viernes, 11 de diciembre de 2009

La Navidad según Zaratustra

Nosotros los nuevos, los carentes de nombre, los difíciles de entender.

Friedrich Nietzche, La Gaya Ciencia.



Premio nobel de la paz a un presidente que apoya la guerra; titulares nacionales e internacionales sobre Ciudad Juárez que ni siquiera son nota en los periódicos juarenses ni chihuahuenses; guerras que no son guerras; crisis que no son crisis; elecciones que no eligen a nadie; Lomas de Poleo, Chiapas, Afganistán, Irak, calentamiento mundial, feminicidio, homicidio, pobreza, líderes corruptos, depresión…

...Dios ha muerto. En la visión futurista que nos ofrece Frederic Nietzche en Así Hablaba Zaratustra, la tesis central es un mundo que vive bajo una premisa falsa que es la adoración a un dios muerto (inspiración y representación de la religión organizada de tipo monoteísta) sólo que no se dan cuenta de su contradicción, no se dan cuenta que son los asesinos de Dios. El trabajo del filósofo-profeta es hacer ver esta situación al mundo, de tal manera que la gente pueda reconocer el error y transitar hacia la generación del súperhombre: una humanidad consciente de sí misma, madura, en el desarrollo pleno y total de toda su potencialidad, de sus capacidades y libre de la idea de Dios.

Zaratustra es pues un crítico de la religión, de la falsa moral, del monoteísmo occidental (pero también aplica para el musulmán, el judío y para todos los monoteísmos y politeísmos del mundo) de las teocracias que impiden conocer la verdad, en vez de hacerla accesible; es referente contra la hipocresía emancipadora religiosa. No es posible construir nada con la mentalidad y la vida atrofiada; es indispensable abrir los sentidos, el oído, el entendimiento, para superar el error.

La Navidad es en la tradición cristiana la conmemoración del nacimiento de Jesús el Cristo (el ungido, el salvador) pero también representa o es hereditaria de tradiciones religiosas más antiguas: el nacimiento de Apolo en la tradición romana, por dar el ejemplo directo. El cristianismo es una religión sincrética que sobrevive al tiempo por su capacidad de adaptarse o saber incorporar tradiciones populares a su sistema litúrgico. En este sentido, el Santa Clos, el Día de los Muertos, la Virgen de Guadalupe y los Reyes Magos son “desarrollos” del cristianismo (en este caso compartidos y aceptados por el catolicismo mexicano) que incorpora, tolera o fomenta para mantener la unidad de la fe.

La Navidad contemporánea está enfocada a lo material, al consumo, a la introspección y a la unión familiar. En la cuestión política-cultural-económica el cristianismo actual se lleva muy bien con las injusticias y los sistemas políticos corruptos, puesto que las tolera, como bien pueden decirnos los “líderes” que se asumen públicamente cristianos como Barak Obama, George Bush, Vicente Fox o Felipe Calderón; lo mismo aplica para todas las empresas y empresarios que, por un lado explotan los recursos naturales y a los trabajadores, contaminando el ambiente ecológico y social, pero tienen sus fundaciones filantrópicas y altruistas tipo el Teletón, limpiando sus culpas otorgando generosas limosnas a religiones que se hacen de la vista gorda, como la católica, que además tolera la pederastia en sus filas.

La Navidad zaratustriana se encamina a la destrucción de las falsas creencias; es la antítesis de la Navidad tal como la celebramos, es su fin, porque significa la continuación de la opresión, el debilitamiento de la voluntad, el poder social cedido a un dios muerto y usurpado por burocracias teológicas; es el cadáver a remover. Zaratustra sabe que la gente sabe; su saber es proporcional a la maquinaria invisible que pretende dirigir, como Frankenstein desatado, a sus creadores: el conocimiento de la ignorancia y el desconocimiento de todo lo que hay que conocer da lugar a la duda y a un sentimiento de inseguridad social de la cual la religión se engancha para autoproclamarse como única poseedora de La Verdad; el deber zaratustriano es desenmascararlo.

El poder que nos ofrece Zaratustra es personal y social. Se requiere voluntad de consciencia en lo individual e instinto de supervivencia en lo social para hacer frente al Leviatán de mil cabezas cuyas fauces devoran en todas direcciones consciencias y cuerpos, procurando el orden del caos en beneficio propio. Zaratustra representa el caos, la libertad y la congruencia, el superhombre y la súpermujer al que finalmente aspiraremos todos y todas algún día, la Navidad ocurre todos los días.

1 comentario:

charlieolivares dijo...

Buen día Carlos, te escribe Juan Carlos Olivares, profesor de inglés.

Carlos, sólo para agadecerte por tu artículo de Zaratustra, es realmente una publicación excelente sobre la influencia de la religión y el control de las masas en nuestras sociedades actuales. Me parece sumamente interesante tu trabajo en sociología, y me encantaría leer más sobre tus contribuciones y publicaciones. De nuevo, un agradecimiento por compartir tu conocimiento en materia sociológica, el mejor de los éxitos, Carlos; mi dirección de correo es charlieolivares72@hotmail.com. Saludos.