino guerrerista de la agenda de Washington y el PRI; en está última el terrorismo, las armas, la ilegalidad, el abuso policiaco y el miedo alimentan una atmósfera dañina y perjudicial para la sociedad.

Si optamos por la paz y logramos el cometido, automáticamente tendrá que cambiar la estrategia de seguridad, primero por que será una demanda legítima y urgente surgida de la sociedad y segundo, por que el gobierno también sabe que no puede mantener por mucho tiempo el estado actual de las cosas. El regreso de la paz también significa castigo para los culpables de secuestrarla y la construcción de organismos y leyes que la faciliten. Vivir en paz es igual a vivir en sociedad civilizadamente.