El no votar es una falta grave de responsabilidad
y constituye un pecado de omisión
Obispos católicos de Chihuahua
Por su intromisión en política, los religiosos deben de tomar en cuenta que al hacerlo, se hacen responsables del impacto que tengan sus mensajes y atenerse además a las reacciones generadas por la calidad o veracidad de lo que expresen, pues el mundo no se fundamenta en las pretendidas verdades absolutas de la jerarquía católica. Desafortunadamente los obispos católicos de Chihuahua no han entendido la lección y sorprendentemente, dados los grandes escándalos alrededor de dicha religión, se atreven a dar clases de moral a una sociedad que hace mucho tiempo ha dejado de tomar en serio su doctrina.
En México existe un recelo histórico hacia la Iglesia católica por sus no pocas muestras de intromisión en la vida política del país actuando en beneficio propio. Por la misma razón, la Iglesia católica ha sido considerada como enemiga del desarrollo de las naciones, una institución encargada de esclavizar conciencias que apoya a los poderosos y desprecia a los débiles. Con la reforma constitucional del Artículo 130 de 1992 y sobre todo con la entrada de los gobiernos panistas, el protagonismo de dicha religión aumenta y hasta el momento sólo se ha detenido por los graves escándalos de pederastia sacerdotal que se supone los tiene asustados de hacer declaraciones, por eso ahora sorprende que hagan exhortos electorales.
En una carta pública aparecida como nota en varios medios de comunicación y firmada por los seis obispos de Chihuahua donde expresan el posicionamiento de su religión, se exhorta a los Chihuahuenses (nótese el discurso absolutista, como si todos los chihuahuenses fuéramos católicos o creyentes) a votar el 4 de julio en base a la democracia y otros valores, al grado de categorizar el acto abstencionista como pecado de omisión. Caray, y yo que pensaba que la Edad Media ya estaba superada; pero si los políticos contemporáneos tienen mentalidad del siglo XX, ¿por qué la jerarquía católica habría de cambiar su forma de pensamiento anacrónico? El regaño, sermón o señalamiento de los obispos alcanza también a los medios de comunicación parciales hacia ciertos partidos o candidatos.
Desafortunadamente en Chihuahua los obispos no han sido muy democráticos e imparciales como invitan a ser a la sociedad chihuahuense, con sus dignas y muy honrosas excepciones, como los obispos Manuel Talamás Camandari Adalberto Almeida y José Llaguno quienes en 1986 y aun antes, se pronunciaron contra el fraude electoral priísta y coadyuvaron en el avance de la democracia electoral. Pero esta nueva generación de obispos representa más los intereses del stablishment que el de una sociedad dejada a su suerte a la que no atinan más que a atosigarla con regaños en vez de reconocer la pobre y hasta perjudicial oferta partidista actual y su responsabilidad en la descomposición social del país y el estado.
Los obispos hacen notar o su parcialidad o su ignorancia de la realidad, pues pareciera que no se dan cuenta del grado de descomposición de la llamada clase política. ¿Quién puede creer en estos momentos en promesas de campaña o en la honorabilidad, ya no digamos capacidad, de los deslucidos y contradictorios candidatos(as)? Desafortunadamente estos señores no tienen la inteligencia ni la sagacidad de sus antecesores para ponerse de lado de la sociedad y exigir resultados a los políticos y no al revés, haciendo un deshonroso papel como paladines del régimen.
Ya antes, en el 2009, en otra carta abierta, pero de apoyo al gobernador Reyes Baeza, se vieron muy ligados al PRI, como si fueran otro sector más de dicho partido en rescate de uno de los suyos, carta que les generó roces con el gobierno federal y el panismo, así como críticas desde la sociedad civil. Este tipo de actitudes ni abonan a la democracia que dicen defender, ni abona a su religión, pues más gente de su grey se aleja al notar la parcialidad y deshonestidad de sus jerarcas.
Tibios también en cuanto al actual Estado de excepción que es Chihuahua, mejor las iglesias evangélicas se han visto mucho más movidas promoviendo marchas y otras acciones contra la violencia que un mayoritario catolicismo sumido en la mudez de sus sacerdotes, pese a ser víctimas de extorsiones y otros delitos; el catolicismo simplemente brilla por su ausencia, dejándose ver débil, silenciado o superado por el fenómeno, ¿o por el régimen?
Acusar a las y los abstencionistas de irresponsables es de su parte una irresponsabilidad mayor equivalente a la falta de sensibilidad e interés hacia el prójimo, de falta de voluntad para entender y comprender el abstencionismo o bien, su discurso es parte de la estrategia de cerrazón política de un régimen negado para la democracia y el desarrollo social, contrario a lo que andan promoviendo. La Iglesia católica es la menos habilitada para hablar de tolerancia, democracia o reconciliación, pues precisamente están posicionados en contra cuando nos dejan ver su intolerancia a la homosexualidad, al aborto o los cultos populares; o bien su tolerancia y silencio hacia el narco o sus benefactores, como los grandes empresarios, que parece ser, hacen callar sus crímenes con generosas limosnas a la iglesia.
No se deje engañar, no se puede tapar el sol con un dedo y usted conoce bien a esas pandillas del PRI, el PAN y los demás partidos. Votar por alguna de esas opciones es convertirse en cómplice de la violencia, la anomia y los privilegios de las élites, donde ha de incluirse a la jerarquía católica, siempre tan cercana a los grupos de poder.
NO SOLUCIONES, NO ELECCIONES
Revolución MMX
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